Por Francisco Aguilar A.
Pauta por Sebastián Allende.

Aiken es una banda chilena formada el 2007, en Santiago, por los hermanos José Miguel (voz, composición y producción) y Pablo Ferrera (bajo, segunda voz, composición y producción). Los nacionales estarán celebrando 10 años de trayectoria este 8 de diciembre en Club Chocolate con un show que incluirá como invitados a los peruanos de Zen, en su primera visita a Chile.

Pudimos conversar con José Miguel acerca de los sentimientos que afloran al cumplir una década con la agrupación y otros temas. Todo el detalle, en la siguiente entrevista:

José, para comenzar y agradeciendo la disposición para conversar con nosotros, cuéntanos ¿cómo nació la idea de crear Aiken?

Aiken nace de un proyecto anterior que desarrollamos con mi hermano y unos primos porque da la casualidad de que venimos de familia de músicos, folcloristas. Mi padre fue ganador del Festival de Viña, más de tres veces, en las décadas de la nueva ola, en los 50/60. Creo que la última vez que estuvo ahí fue el 89 cuando ganó el premio a mejor intérprete como folclorista, Los Alfiles Negros se llama su grupo. De ahí viene una primera agrupación que armamos, con la que logramos hacer un disco y que terminó por desarmarse en algún minuto. Ahí mi hermano Pablo y yo quedamos con muchas ganas de seguir haciendo esto y tomamos la determinación de armar un nuevo proyecto que terminaría tomando la forma de Aiken el año 2008. Comenzamos a trabajar con Diego Carvacho, productor y alumno de la escuela de música de la Uniacc, que fue donde nos conocimos. Se forma la banda en 2008 y ahí partimos formalmente.

¿Cómo definirías la propuesta sonora de la banda?

Ha ido mutando en el tiempo. A lo largo de esta década hemos descubierto que más allá del estilo que tengamos hacemos música, finalmente: música chilena, que tiene una latitud en el mundo, que pertenecemos a un lugar particular, que habla de una forma determinada y se parece mucho a la forma de Latinoamérica en general y gracias a que las cosas se han dado de cierta forma hemos podido viajar bastante, hemos estado en México, Colombia, Perú y eso ha generado un constante repensar sobre lo que estamos haciendo e intentar buscar una manera de ser originales y decir las cosas desde una nueva mirada, siempre. Si tuviese que encasillarnos, partimos en un rock que miraba mucho más a lo que se hacía en Londres y fue cambiando por esta participación conjunta con gente de otros países y ahora se acerca más al pop new wave, con esencias de rock y lo que fue el rock latino de los 80, siempre cantando en nuestro idioma. Nuestro lenguaje es por esencia romántico y eso nos ha influenciado bastante. Nuestro sonido es bien particular, se ha afianzado y nos tiene bien contentos con lo que estamos entregando.

A la hora de componer, ¿hay algún artista que los inspire y/o influencie?

La creación es bien intuitiva, no tenemos una fórmula. Conozco muchos músicos que tienen ciertos métodos personales que nunca obedecen a una estrategia. Si bien es música popular y está pensada desde esa estructura base, lo que se crea es muy poco predecible, sin embargo, hay muchas tendencias. Hoy en día la mirada está mucho más enfocada hacia Latinoamérica, a lo que fue el new wave de los 80, estamos revisitando algo que muchos disfrutamos como, por ejemplo, Soda Stereo, toda esa época. Cada vez tratamos de ser más auténticos, tomamos una idea general y la reversionamos a una versión actual, 2018.

En ese ámbito compositivo, ¿tienen roles definidos?

Se trabaja en conjunto. Al principio la banda tendía a trabajar en lo que hacíamos Pablo y yo. Hoy en día, como cuarteto, con Felipe y Álvaro hemos decidido integrar a todos en esta composición musical, algo que ha traído nuevos aires a nuestro trabajo. Hoy día se comparte bastante el trabajo. Si bien hay expertiz de algunos más desarrolladas en ciertas áreas, en mi caso la lírica, en el caso de Pablo y Felipe los arreglos musicales, todos participamos de todo. Nos sometemos al escrutinio del otro, siempre para así poder meter todo a una juguera, que es lo que hoy en día estamos haciendo.

