Por: Francesca Geroldi

Una carrera corta pero de gran legado para el rock británico de entre los ’70 y ’80. Es la historia de The Jam, una banda de chicos oriundos de las zonas periurbanas de Londres cuya lejanía de los grandes estudios musicales de la capital no impidió que su trabajo se posicionara en el podio de ventas en las disquerías de UK. Así lo muestra el realizador Bob Smeaton en “ The Jam: About the young idea”, el documental que ayer formó parte de la antepenúltima jornada del In-Edit Nescafé, que pese a sus apenas 90 minutos de proyección, no conmocionó de sobremanera al público que, tal como yo, esperábamos algo más.

Un relato al principio interesante, con cámaras fijas a sus entrevistados (que en su mayoría correspondían a fans de este trío británico), cuyos testimonios rescatan el poder de las composiciones de su vocalista Paul Weller, quien no tuvo reparos en transmitir las injustas medidas de Margaret Thatcher en UK para la clase obrera. Letras que marcaron hito en una generación un tanto abstraída por las radios británicas, representada por los adolescentes sub 20 de Gran Bretaña.

Hasta ahí todo bien, hasta ahí. Smeaton dejaba claro el valor de los Jump, que supo desenmascararse del punk británico liderado en aquellos tiempos por The Clash y Sex Pistols, tras crear un rock & roll más armonioso que los llevó a imponerse sobre los escenarios no con chaquetas de cuero y jeans rasgados, sino como parte de la flema británica (elegancia por sobretodo), es decir de terno y corbata.

Pero ya el tema redundaba. Smeaton cae en el cliché de presentar cada 15 minutos a un fan o a un productor de los  Jam, de igual forma que a los anteriores. Digamos, se volvían obvio los testimonios de éstos en torno a la banda: “Es la mejor banda de Inglaterra, sus temas marcaron mi vida, debieron seguir (…)”, etc, etc, etc. A la mitad del documental, todo era lo mismo, con entrevistados poco interesantes y de cero importancia para conocer más sobre The Jam.

Al mismo tiempo, el realizador inglés cayó en el error de mostrar uno por uno los discos del  grupo inglés que en solo 10 años (de 1972 a 1982), lograron altos y bajos en las radioemisoras del Reino Unido. Quizás eso no fue tan terrible, pero como el formato de las entrevistas caía en la monotonía, poco se atendía a los estilos y composiciones de cada trabajo en vinilo por The Jam.

De hecho, como espectador te alegrabas cuando llegaba a los últimos discos porque sabías que el docu estaba por finalizar.

¿El calor de la tarde del pasado viernes? ¿El escaso público que había en la sala? No sé, varios factores pudieron haber intercedido en la apreciación de un trabajo cinematográfico, pero lo que no cabe duda que pasado el minuto 60 el trabajo de Smeaton, aburría.

No obstante, dejo la invitación abierta a ver “The Jam: About the young idea”, ya que el juicio propio siempre es más valioso que cualquier otra crítica en primera persona.