Festival Otoño Fauna 2018: Construyendo tu experiencia
12 de mayo 2018.

Por Jaime Farfán.
Fotografías por Camila Amigo.

La gente se aglomeraba en las inmediaciones de Espacio Riesco la tarde de este sábado 12 de mayo. En el centro de la comuna de Huechuraba se desarrollaban ayer dos esperados panoramas. Por una parte, los coloridos cosplays, superhéroes y personajes de todas las épocas poblaban las veredas, reunidos para la Comic Con Chile 2018, que prometía encantar a chicos y grandes. También era la ocasión del joven Festival Otoño Fauna, que en su nueva edición, promocionaba un cartel cargado de buena música. Era el turno del debut de nombres como Sun Kil Moon, el reconocido proyecto del cantautor norteamericano Mark Kozelek. Otro show esperado era el del trío synth-pop Future Islands, en el mejor momento de su carrera, venían a presentar su último disco The Far Field, anunciando un energético cierre. El plato fuerte de la noche lo constituía Mogwai, en su cuarta presentación en Chile, estrenando conformación y baterista, y celebrando dos décadas de carrera.

Desde su primera edición el 2017, el festival se creó para ofrecer una nueva opción a los adeptos de la música alternativa en Chile, atreviéndose a traer nombres que antiguamente era difícil esperar en nuestro país. Con un cartel amigo del post-rock y del shoegaze, el año pasado se pagaron viejas deudas con los seguidores chilenos de bandas clásicas como Slowdive, This Will Destroy You y The Radio Dept., mezclados con recordados actos del indie-rock y su cuota de electrónica, creando una interesante oferta musical de mediado de estación, una especie de hermano pequeño de la versión primaveral.

En la versión 2018, el público disfrutó de las múltiples alternativas y características que definen a las producciones de Fauna. En el patio del recinto se estableció un agradable conjunto de stands, y diversos comercios externos y patrocinadores ofrecieron distintas opciones de comida y bebida. Todas estas solo accesibles a través del ya conocido sistema cashless, mediante el cual la pulsera del evento pasa a ser una especie de tarjeta prepago, para comprar dentro del festival. Por lo demás, se dispuso de cómodos sitios de esparcimiento, cantidad adecuada de baños, y una entrada y salida sin mayores incidentes, así que podríamos comentar que la productora ya es experta en eventos masivos de esta índole.

En el plano netamente musical, los talentosísimos chilenos The Holydrug Couple fueros los encargados de dar el puntapié inicial a la tarde. Puntualmente a las 15:30 horas suben al escenario el conjunto formado por Ives Sepúlveda y Manuel Parra, quienes en esta ocasión en formato trío dieron rienda suelta a su interesante propuesta de nueva psicodelia, que ha llamado la atención por escenarios de festivales como el Desert Daze y Levitation. Acorde con la moderna infraestructura del Espacio Riesco, el grupo crea una atmósfera de ensueño con melodías con tintes dream pop y ambient, con secuencias repetitivas y distorsionadas que llegan a resultar, como dice su nombre, hasta algo narcóticas. En una presentación de casi 45 minutos se dan se dan paso temas clásicos y nuevos, entre los que destacan “Dreamy” y “Atlantic postcard”, mientras los límites de las canciones se iban haciendo borrosos. En un sueño despierto, los nacionales fueron recibidos con cariño por el público, que progresivamente comenzaba a llenar el recinto.

Un dorado sol entibiaba el aire cuando cerca de las 17:00 hrs sale al escenario la joven figura de Cosmo Pyke y su banda. Con una fuerte vibra de blues, jazz, hip-hop y soul, fue una de las sorpresas más agradables del día. Protegido de Frank Ocean, el músico, artista y skater londinense desplegó todo su talento, conquistando en minutos a creyentes y no creyentes, los cuales se apresuraron a entrar, al escuchar las sabrosas líneas de bajo filtrando por las puertas del lugar. Enfundado en un overol naranjo los británicos se perfilaron como una interesante propuesta en la música europea, a través de cortes del estilo de “Chronic Sunshine”, “Hargrove” y “What Can I Do”, con una fusión de jazz clásico, rap moderno e incluso, indie-rock, con letras ácidas y críticas del estado inglés, la sociedad actual y lo que significa crecer. Carismático, encantador y con un futuro prometedor, Pyke se dio el tiempo de conectar con sus fans, los cuales aprovecharon de fotografiarse con él al finalizar el show.