Hablando de sus discos ¿Qué diferencias podemos encontrar en Libre de Mente, su primer lanzamiento y Reaccionar?

Yo creo que son dos discos bien similares, tienen una mirada del rock de los 2000, una idea propositiva en cuanto al sonido, sin embargo, están dentro de una línea editorial que la banda mantiene hasta el día de hoy que es básicamente de la vida, de cómo descubrimos incluso que el nombre Aiken significaba vida en Kaweskar, lengua originaria del sur de Chile y eso fue conjugándose. Es algo que uno no quiere armar, que va ocurriendo, uno va observando distintos lugares y ellos te van diciendo cosas, te invitan a seguir un camino. Creo que la banda tiene una mirada en esos discos. Cuando salen los EPs después de Reaccionar, hay un nuevo peldaño, donde decidimos tomar una bifurcación, muy pensada, de querer decir las cosas de una manera distinta, de no tener que gritar a la cara las cosas y decir lo mismo pero de una manera más amable, pero con la misma idea.

¿Por qué motivo decidieron distribuir su segundo disco en un particular formato como lo es una Pulsera Pendrive?

Estamos hablando del 2011. Fue una idea del equipo de trabajo, en particular de la manager de ese momento. Dijo que teníamos que hacer algo nuevo, rupturista y aprovechando que estaban muy de moda los pendrives, nació la idea. Averiguamos como hacerlo y buscamos la forma de hacerlo andar, trajimos los pendrive y los cargamos nosotros mismos, uno a uno y los vendimos por internet, en los conciertos, se fueron todos. Salimos hasta en el diario como emprendedores de la música (risas).

¿Cómo nace la oportunidad de ser parte de la banda sonora de la serie MINT Realidad Aumentada de Televisa México?

Es una serie que aún no se estrena en México y la posibilidad nace el año pasado, cuando viajé a México solo, a reactivar las redes y a hacer prensa. Habían salido un par de festivales que no logramos concretar y decidimos ir y acercanos un poco a la gente ya que estamos tan lejos que a veces se van olvidando de ti. De esa cercanía, un par de amigos allá nos presentaron a una persona relacionada con Televisa y con la serie y le gustó mucho el trabajo de la banda y seleccionó dos canciones: “Alma Indomable” y “Se Nos Olvida” que están dentro de esa serie. Apenas se estrene lo vamos a comunicar oficialmente, no lo hemos querido publicar más porque todavía no está oficialmente arriba la serie.

Han tenido la oportunidad de estar en importantes escenarios en Chile y Latinoamérica, dentro de los que se destacan Vive Latino (México), Sierra Mar Fest (Colombia), Bafim (Argentina) y La Cumbre del Rock Chileno. Cuéntanos, ¿qué recuerdan de esas experiencias?

Ha sido maravilloso. Todavía nos queda batería de esas experiencias para seguir empujando el carro. Los Festivales son muy lindos: Vive Latino es una experiencia fuera de lo común, sería comparable con Lollapalooza, acá en Chile, donde hay mucha prensa y estás en estadios con mucha gente, el headliner era Blur. Es un nivel en el que pocas veces una banda independiente está, una plataforma que uno alcanza y de la que después vuelves a caer a la realidad, ya que cuando vuelves a Chile tocas en bares más pequeños y con los mismos 100 amigos que te siguen siempre, que están ahí. Son Festivales que uno recuerda con mucho cariño y se cuelgan como estrellitas, como las medallas de los futbolistas (risas).

¿Cómo ven ustedes la música como herramienta para transmitir ideas en el ámbito social, la usan así?

La cultura en general, no solo la música, es una de las herramientas más importantes para transmitir ideas en lo social. Los escultores, los pintores, los actores, tienen siempre una mirada muy social. La piel de uno puede que esté más sensible a esas cosas, puede que sea por la relación artística con algo, uno como persona siente de una manera diferente o un poco más exagerada, entonces algo te empuja a decir lo que está ocurriendo. Si lo expresas a través de la música sale una canción o algo que tiene que ver con la realidad de lo que está ocurriendo. En nuestro caso, nuestra “línea editorial” o mirada no rehúye a lo social, pero no lo toca directamente, por gusto, porque creemos que hay bastantes exponentes que tienen todo el talento para decir lo que está pasando de una forma muy correcta y que llega a la gente. Lo que nosotros hacemos es una mirada más propositiva, ver que también hay un vaso medio lleno, sin olvidar que existe una parte media vacía, no nos olvidamos de eso, en ningún caso.

