Por Sebastián Allende.

“Entre dormir y soñar” es lo nuevo, ya en clave de salsa, de la cantante nacional Maite Solana, artista que sigue explorando una veta bailable en sus presentaciones en vivo y que pretende forjar este nuevo camino a través de colores latinos y bailables.

Oriunda del mundo del jazz, tras un viaje a EEUU, su vida dio un vuelco que la llevó a reconectarse con la fusión de ritmos latinoamericanos.

Conversamos con esta artista viñamarina acerca de su interés por la música, de su vida, de su disco Vuelvo a Casa, de actualidad y más en la entrevista que podemos revisar a continuación:

Maite, muchas gracias por conversar con nosotros. Para empezar nos gustaría saber ¿Cómo partió tu interés por la música?

El interés ha estado siempre, pero se fue potenciando con el cantar de los festivales de los colegios clásicos de Viña que fueron, en su momento, Los Padres Franceses o el Liceo San Antonio. Ahí se fueron creando espacios para que yo fuera cantando y conociendo gente. Finalmente, el interés ha sido algo mío siempre y sigue estando este interés.

Una vez arraigada con lo que es hacer música, nos gustaría conocer si tienes algún artista que te inspire o alguna temática que te guste tocar en tus canciones.

Yo siento que la música es algo que está presente en todo y en todos. Puede que no cantes, pero sí bailes. Que no cantes ni bailes, pero sí escuches. Entonces se va haciendo tuya, de las etapas, de tus estados y de lo que te vaya pasando. Para mí, en su momento, en ciertas etapas de vida mis referentes han sido la Ella Fitzgerald o, en la etapa de canto en los festivales, fue la Alanis Morissette. El año pasado tuve mucho interés en Violeta Parra, me involucré mucho en cantar cosas de la Violeta. Con el disco, Vuelvo a Casa, fueron muchas las influencias de muchos artistas, de muchos lados que ahora están convergiendo en referencias de músicos como Gloria Estefan, Selena, música más latina y variada, que es lo que escucho hoy día.

Un cambio en comparación con tu formación que era más cercana al jazz.

Sí, por eso te decía que, dependiendo de las etapas y de lo que vaya pasando cambia mucho lo que uno escucha.

¿Y en ese sentido en qué momento cambia tu etapa y te vas a algo más pop? ¿Qué te llevó a tu primer disco, Vuelvo a Casa?

En la Universidad me invitaron a cantar en la big band de la Católica y en el colegio como que salió el tema de tocar, entonces la formación más jazzista fue algo que fue saliendo con el tiempo, más que una búsqueda fue algo que fue apareciendo. De la misma manera toda esta formación del jazz y esa etapa en la vida sufre un quiebre en mi vida una vez que viajo a Nueva York que es la cuna de este estilo. Ahí estuve presente y me dije “qué tanto color le dan” y me vino una depresión tremenda. Echaba mucho de menos Chile y en vez de potenciarme con las raíces del jazz, teniendo profesores que son embajadores del estilo, me fui por el lado latino que era lo que extrañaba y me dije “chao no más”.

¿Y qué fue lo que te decepcionó de ese estilo?

El tema de vivir en región y ser media ingenua me llevó a estudiar a Nueva York, una vez estando ahí me di cuenta que ese no era el lugar en donde yo quería estar porque acá en Viña conozco a todo el mundo, saludo, me quedo echando la talla con todos, me gusta vincularme con las personas, lo que para mí no es perder el tiempo. Al contrario, el gringo todo lo cuantifica, entonces el tener que deshumanizarte en pos de estar 24/7 porque la ciudad no duerme, me hizo darme cuenta que eso no era lo que yo quería, ya que me gusta que me abracen, yo soy demasiado de piel, me afectó mucho el estar sola y el darme cuenta que esa no era la vida que quería. Igual lo del viaje lo tomo como que siempre prefiero hacer las cosas y saber lo que pasó al haberme muerto y quedar con la pregunta de qué hubiera pasado. Por suerte me di cuenta de que no era lo que quería.

