Nightwish y Delain en el Teatro Caupolicán: Aún estamos aquí
2 de Octubre 2018.

Por Jaime Farfán.
Fotografías por Felipe Morales.

La presencia y figura de la imponente Floor Jansen no era desconocida para el público chileno, sin embargo, las expectativas aumentaban a medida que la fecha del retorno del grupo nórdico, Nightwish, se acercaba al teatro Caupolicán. Novatos en Chile no son, es la quinta presentación que realizan en nuestro país, y la segunda con esta nueva formación. Y ayer, cita que se enmarca dentro del tour aniversario «Decades», celebrando dos décadas de historia de los finlandeses, demostraron toda la fibra que los llevó a estar entre los grandes del metal sinfónico, y que explica la amplia base de fanáticos que llenaron locaciones y se acumularon desde temprano en las afueras del recinto de San Diego.

En «Decades», estos virtuosos del metal sinfónico, comandados por el pianista Tuomas Holopainen, recorren una trayectoria de ocho discos, en una gira que los ha llevado por Norteamérica, Europa y Sudamérica, promocionando un álbum recopilatorio complementario. En más de ochenta fechas, el grupo ha desplegado un setlist especialmente escogido para la ocasión, incluyendo viejos clásicos y nuevos favoritos. Una entrada en calor para Jansen, miembro de Nightwish desde el 2013, y que viene a llenar los zapatos de dos cantantes previas, Tarja Turunen y Anette Olzon, las cuales dejaron su sello característico. Ante semejante tarea la intérprete no se aminora y se apropia de los temas, siendo la fuerza motora en esta nueva etapa de la banda.

Como teloneros, también se presentaron ayer en el Caupolicán los holandeses Delain. Liderados por Charlotte Wessels y David Westerholt, vuelven después de su show el año pasado en el club Subterráneo. Presentando un sólido set de casi una hora, abrieron la noche con “The Monarch”, de su última placa Moonbathers. Con una base fuertemente sinfónica que refuerza las afiladas guitarras, entremedio de una ola de manos los seis integrantes se entregan al público, que responde con energía desde el primer momento. La siguiente fue “Hands of Gold”, dónde la voz de Wessels provoca y emociona apoyada por un firme muro sonoro, mientras serpentea tomada al micrófono. Entre las sorpresas estuvo “Sing to me”, junto al colaborador y bajista del cabeza de cartel, Marco Hietala. Delain se despide con “We are the others”, tras ofrecer una presentación redonda, visiblemente emocionados.

La parte principal del show comienza cerca de las 21:00 horas, proyectándose en la pantalla una cuenta regresiva, saturando de estática la atmósfera. Ante un teatro lleno de corazones sincronizados, el encargado de abrir es el flautista y talento de la gaita irlandesa Troy Donockley, quien trae la magia a la jornada con una versión de “Swanheart”, del Oceanborn. Apoyado por detalladas visuales y una espectacular puesta de escena, el setlist resulta ser una potente máquina del tiempo. No se ahorra en nostalgia cuando “Dark Chest of Wonders”, funciona como perfecta entrada para la poderosa Floor Jansen y el resto de Nightwish. La cantante hace gala de su energética voz, siendo capaz de alcanzar impresionantes altos y emocionantes gritos, todo cargado de intensidad y pasión. Baila, se lanza y sacude su cabeza sobre el escenario, atrayendo toda la atención hacia su técnica y movimiento.

Es en “Wish I had an Angel”, también del álbum Once, cuando la agrupación finlandesa se mete al público en el bolsillo. Jansen hace juego con Marco Hietala, lanzando las poderosas vocales del coro que prenden el escenario en llamas. La producción brilla en ese aspecto, apoyada por amplias pantallas ofrece proyecciones de explosiones, bosques, lobos y péndulos, visuales que han caracterizado a la banda a lo largo de la historia. Los clásicos comienzan a llover con “Sacrament of Wilderness”, “Elvenpath” y “Gethsemane”, incluso desenterrando la vieja “The Carpenter”, de Angels Fall First, donde Donockley se encarga de las voces en una conmovedora interpretación. Momentos destacables son “The Kinslayer”, con las ametrallantes baterías de Kai Hahto, y «Nemo», dónde los teclados de Tuomas brillan en medio de un mar de sonido.

En una presentación cercana a las dos horas, Nightwish demuestra la complicidad y entrega que los caracteriza ante un público que responde con pasión. Una noche no alejada de lo épico, con momentos catárticos como “The Greatest Show On Earth”, tocada en su totalidad mientras el Caupolicán se levanta en un grito al unísono, “We were here”. Reformados y fortalecidos tras el caos, con 22 años de experiencia en el cuerpo, encontramos a los finlandeses en un nuevo estado mental, con un espíritu creativo ilimitado, buscando experimentar y reinventarse, rescatando desde entre su vasto catálogo nuevas formas de desafiar. Floor Jansen no solo se ha encargado de honrar los clásicos sin perder seguidores, sino que con su fuerza se ha ganado nuevos adeptos. Es cosa de tiempo para que Holopainen y compañía reúnan sus talentos, y nos vuelvan a invitar a soñar. Sin duda ya tienen las cartas bajo la manga.

Setlist Nightwish:
Intro: Swanheart
Dark Chest of Wonders
Wish I Had an Angel
10th Man Down
Come Cover Me
Gethsemane
Élan
Sacrament of Wilderness
Deep Silent Complete
Dead Boy’s Poem
Elvenjig (cover)
Elvenpath
I Want My Tears Back
Amaranth
The Carpenter
The Kinslayer
Devil & the Deep Dark Ocean
Nemo
Slaying the Dreamer
The Greatest Show on Earth
Ghost Love Score
Outro: The Greatest Show on Earth

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