La diva australiana Kylie Minogue anunció la salida de su nuevo material discográfico titulado “Golden”. Se trata del decimocuarto álbum de estudio en su carrera y es el resultado de un intenso viaje de trabajo al centro de la música country, un viaje a una ciudad cuya influencia persistió mucho después que la leyenda del pop y su banda regresaran a Londres para terminar el disco: “Definitivamente trajimos un poco de Nashville de vuelta a casa con nosotros”, afirma Kylie.

El disco es un mezcla vibrante que combina el sonido pop-dance al que ya nos tiene acostumbrados Kylie con una inconfundible reminiscencia de Tennessee. Fue Jamie Nelson, el hombre de A&R (Artistas y Repertorio, los caza talentos de la industria discográfica), y conocido de Kylie desde hace mucho tiempo, quien primero le propuso el concepto de incorporar “un elemento de música country” en el estilo probado y confiable de Kylie.

La idea estuvo allí por un tiempo y fue tomando cuerpo poco a poco, al principio Kylie y la banda estaban bastante inseguros sobre la forma de cómo llevarla a la práctica. Luego, cuando la ganadora del Grammy y compositora Amy Wadge sugirió que Kylie trabajara en Nashville, una ciudad a la que Kylie nunca antes había ido fue cuando algo hizo clic en ella. “Cuando estás tan entusiasmada con algo y motivada,” recuerda Kylie, “uno quiere hacerlo nuevamente de otra forma y experimentar: subiendo el tono una octava más o aumentar el caudal. Yo era así en Nashville, estaba segura de que el álbum se materializaría. Me dije a mi misma: si no lo consigo en Nashville, no lo conseguiré en ningún otro lado”.

El primer sngle del álbum, “Dancing”, fue un demo producido por Nathan Chapman, el hombre que guió la transición de Taylor Swift del Country a artista Pop reconocida internacionalmente que es hoy. Si hay alguien que sabe cómo mezclar esos dos géneros es Chapman. “Nathan fue la única persona originaria de Nashville con la que trabajé. Tiene un estudio de grabación en su casa, lo que probablemente se deba a su éxito con Taylor… hay muchos discos de platino de ella y de muchos otros grandes artistas colgados en las paredes, es realmente impresionante”.

Dancing es una canción que no solo abre el álbum sino que marca el paso y proporcionando un microcosmos de lo que está por venir. “Tiene la ventaja lírica, esa sensación Country, mezclada con sampling de voz y elementos electrónicos, y le hace honor al título. Me encanta que se llame ‘Dancing’, es inmediatamente accesible y aparentemente tan obvio, pero hay profundidad en la canción.”

Probablemente no sea una coincidencia, pero cada canción de Golden fue co-escrita por Kylie, y eso hace que éste sea posiblemente su álbum más personal hasta ahora. “El final de 2016 no fue un buen momento para mí”, comenta Kylie, refiriéndose a los trastornos personales ya conocidos, “así que cuando comencé a trabajar en el álbum, en 2017, fue en muchos sentidos, un gran escape. Hacer este álbum fue una especie de evasión. Había pasado por un momento de confusión y estaba en un estado bastante frágil cuando comencé a trabajar en él. Poder expresarme en el estudio me ayudó a recuperar mi sentido del “yo”. Escribo sobre varios aspectos de mi vida, los altibajos, con conocimiento de causa y con mucha ironía, ¡y alegría!”

El proceso de componer le permitió a Kylie sacar algunas cosas de su sistema. Ella misma admitió que al comienzo del proceso escribir fue catártico y curativo. Según Kylie, el tiempo dedicado a hacer Golden ha sido un momento de renovación creativo y personal. «Conocí a personas increíbles, escritores y músicos realmente inspiradores. Mi pasión por la música nunca se ha ido, sin embargo ahora es más grande y más fuerte». Y si hay un tema primordial en el disco, es el de la aceptación. «Todos somos humanos y está bien cometer errores, equivocarnos, querer correr, querer pertenecer, amar, soñar. Para ser nosotros mismos. Fui capaz de perderme y encontrarme mientras hacía este álbum».