¿Alguna enseñanza o algo que te haya dejado este episodio?

Gracias a ese episodio terminé sacando el disco y me dieron las respuestas de poder saber lo que quiero y dar las gracias de saber dónde estoy. Después de este regreso, yo vuelvo con una energía bacán a Chile y como que caigo en la casa de unos amigos, de Carlitos (Hernández), quien tiene unas ideas muy buenas, él es quien produce mi primer disco, tiene muy buenas ideas para canciones, por ejemplo, el “Vuelvo a Casa” es una cumbia. Fue lindo eso, ya que toda esta sensación de querer volver él la transformó en una cumbia y cuando se me va pasando la pena y volvi a retomar mi vida, a cantar, salió el tema “Entre Dormir y Soñar”, porque fue que no podía volver a tomar el cuerpo de la felicidad de volverme a comer un pan con palta, de volver a carretear, de tomar chela, imagínate que volví en noviembre.

Podríamos decir que tu historia musical está totalmente relacionada con tu vida en Viña del Mar.

Mi música es bastante hogareña, por decirle de alguna forma y son letras bastante básicas por lo mismo. Igual el disco Vuelvo a Casa tiene muchos estilos y muchas influencias, ahora que estamos trabajando, nos estamos definiendo como estilo, por ello estamos acotando el repertorio para hacerlo algo bailable. La diferencia entre el disco y el single nuevo “Entre dormir y soñar” está siendo un puente para lo que se viene que será un show latino para escuchar de pie y bailar y más que la auto referencia ahora estamos explorando unos covers de la Selena Quintanilla, una onda entre son, cumbia, salsa, metiendo algunos temas de otros artistas para que los shows tengan un hilo conductor bastante tirado hacia lo bailable y sean más entretenidos.

¿Pero qué fue lo que te llevó a decir “para este lado quiero que se mueva mi música”?

Cuando volví empecé a ir a carretear harto en un bar en donde tocaban harta música latina. Por un lado fue lo que estaba escuchando y por otro haber estado tanto rato en Estados Unidos te viene una cuestión como uno que nunca has tenido que es que te empieza a bajar una nostalgia latina y ahí nos pusimos a escuchar música de la tierra, algunas cosas como bossa, festejo, música peruana, ahí nos fuimos en la media volada.

¿Si tuvieras que decir a qué suena Maite Solana…?

Déjame pensarlo… A mí me encantaría ser una especie de Gloria Estefan. Todo tiene que ver con un tema de identidad, ella tiene una voz súper sólida, tiene los medios músicos y los medios temas. Su carrera parece muy austera, pero es potente, ahora sacó un disco de American Songbook en donde toca algo de jazz.

“Entre Dormir y Soñar” nació como un funk pero ahora que ya estamos retrasando la ruta y nos estamos tirando a una versión tropical, lo hicimos como una salsa y ese es el single que estamos lanzando. Nosotros ahora estamos puliendo el disco como está y perfilándolo como algo bien tropical, bien latino. Haciendo una exploración de sonidos latinos, ya que en el disco hay un festejo, una salsa.

¿Cómo ha sido la influencia del productor Carles Hernandez en tu carrera?

Carlitos es un iluminado. Es total, yo me sustento gracias a Carles, es un multiintrumentista, a él lo que le pongan, lo toca. Él es quien crea mis maquetas. A nivel creativo, él me va guiando y dando las pautas en todo. Él es un capo, le digo podríamos aspirar a algo más bailable y agarró los mismos bronces que ya estaban y creó una salsa. Aparte es un muy gran amigo, como que su casa es un circo. Estamos muchos metidos ahí. Es una casa que te acoge mucho, eso en el fondo es lo vinculante que tiene el vivir en regiones. La casa de Carlitos es como Friends, llegan todos y risas en el estudio. Nos hemos afiatado como grupo, gracias a esa casa.