Este sábado 8 de diciembre en Club Chocolate celebrarán sus 10 años de vida. Dinos, ¿qué sería lo bueno y lo malo de estos primeros 10 años?

Lo bueno es que creo que hemos logrado una cierta voz, pequeñita, de nicho, que todavía está en desarrollo y nos tiene muy contentos con el sonido, con los detalles que entregamos y que nos hace sentir muy honestos en lo que hacemos. Como cualquier músico en Latinoamérica, lo malo puede ser la incertidumbre constante de levantarse en la mañana y no saber qué es lo que va a pasar en dos horas más, la música no es una labor que tenga un camino escrito, que tenga un dinero en particular, que vaya avanzando hacia algo con mucha claridad, a veces se agranda, se achica. Hay que tener una lucha constante con muchas situaciones personales, egos, ansiedades, eso es muy complejo. En la vida en general uno pelea siempre contra sus demonios y eso no tiene que ver con que uno sea músico, va más en la persona ya que lo que haces es lo que te define.

En su show van a estar tocando con los peruanos Zen, ¿cómo nace esa relación?

Hemos estado ya 4 veces en Perú y en las últimas dos nos tocó tocar con ellos en distintos escenarios. Los conocimos a través de otros músicos de allá. Todo parte el 2011 en una conversación en redes sociales, a través de un chileno, Mauro Muñoz, que vive en Lima, el que nos indicó que había una banda que nos caía como anillo al dedo, nos recomendó escucharla y contactarlos. Hace rato que Aiken estaba buscando esta relación con bandas de otros lados y así nace una amistad profunda con Gaia y que crea esta inquietud de hacer esta ONG que se llama Tour American Rockers, cuya finalidad es hacer estos puentes en Latinoamérica entre bandas. Eso lo empezamos con Gaia, los que han venido varias veces a Chile y nosotros hemos ido a Perú bastantes veces gracias a su gestión. Ahora nace este nuevo puente con los Zen que son una tremenda banda, llevan más de 15 años tocando y nunca habían salido de su país, así es que les mostramos la opción y así se dio. Estarán el 8 de diciembre abriendo nuestro show y el 7 en el Hard Rock Café, en solitario. La idea es seguir poniéndole más palitos al puente que hemos afianzado con México y Perú, donde hemos creado una comunidad de trabajo con amigos.

Hablando del show en si ¿Qué tienen preparado para esa noche?

Va a ser un show especial, de cerca de una hora de duración. Revisita canciones desde nuestro primer disco hasta el más nuevo. Vamos a presentar nuestro nuevo single “Quédate” que adelanta el próximo disco que ya estamos trabajando y esperamos tener listo por el primer semestre del 2019. La canción es muy bonita, muy cercana, al fan club más cercano le encantó. Además habrá todo un decorado especial, no quiero dar más detalles pero va a ser un hito, nos vamos a mostrar como somos, sin ninguna pretensión ni grandilocuencia más que nosotros mismos.

Para finalizar y agradeciendo tu tiempo. ¿Qué tienen en mente para lo que queda del año y el 2019 que se aproxima?

Nuestra fuerza está en el show de este sábado, en hacer algo diferente, bonito, de emociones interesantes, eso es lo primero. Luego, para febrero se está cerrando una gira al sur, donde no hemos estado nunca y se están cerrando un par de fechas en enero. Eso en la primera parte del año, luego queremos retornar a México, algo que tenemos muy en carpeta. Estamos trabajando con una nueva manager allá. Y también ir a Perú donde tenemos una relación muy especial con la gente.

Este sábado 8 de diciembre en Club Chocolate, Aiken celebra sus 10 años de vida. Entradas a la venta a través del sistema Eventrid.

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