Daughter en Teatro La Cúpula: Potente sobriedad
9 de noviembre 2017.

Por Nicolás Morán.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

No siempre tenemos la oportunidad de tener artistas de lugares tan remotos como Inglaterra visitando nuestras tierras, y por suerte, tuvimos la chance de presenciar un espectacular show en el Teatro La Cúpula del Parque O’Higgins. La noche fue sobria, aunque no por ello menos significativa.

Daughter es de esos grupos emotivos, inclasificables y de algún modo, vanguardistas. Nace como una propuesta que varía y pasa del folk al indie, coqueteando con el post rock como una ola. En un espacio repleto hasta donde alcanzaba la vista, los ingleses entraron a las 21:45 h a encontrarse con un público hambriento de música que clamaba por la suave y melodiosa voz de Elena Tonra, que enamora al primer estribillo.

Esa mezcla entre lo que fue The Cranberries en su época, un poquito de Dummy de Portishead (por el dream pop), mezclado con un tanto de The Pixies, una influencia marcada de sus compatriotas de Arab Strap, algunos tintes de The XX, el plus de la voz de Elena, que además juega con ese timbre que nos podría llegar a recordar a Regina Spector, sumado a esa lírica oscura y un tanto lúgubre que pareciera encantar a un target no superior a los 25 años, le da como resultado a Daughter, la chispa para continuar el trabajo de experimentar nuevos sonidos que enloquecen al público independiente chileno y que no podemos evitar relacionar con la escena underground depresiva de los 90’s, que se complementa bien con Igor Haefeli en la guitarra y Remi Aguilella en la percusión.

Se vio desde su primer trabajo, If You Leave (2013), temas que hablan de lo que sientes si es que tienes relaciones amorosas que salen muy mal, siendo “Youth” o “Smother” claros ejemplos de ese frenesí emocional juvenil, y por esto, cabe señalar, estamos frente a canciones que llegan al alma de los fanáticos. Un disco catalogable como de adolescente incomprendido, pero que, en realidad, responde a un trabajo introspectivo, reflejo de las vivencias de Elena, que van desde el bullying, hasta fracasos amorosos y rupturas traumáticas provocadas, en parte, por amores asfixiantes. En cierto modo, esta banda juega con la intimidad de esos sombríos pensamientos de la gente. Si bien se nota que han evolucionado musicalmente, lo cierto es que If You Leave fue muy bien recibido dentro de la crítica especializada el año que salió, y es de los discos regalones de los fans, puesto que aunque partieron con “New ways”, de su segunda entrega, Not To Disappear (2016), que estuvo cargada mucho al slowcore, tratando de apegarse a lo minimalista y sobrio, manteniendo ese espíritu un tanto depresivo. Aún así, la gente coreó y cantó con más entusiasmo las canciones del primer álbum, lo que no quita que los asistentes se acercaran corriendo y apretándose contra la barricada, para poder estar en primera fila, sobre todo con las emotivas entregas en “Numbers” y “No Care”.

Dentro de las cosas que pasaron anoche, hubo algo que me llamó la atención de sobremanera, puesto que ocurrió un hecho curioso. Aún cuando el grupo, en teoría debería estar promocionando su tercer disco, Music From Before the Storm, que viene saliendo del horno, y aún así, si no lo oigo en Spotify, no me entero de que había disco nuevo. Este disco es el OST del juego Life Is Strange: Before the Storm, que funcionaría como precuela del juego anterior, Life Is Strange. Mostrando que la banda tiene mucha tela que cortar aún, y que nos queda Daughter para rato, puesto que con esta gira cierran, por segundo año consecutivo, éxitos en varios ámbitos. Lo curioso es que, extrañamente, no escuchamos en el concierto, ni una sola canción de la nueva entrega. Todo se centró en los 2 primeros álbumes y un sencillo de su EP del 2011, His Young Heart. Extraño, por decir algo.

Una de las gracias de este grupo es que su música es muy agradable de escuchar, aunque durante el concierto faltó entregar más energía. Se entiende que su postura de chicos sensibles les impide saltar y mostrar una gama de emociones que nos lleven a pensar en cosas agradables, pero siento que estuvo demasiado plano el show y que se pudo usar la devoción de los seguidores como un catalizador para que hubiera una mayor interacción artista/público, cosa que no se dio, y que extrañé bastante.

Para cerrar, luego de que se pasara volando la casi hora y cuarto que tocaron, deleitaron con “Fossa”, que le daba ese sello melancólico, pero con una pincelada de optimismo a su presentación. Perfecto para que podamos reflexionar en torno a la vida y a la muerte, porque Daughter nos obliga a eso. A darle una vuelta a nuestra propia existencia, y a que podamos ver reflejados nuestros días más oscuros en sus letras, para que nosotros encontremos quizás una salida, o bien, nuestra propia forma de sacar todo eso de nuestro sistema, tal como lo hizo Elena Tonra, cuando encontró consuelo, tocando una vieja guitarra en Northwood, Londres.

Setlist:
New Ways
How
Numbers
Doing The Right Thing
Candles
Human
Winter
No Care
Youth
Smother
Shallows
Medicine
The Woods
Fossa

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