Por Rodrigo Guzmán.

El próximo 20 de marzo, tendremos la oportunidad de presenciar, una vez más, el hipnótico encanto que pone en escena el conjunto británico Morcheeba. Con más de ocho álbumes de estudio a lo largo de una dilatada carrera, que hoy se encumbra por sobre los 20 años, la agrupación británica, compuesta en la actualidad por Skye Edwards y Ross Godfrey, aterrizarán por tercera vez en Santiago para repasar su fértil discografía.

Formados en 1995 por Ross y Paul Godfrey, lanzaron un año después su primer LP titulado Who Can You Trust junto a la única Skye Edwatrds en las voces. Con dicho álbum, lograron posicionarse de inmediato como un conjunto heredero del sonido trip hop, tan en boga por aquellos años. Sin embargo, lo de Morcheeba fue percibido al instante como un proyecto con características propias, pues si bien utilizaban ciertos beats que evocaban un hip hop más lento y algo más elaborado (tal como lo hacía Portishead y Massive Attack), al mismo tiempo nutrían su sonido con ecos pop y soul, además de profundos destellos de psicodelia, cortesía de la guitarra de Ross Godfrey. Estas características terminaron distanciando y distinguiendo a Morcheeba de otros conjuntos a fines, pues toda la oscuridad y densidad que tanto caracterizó al sonido Bristol se vio notablemente diluida en cada una de las producciones de los londinenses, quienes optaron por un sonido easy listening que, sin embargo, no caía jamás en lo obvio.

Los lanzamientos posteriores a su debut vinieron a confirmar esta veta, pues tanto en Big Calm (1998) como en Fragments of Freedom (2000), pasando por Charango (2003), el conjunto de Skye y los hermanos Godfrey no dejaría de incorporar y mezclar sonoridades sin el más mínimo complejo. Desde el soul de “The Sea”, hasta llegar al dub de “Friction”, pasando por el sonido que fluctúa entre el pop y góspel de “Rome Wasnt Built in a Day”, hasta llegar al sonido disco de “Love is Rare”, para finalmente desembocar en una propuesta influenciada por el tropicalismo brasileño, advertida en Charango. De este modo, los de Londres, demostraban que la pluralidad y la rítmica primaban en cada una de sus composiciones.

Hacia el año 2003, la salida de Skye Edwards del conjunto marca el fin del primer tercio de la agrupación, caracterizado por una popularidad y masividad inédita para ellos. Tras esto, los hermanos Godfrey editaron The Antidote (2005) y Dive Deep (2008), junto Daisy Martey y a una serie de colaboradores en voz, respectivamente. Si bien ambos discos obtuvieron críticas dispares, el vacío que dejó la partida de Edwards fue un escollo que los hermanos Godfrey tuvieron que sortear con decisión e inventiva, sin dejar de lado el sonido de naturaleza múltiple y lúdica que tan bien distingue a Morcheeba.

Pero la sangre tira, y hacia el año 2009 Skye se reunió con los Godfrey para preparar un nuevo lanzamiento, que se concretó un año más tarde, con la publicación de Blood Like Lemonade. En palabras del propio Paul, dicho álbum era el sucesor natural de Big Calm, sin embargo, tuvieron que atravesar terrenos más menos pantanosos para recalar nuevamente en el sonido natural de Morcheeba: electrónica downtempo con instrumentación orgánica, coronada por la voz aterciopelada de Skye Edwards, dando así un resultado ambientalmente sosegado, rítmicamente pegadizo y melódicamente sensible.

Tras la publicacion de Blood Like Lemonade vino el último trabajo en estudio de los londinenses, Head Up High (2013), álbum que sigue en la misma línea de su antecesor pero que logra distinguirse por contar con una serie de colaboraciones ilustres. Uno de los tantos invitados fue la rapera de la casa Ana Tijoux, cuyo fraseo se deja oír impecable en “Hipnotyzed”.

De este modo, Morcheeba llega a Santiago por tercera vez con varios álbumes bajo el brazo y una cantidad no despreciable de singles, que integran de manera armónica diferentes sonoridades e influencias globales marcadas por el ritmo y la suavidad. Por todos estos motivos, el regreso de Morcheeba a territorio chileno se advierte como una fecha ampliamente esperada que sin duda alguna hará disfrutar al público chileno del espectro más relajado y envolvente de la música británica actual el próximo 20 de marzo en Club Chocolate.

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