Por Francisca Neira.

Ayer, 31 de octubre, se cumplieron exactos 30 años desde la publicación de El Mar No Cesa, el primer larga duración de la mítica banda zaragozana Héroes del Silencio y cuya primera edición (en vinilo) vio la luz en 1988, casi un año después de su debut discográfico con un EP homónimo que no hizo más que confirmar lo que la banda ya había demostrado en varios escenarios antes: que en su música había una propuesta nueva, con influencias variadas y líricas literarias que ayudaban a construir un sonido absolutamente distante de lo que predominaba en la escena musical hispana y, por qué no decirlo, mundial.

Los cerca de 45 minutos que duró la primera edición del LP nos entregó once canciones complejas, con arreglos instrumentales bastante más intrincados de lo que se suele escuchar en una banda de rock y con un sonido general melódico pero sumamente oscuro y melancólico. “Flor Venenosa”, el último single del disco, nos dice que “el pensamiento es un idioma de signos sin sentido”, estableciendo la línea simbolista de las letras que colman cada uno de los tracks en los que la análoga batería de Pedro Andreu adquiere un sonido casi electrónico, rescatando la tradición del post punk y el new wave que, sin duda, marcó en gran parte el trabajo de la banda.

“Mar Adentro”, que abre el LP y fue el único tema del disco para el que se grabó un video promocional, plantea la lucha entre el deseo como pasión y la racionalidad ligada a la vida, lucha que suele ganar la primera de las fuerzas y que da cuenta del interés del cuarteto por explorar las profundidades de la existencia humana más allá de las cotidianeidades y los devenires de la vida común. Cuatro minutos exactos que erizan la piel con la guitarra de Juan Valdivia rasgueada con el ímpetu de la huida de un prófugo y con la sensación constante de ahogo producida por la metáfora del mar o del agua, siempre presente en el trabajo de HDS y, particularmente en esta grabación, tal como escuchamos en el agobiante pasaje “mi alma perdida que arrojé al mar” de “Agosto” o en la vulnerable frase “ocultarme como un río subterráneo, gritaba como un niño… inevitable temor” en “Fuente Esperanza”, ambos singles también de esta producción.

“El Estanque”, “Héroe de Leyenda” y “La Isla de las Iguanas” son, sin ningún lugar a dudas, tres de los pilares de la grabación. Las dos primeras muy sentidas y con un toque teatral que pone al vocalista, Enrique Búnbury, en un lugar protagónico pese a los largos minutos instrumentales que colman ambos temas y la tercera por, precisamente, todo lo contrario ya que es un track prácticamente instrumental en el que se expresa libremente la identidad de la banda y el deseo de experimentación que forjó su camino. “El Estanque”, una favorita de muchos de los seguidores de HDS, sigue la línea de “Mar Adentro” pero en una construcción más épica y desoladora; mientras que “Héroe de Leyenda”, en un éxtasis sonoro de desilusión, agobio y frustración, funciona como el cierre perfecto a un ciclo de temas que se podría escuchar en un loop constante y que nos lleva en un viaje por infinitas emociones y pensamientos.

“Hace Tiempo”, “No Más Lágrimas”, “La Lluvia Gris” y “…16” completan un disco redondo, muy bien pensado y armado que le abriría a Héroes del Silencio las puertas de España y Europa y que marcaría un hito en la música en español al abrir en la escena musical un espacio de expresión de temas y formas que no habían sido explorados con anterioridad. No obstante, el instinto perfeccionista de los músicos y la prolífica producción que siempre los caracterizó hizo que la segunda edición de El Mar No Cesa, esta vez en CD, incluyera dos canciones más en el tracklist: “Olvidado” y “La Visión de Nuestras Almas” llegaron a aportar un rock heredero del underground europeo más profundo, con ritmos vertiginosos, voces desgarradas y un bajo metálico a cargo de Joaquín Cardiel que parece endurecer el sonido del disco completo.

Sin dudas El Mar No Cesa es un disco que vale la pena recordar, escuchar y conocer ya que tiene la marca de nacimiento de una de las bandas más importantes del rock en español y que, pese a la muy mala experiencia que vivieron en su único concierto en Chile, mantiene hasta el día de hoy un séquito de seguidores fieles que añoran cada una de sus presentaciones y que no descartan una reunión del cuarteto en los años venideros. Es de esperar que así sea y que podamos disfrutar del placer de escuchar en vivo varios de los trece temas que componen esta joyita de los zaragozanos.