Maite, la próxima presentación que tienes será el próximo sábado 9 de junio en Gran Refugio ¿Qué podemos esperar de ese show?

Vamos a hacer un petit bouche, porque la idea es hacer algo en ese espacio que nos está entregando la Bernardita (Ruffinelli, comediante) para acompañarla a prender el público, prender el ambiente, armar el webeo y darle el paso a ella. Vamos a ir en un formato con pistas, en donde gracias al espacio del recinto va a ser una presentación mucho más cercana: voy a estar con dos músicos más. Es lo que se hace actualmente para poder tocar en locales más reducidos para tocar lo más similar a tu sonido original en espacios más cerrados. El tema de tocar en lugares más cercanos nos ha ayudado a trazar esta ruta del disco. A mí me gusta harto que la gente participe en mis shows, como las letras son simples, permiten hacer cosas más lúdicas como: “que levanten los brazos” y cosas así, que la gente se cagan de la risa y terminan participando igual.

Tus shows, en cierta manera, son más lúdicos y entretenidos debido también al estilo de la música.

Siento que a nivel de diálogo me acerco más a alguien más cómico que a un tipo de cantante más serio o más formal. En esencia soy muy pela cable y eso me gusta.

¿Qué podemos obtener de tu música?

Sonreír, simplemente sentirse bien. Eso es todo lo que yo espero que obtenga. “Vuelvo a Casa” es algo tan rico como el soñar y son cosas que no se olvidan.

Cambiando de tema y hablando un poco de actualidad. ¿Qué opinas de las tomas feministas y de todo este despertar que están teniendo las mujeres?

Ayer estaba pensando harto y siento que está todo como muy complicado ya que estamos como muy híper reactivos, como que ya no puedes hablar de nada, estamos en un mundo muy susceptible y como eso se ha ido plasmando a través de las marchas me preocupa mucho. La gente está muy irritable. El tema del feminismo pasa por una cuestión de sentido común, de esperar las mismas cosas, de respetar al otro, de hacernos valer en las diferencias, tal vez hay cosas en que yo no estoy de acuerdo en cómo expresarlas, no sé si la mujer cuando optó, con Coco Chanel, a usar pantalones o al derecho a voto fueron marchas tan agresivas. Como que el clima de las marchas habla de cómo estamos como sociedad y eso a mí me preocupa. Yo el feminismo lo apaño y lo vivo, porque trabajo en equipos liderados por hombres y he hecho la wea que he querido. He vivido la feminidad a medida súper power, siendo de familia árabe, que viene de una tradición que es de atender al marido, como que están bien marcados los roles.

¿Cómo lo haces con eso? ¿Ir contra esa tradición?

No lucho con eso, si tengo gente la regaloneo. Ese es el tema, todo el mundo está híper reactivo. Nos falta empatía, escuchar al otro y respetarnos. Esta todo el mundo vuelto loco, trabajando y todo súper competitivo. La gente se ha vuelto más personalista y es el discurso por sobre el tuyo. Esta neo moralidad en donde todos son los profetas cansa. Muchas de las cosas en las que se pierde el mensaje, son en pequeñas. Estamos todos enajenados, viviendo en el día a día, preocupados en el tener la razón en vez de ver, escuchar y razonar sobre lo que está pasando.

Volviendo a la música ¿Qué planes tienes para este 2018?

Este año planeo generar comunidad, darme a conocer, empezar a mostrar más lo que hago, poder integrarme a las radios, redes sociales y dar a conocer el disco en este formato que es humanizarse y volver a la alegría, volver a sentir el cuerpo, sentir la vida. En un mundo con tanta inmediatez es difícil. Mi pega, es que te sientes 4 minutos a escuchar esta música.

La próxima presentación de Maite Solana será el sábado 9 de junio en Gran Refugio (Tomás Andrews 85, Providencia), ocasión en la que compartirá el escenario con la comediante Bernardita Ruffinelli.