A continuación, fue el turno del destacado cantautor norteamericano Mark Kozelek, quien con su proyecto Sun Kil Moon hizo su debut en nuestro país. Con una larga trayectoria en la espalda, el corazón de Red House Painters destaca por sus ambiciosos proyectos, y este año no es la excepción, cuando presenta su nueva placa, llamado curiosamente, Mark Kozelek, hace un par de semanas. El músico, conocido además por su carácter, fue cálido y cercano al público chileno, y con preciosas interpretaciones de nuevos temas como “This is my Town”, ahorró bastante en clásicos, hasta la delicada “I Can’t Live Without my Mother Love” del aclamado disco del 2014, Benji. Entre canciones Kozelek no perdió la oportunidad de interactuar con los asistentes, especialmente para salir del paso de unos pequeños problemas técnicos de sonido al principio del show, asunto que nunca terminó por cuajar bien pero del cual el cantante salió airoso, conquistando con su suave tono de voz mientras recorría difuminado entre las luces del color del atardecer, cortes rescatados de su extenso catálogo. Tan amplio, que más alguno quedó con gusto a poco.

“Ustedes saben que no volveremos a grabar otro disco. Así que estamos muy agradecidos de que aún nos sigan apoyando”. Con esas palabras Jonny Pierce, el energético y sensual vocalista agradece la entrega del público que cantó y bailó con los nostálgicos temas de The Drums, quienes en cerca de una hora y media dieron recorrido a una trayectoria de cuatro discos que se cierra con “Abysmal Thoughts” del 2017. Tras la partida de Jacob Graham, mitad vital de la banda el año pasado, para trabajar en su proyecto Sound of Ceres, el grupo hace una especie de carrera de la victoria y despedida. Con un setlist cargado de clásicos, “Let’s go surfing”, “What you were” y la dedicada “Book of stories”, The Drums reafirmó su lugar en la historia del indie rock, y en la memoria musical de nuestro país.

Tras un pequeño retraso debido a un problema entre el público, a las 21:30 subieron los cabeza de cartel Mogwai, quienes con “Crossing the Road Material”, de su último disco Every Country’s Sun, abrieron para dar otra presentación memorable. Con nuevo guitarrista y estrenando baterista de apoyo, ninguno se quedó corto en entregar potentes versiones de los clásicos “Rano Pano”, la melancólica “I’m Jim Morrison, I’m dead”, y “Hunted by a freak”, creando momentos de absoluto silencio y contemplación en los asistentes. Salvajes sonaron los acordes de Stuart Braithwaite y compañía en “Mogwai Fear Satan”, en una versión reformulada que arrancó más de un grito. Agradablemente se integraron interpretaciones de “Party in the dark” y “Remurdered”, donde los afilados sintentizadores sacudían el pavimento. Cerrando con “We’re no here” Mogwai reafirma su capacidad de reinventiva dentro del post-rock después de 20 años de experiencia.

La expectativa ante la primera presentación de Future Islands en Chile era alta. Sus sencillos eran repetidos por las radios nacionales, y el mito de la histriónica figura del vocalista Samuel Herring trascendió a través de la red. De rigurosa camisa blanca la potente voz del cantante de Baltimore abrió con “Ran”, y se robó el trofeo de la jornada con su fórmula synth-pop e indie-rock, lanzando guturales y rimas recitadas sobre los movidos acordes de Gerrit Welmers y William Cashion. La banda conectó mucho con el público tocando temas populares como “A Dream of You and Me”, pero también antiguos como “Balance”, recibidos con alegría por los seguidores. Sin duda el momento más esperado de la noche fue “Seasons (Waiting of You)” donde Herring no ahorró en movimientos y teatralidad para mantener la leyenda viva, y entregado a través el micrófono conquistó el corazón de Espacio Riesco. Una vez más, Otoño Fauna cumple con todas las expectativas. Entregando un mix entre las características de Campo Abierto y Primavera, nos deja con ansias esperando este pequeño veranito de San Juan antes de las frías noches del inverno capitalino.

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