Green Day en Chile: Los casos perdidos del rock que deleitaron con su pasión y locura
Estadio Bicentenario de La Florida, 12 de noviembre 2017.

Por Jorge Fernández.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

Por los altorparlantes se escuchaba “Bohemian Rhapsody”, la emblemática canción de Queen y a esta le seguía la fuerza portentosa de Ramones por medio de “Blitzkrieg Bop”. El reloj marcaba las ocho de la tarde. Aún no oscurecía, sin embargo, las estrellas estaban próximas a salir. “Also Sprach Zarathustra” de Strauss fue la elegida para que Billie Joe Armstrong y compañía aparecieran en el escenario. La entrada fue simiesca, tal como lo recuerda este tema que forma parte de la banda sonora de “2001: Odisea en el Espacio”. Lo que se lanzó al cielo esta vez, fue la esencia de los allí presentes, pues su alma volvió al cuerpo sólo tras los acordes de “(Good Ridance) Time of Your Life” al final de la extraordinaria presentación.

La canción destinada a abrir el increíble espectáculo fue “Know Your Enemy”, tema perteneciente al disco 21st Century Breakdown (2009). El público, que repletaba el Bicentenario de La Florida, cayó rápidamente rendido a los pies de los californianos. Tanto así, que bastó escuchar los primeros acordes de la canción para que el movimiento ensimismado de la cancha se hiciera uno, junto a las gargantas airadas de las graderías.

Revolution Radio Tour se llama la gira que los trajo nuevamente a nuestro país. El nombre está en concordancia directa con su último disco, con la radio quemándose al fondo del escenario, y con la serie de temas que interpretaron de ese álbum en distintos momentos del espectáculo. De esta manera, pasamos por las iniciales “Bang Bang” y la estridente “Revolution Radio” a “Youngblood” en la parte media, para recaer finalmente en las grandilocuentes “Still Breathing” y “Forever Now”, cuando la cosa parecía llegar a su fin.

El público era absolutamente heterogéneo desde el punto de vista etario. Por eso, no era novedad que, de pronto, hubiesen gritos desorbitados y vetustos al escuchar acordes clásicos de canciones como “2000 Light Years Away” del disco Kerplunk! (1992) para después oír esos mismos gritos en “21 Guns” per, esta vez, por adolescentes que crecieron escuchando parte de los discos más recientes.

Billie Joel tiene un carisma de frontman que lo lleva a ser protagonista de la devoción exacerbada. Manipula al público a su antojo con un aura de sinceridad que ya se la quisieran muchos. Durante el espectáculo, llamó al escenario a fanáticos para que cantaran con él. Lo hizo en “Longview” y lo repitió en “Are the Waiting”, y no conforme con ello, cuando interpretaba “Knowledge”, cover de Operation Ivy, subió un fanático a acompañarlo con la guitarra. Fue tanto el regocijo de este joven que tiró sus zapatos al publico y después de un largo abrazo, le dio un cálido beso a su ídolo. La anécdota no quedó ahí, pues el regalo máximo de la noche sería que la guitarra prestada para mostrar unos pequeños retazos de talento nacional aleatorio, pasaría a formar parte de los acordes eternos de un soñador que dejó de lado los sueños rotos y vivió una realidad inesperada y fantástica.

Sin duda, los momentos de mayor éxtasis masificado se dieron por medio de dos de las canciones más emblemáticas de la banda. “American Idiot”, casi al final de la maratónica jornada y “Basket Case” cuando el tiempo ya no era ni relativo ni real. En ambas canciones, los mosh al medio de la cancha, se intensificaron de sobremanera. Eran patadas fraternas en medio de temas que se disfrutaban con holgura y pasión destemplada. Era la sensación del caos en un momento de regocijo. Era la muestra de afecto en un campo de agradecimiento. Además de los ya citados temas de otras bandas, la presentación tuvo pequeños espacios donde se escucharon interpretaciones de canciones como “(I cant´t Get No) Satisfaction” de The Rolling Stones o “Hey Jude” de The Beatles. En esos momentos, Billie Joel yacía recostado en el suelo, dando vueltas y aferrado a un micrófono que no quería soltar.

Una de las sorpresas más agradables de la jornada fue la inclusión de temas que no suelen incluir en su setlist. “Stuck Whit Me” y “Geek Stink Breath”, ambos temas del Insomniac (1995) y el clásico extrañamente abandonada del Dookie (1994), “She”, fueron canciones que volvieron locos a los fanáticos del punk rock californiano y noventero. Otros puntos altos de la jornada estuvieron a cargo de grandes temas como “Waiting” y «Minority” del disco Warning (2000), y “When I Come Around” y “Jesus of Suburbia” de discos emblemáticos separados por una década entera.

El 12 de noviembre quedará marcado como un día de fiesta para los seguidores de Green Day. Son un caso perdido, tal como lo reza una de sus canciones emblemáticas, pero son de esos que, en momentos inesperados, encontramos con facilidad, tanto en el día como en medio de la oscuridad. Y esa unión, nos devuelve el alma que andaba divagando por los cielos y nos llena de regocijo vivo, de catarsis perentoria y de agradecimiento eterno.

Setlist:
Bohemian Rhapsody
Blitzkrieg Bop
Also Sprach Zarathustra
Know Your Enemy
Bang Bang
Revolution Radio
Holiday
Letterbomb
Boulevard of Broken Dreams
Longview
Youngblood
2000 Light Year Away
Stuck Whit Me
Geek Stink Breath
Nice Guys a Finish Last
Hitchin´ a Ride
Waiting
When I Come Around
She
Minority
Are We the Waiting
St. Jimmy
Knowledge
Basket Case
King for a Day
Careless Whisper / Shout / Always Look On the Bright of Life / (I Can´t Get No) Satisfaction / Hey Jude
Still Breathing
Forever Now

Encore
American Idiot
Jesus of Suburbia

Encore 2
21 Guns
Good Ridance (Time of Your Life)

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