Por Bernardita Ponce.

Uno de los más grandes artistas del siglo XX sin lugar a dudas es Freddie Mercury. Su rango de cuatro octavas es el sello, del que para muchos es, la mejor voz de la historia del rock, por lo que para cualquiera que tuviera que interpretarlo significaría una tarea titánica, pero Rami Malek no tuvo problemas para caracterizar e imponer su talento, un desafío superado con creces y que pone al actor de ascendencia egipcia, entre uno de los nombres para ganar la famosa estatuilla de la Academia, el Oscar. Sin embargo, no es que el talento de Malek sea un secreto, debemos recordar su premio Emmy por “Mr. Robot” (2015), lo que si es una novedad es su debut con un rol protagónico en la pantalla grande. Una de las cosas que más destacan del actor es que interpreta de forma respetuosa a la estrella de Queen y, además, muestra su talento en la música luciendo imponente cuando va combinando su propia voz con la incomparable de Mercury.

Hablando de ”Bohemian Rhapsody”, podríamos definirla como una apasionante biopic que pasa de canción en canción con toda la majestuosidad de una película de Hollywood, pero es absolutamente irresistible por su nostalgia contagiosa y emotividad que produce en el espectador. En resumen, su historia sigue la vida de Farrokh Bulsara (Malek), quien posteriormente cambia su nombre a Freddie Mercury al reunirse con sus compañeros de banda Brian May (Gwilym Lee) y Roger Taylor (Ben Hardy) en Londres. Juntos, graban una serie de éxitos, discuten y se dividen, ya que Mercury hace fiestas extravagantes y excesivas (cosas que no gusta al resto), luego reúne a la banda para tocar Live Aid antes de sucumbir al SIDA a la temprana edad de 45 años.

Si nos centramos en el detalle, Queen era una banda de rock clásico conocida por los épicos himnos de estadios más grandes que la vida, y para bien y para mal, la película de Bryan Singer se siente como un número de rock en la pantalla grande (realmente te sientes en un recital). El esfuerzo de su director se desvía entre dos trabajos: uno es la historia de Queen, y el otro la historia de Freddie Mercury, su carismático y talentoso cantante. La película comienza con un rápido prólogo, donde no se comenta nada de la infancia de Mercury en Zanzíbar, su vida en Bombay y su amor por la música, que nos darían una introducción a su talento en el piano y una técnica vocal formidable. Sin embargo a la ligera nos muestra algo sobre los indicios del grandioso espectáculo que se avecinó con su futura banda, para comenzar sus primeras imágenes en el Aeropuerto Heathrow de Londres en el año 1970, donde un joven Mercury trabaja como encargado de equipajes. En su tiempo libre, asiste a un club de su barrio y es aquí donde conoce a una banda universitaria local llamada Smile.

Una noche Mercury finalmente se anima a acercarse a la banda, justo a tiempo para descubrir que su cantante principal ha decidido dejarlos. Los miembros restantes de Smile, un baterista y estudiante de odontología llamado Roger Taylor (Ben Hardy) y un aspirante a guitarrista y astrofísico llamado Brian May (Gwilym Lee), quienes inicialmente se burlan de la oferta de Freddie, pero pronto se enteran de que su valentía se ve igualada por su talento. Por lo que comienzan a trabajar juntos en lo que sería Queen.

En estos primeros minutos de «Bohemian Rhapsody”, la película es divertida y acelerada, y vemos a los miembros de la banda deshacerse de los viejos nombres (como Farrokh Bulsara quien sería llamado Freddie Mercury) y gradualmente se van estableciendo como una de las bandas prometedoras de mediados de los setenta. En el camino, Mercury se encuentra con Mary Austin (Lucy Boynton), quien se convierte en su musa tanto en la moda como en la música, y ella es quien, finalmente, inspira el éxito de Queen, «Love of My Life”, pero tras la gira por EE.UU. Freddie comienza a sentir sus primeras dudas sobre su sexualidad.

Mientras Boynton lleva el melodrama personal de Mercury, el conflicto profesional se debe a una rivalidad entre los gerentes de la banda John Reid (Aidan Gillen) y Paul Prenter (Allen Leech) con el ejecutivo de EMI Ray Foster (cameo de Mike Myers que hace referencia a «Wayne’s World» de 1992). El problema comienza cuando en el año 1975 Queen graba su siguiente álbum, A Night at the Opera, pero deciden dejar al ejecutivo de EMI cuando este rechaza publicar la canción «Bohemian Rhapsody» como sencillo del disco, debido a su larga duración (6 minutos). Sin embargo, el sencillo compuesto por 6 partes se convierte en un éxito masivo con una letra que nos habla sobre un muchacho que mató a alguien y le vendió su alma al diablo. Sin embargo existen muchas especulaciones respecto a sus significado, pero nadie sabe cuál es real. Un secreto que Freddie se llevó con él.

A lo largo de sus 134 minutos, a menudo, la película se siente como una carrera visual a través de los grandes éxitos de Queen. También, a medida que avanza la historia, vemos que las luchas de Mercury con su sexualidad se mueven de una preocupación de fondo a un problema que amenaza la continuidad de la banda. La homosexualidad de Mercury es un foco importante de la segunda mitad de la película, ya que el cantante intenta sin éxito equilibrar sus excesos de rock ‘n’ roll con su deseo sincero de mantener una apariencia de una relación con Austin.

En «Bohemian Rhapsody”, la música gana y se combina con la única creación de rock, ópera y géneros clásicos de Queen. Para que en los 10 minutos finales, Malek y el resto del elenco de la banda se presentaran tal como lo hizo Queen en Live Aid en 1985 para millones en todo el mundo, una escena que te lleva al estadio de Wembley. Sin duda, es la mejor parte de la película, y que complace a los fanáticos dándoles una canción completa. Un film que los fanáticos probablemente disfrutarán, donde Freddie Mercury es una estrella que nunca dejará de brillar, a pesar de morir en el año 1991 a causa del SIDA.