Electrodomésticos en Bar El Clan: viaje sin fin a la exploración musical
28 de diciembre 2016.

Por Bernardita Ovalle.
Fotografías por Álvaro Gauna.

Cada semana nuestro querido Bar El Clan nos permite disfrutar de una amplia gama musical, dando espacio a bandas y solistas emergentes y ofreciéndonos una excelente alternativa nocturna en el barrio Bellavista. Pero, así como se presentan nuevas e interesantes propuestas musicales, también ese cercano escenario ha sido pisado por consagrados músicos. Esta vez fue el turno de Electrodomésticos, banda liderada y fundada por Carlos Cabezas en plena década de los 80.

Desde muy chica recuerdo a esta banda. Una tía bien “lolein” la escuchaba a todo volumen y siempre me llamó la atención esa voz estruendosa de Cabezas junto a esos sonidos tan diferentes a cualquier otra agrupación que se escuchara en esos tiempos.

Por coincidencias de la vida, su hijo y yo íbamos en el mismo colegio, por lo que de vez en cuando al terminar la jornada me topaba a la salida con este músico; en esa época- omitiré el año para evitar mi caída de carnet al precipicio– yo estaba en plena adolescencia y abierta a conocer el estilo musical que se me pasara por delante y él, ya consagrado como uno de los pioneros musicales del país. Cuando lo veía pensaba “algún día me gustaría verte en vivo Carlos Cabezas”. Y anoche fue la ocasión.

Ante un Clan prendidísimo y lleno de expectación, la banda dio una clase magistral de sinergia: cada integrante por sí solo tiene una capacidad musical indudable, pero juntos conforman un potentísimo y aplastante sonido, con Cabezas como el único integrante original, al mando de la voz y la guitarra. A su lado, un impecable bajo sonaba a cargo de Sebastián Muñoz, de Cómo Asesinar a Felipes, y en ambos extremos del escenario los virtuosos Valentín Trujillo en teclados y Edita Rojas en batería.

Los Electrodomésticos, hay que decirlo, no son poseedores de un estilo digerible para todos. Su sonido está compuesto por complejas estructuras musicales que se sustentan en la exploración electrónica y el viaje incansable en la búsqueda de sonidos nuevos. Cuando partieron con este proyecto su espectro sonoro se basaba en el new wave británico y el rock experimental, junto con el uso de samplers que jugaron un rol fundamental para catalogar a la banda en la vanguardia.

Pero fue esa misma extrañeza musical, de toques instrumentales junto a monólogos, la que los llevó a convertirse en una de las más audaces e iluminadas propuestas musicales de una época ochentera que se caracterizó por un sombrío escenario cultural, a causa de la situación política del país, la que además conllevó a un hastío social en el que encajaba perfectamente Electrodomésticos.

Anoche se sentían en el ambiente esas ganas de escuchar un extracto de los dos primeros álbumes de la banda y así hacer un llamado a la nostalgia. Sin embargo, la banda esta vez se centró en interpretar temas más recientes, como “Detrás del alma”, “Un sueño en la piel” y “Fe de carbón”, además de darse el gusto de tocar algunos de su nuevo disco- que aún no lanzan- como “Dos mil canciones” y “La ciudad se fue”. Despidieron la presentación con “Frío misterio”, del álbum de 1987 “Carrera de éxitos”, logrando la inmediata y colectiva teletransportación a los 80, pero dejando al público ansioso por más.

Fue un show que consistió en 10 canciones y en el que se logró un abrasador encuentro con el público, donde el reducido espacio se aprovechó para lograr una conexión más íntima. Leí por ahí la anécdota de que la primera vez que tocaron masivamente, lo hicieron de espaldas porque no se creían el cuento de buenos músicos. Hoy, con más de 30 años de trayectoria, tienen todas las cartas para hacerlo siempre de frente y para situarlos como uno de las agrupaciones más emblemáticas de la escena musical chilena.

>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA PINCHANDO EN ESTE TEXTO <<<