Por Guillermo Ziem.

Hace unos días tuvimos la oportunidad de ver Paddington 2. A grandes rasgos, la película tiene una historia interesante y muy adecuada para la época de vacaciones escolares en la que nos encontramos, por lo que resulta absolutamente recomendable para pasar un buen rato.

Para contextualizar un poco, el Oso Paddington es un personaje de la literatura infantil británica que nació a fines de la década del 50, de la pluma de Michael Bond, quien cerca de la navidad de 1956 compró un peluche para su esposa en un local cercano a la estación ferroviaria londinense que le dio el nombre al protagonista. Fue tal la conmoción en la vida del escritor por la ternura que le provocó el juguete que comenzó a construir en torno a él la historia que, en poco tiempo, tomó forma de libro para ver la luz en 1958 como “Un oso llamado Paddington”. De ahí en adelante, setenta entregas narrativas fueron realizadas por el escritor. Por otra parte, la imagen del personaje nació gracias a la ilustradora Peggy Fortnum.

Durante los casi 60 años de existencia del personaje han sido muchas las peripecias que ha vivido, pasando del papel al celuloide y, ya en la actualidad, al formato digital, lo que en ningún caso ha desperfilado los valores que transversalmente entrega en cada una de sus historia.

En Paddington 2 nos encontramos a un oso un poco más adulto y adaptado a la vida cotidiana en una sociedad ordenada: trabaja y busca siempre solucionar sus problemas a punta de empeño sin olvidar jamás las recomendaciones de la Tía Lucy.

La historia transcurre en Londres, específicamente en el barrio de Windsor Gardens, que es donde nuestro héroe comienza la acción de la película buscando un regalo para su Tía Lucy, quien se encuentra próxima a cumplir 100 años. En la tienda de anticuarios del Señor Grubber, Paddington descubre un libro ilustrado por la mismísima Madamme Koslovac, un libro único, hermoso, que muestra Londres y sus sitios más importantes, pero que tiene un costo altísimo para el protagonista, quien se esforzará al máximo para poder comprarlo. Sin embargo, mientras el oso rebusca formas de juntar el dinero, el libro es robado de la tienda y todo se complica para nuestro personaje quien, gracias a sus amigos y especialmente gracias a la familia Brown, logra desenredar todo el lío, saliendo airoso del embrollo.

Esta es una película para todo público, familiar, que llenará de alegría a los más pequeños y dejará un aire de satisfacción en los espectadores a partir de la nobleza del buen actuar de los personajes frente a las situaciones a las que se ven enfrentados; además es muy entretenida y fácil de entender.

El reparto está encabezado por la voz de Ben Whishaw como el Oso Paddington; Hugh Grant como Phoenix Buchanan, un actor pedante y ególatra que dejó el estrellato y vive del pasado; Brendan Gleeson como Dedos McGinty, un rudo ladrón encarcelado que tiene un lado gentil; Hugh Bonneville como Henry Brown padre de la familia adoptiva de Paddington; Sally Hawkins como Mary Brown, esposa de Henry; Julie Walters como la mujer del kiosko y dueña de un loro que es pieza clave en la historia; Jim Broadbent como Samuel Gruber, el anticuario del barrio; Peter Capaldi como Señor Curry, guardia del barrio; Madeleine Harris como Judy Brown, Samuel Joslin como Jonathan Brown y, finalmente, Imelda Staunton como la voz de Lucy, la tía de Paddington.

La película es una adaptación del libro de Anna Wilson “Paddington 2: La historia de la película”. Wilson es una gran conocedora de la obra de Bond y se basó en ella para escribir el su propia obra, la que fue llevada al cine de la mano del director Paul King en una co producción franco-británica de las marcas Anton Capital Entertainment (ACE), Canal + y Amazon Prime Instant Video. Para lograr los 104 minutos de duración de la cinta, distribuida por Warner Bros., pusieron todos sus esfuerzos los guionistas Michael Bond, Jon Croker, Simon Farnaby y Paul King, el músico Darío Marianelli y el fotógrafo Erik Wilson.