Por Pablo Guerrero.

Tras un bullado debut en 2002 la canadiense Peaches volvió a la carga al año siguiente con Fatherfucker, un disco minimalista, directo e incomprendido, donde el electroclash desenfrenado de su pasado toma tintes más oscuros, se mezcla con punk rock, y por supuesto, con letras que hablan sobre libertad sexual, feminismo e identidad de género. Temáticas que luego de 15 años siguen vigentes y no solo en círculos marginales, academicistas o disidentes, sino que en una sociedad heteronormada, patriarcal y timorata que tímidamente se abre a materias de índole sexual que están fuera del convencionalismo imperante.

El álbum parte con “I Don’t Give a Fuck”, una canción de casi dos minutos donde una Peaches muy enojada grita y chilla “I Don’t Give a Fuck, I Don´t Give a Shit”, sobre los riffs de “Bad Reputation” de Joan Jett, quien además produjo este corte. El comienzo directo y sin eufemismos evidencia tempranamente cuál es el tono en el devenir de Fatherfucker.

La segunda y tercera canción del álbum “I´m The Kinda” y “I U She”, respectivamente, son una muestra de una instrumentalidad precaria y líricas repetitivas, alejándose de los loops frenéticos y alocados de su primer álbum, The Teaches of Peaches. “I´m the kinda bitch that you wanna get with”, repite hasta el hartazgo en «I’m The Kinda”, mientras que en “I U She” rapea frenéticamente “I, you, she, togheter, come on baby let´s go/I, you, he Together, come on baby let´s go/I don´t have to make a choice, I like girs and I like boys”, dejando pocas dudas sobre su orientación sexual.

En “Kick It” la guitarra vuelve a tener protagonismo pero siempre conservando la musicalidad rústica trazada durante el transcurso del disco. La teatral Peaches, esta vez con la ayuda de Iggy Pop en las voces, ofrece la canción más comercial del álbum. Este tema fue escrito especialmente para que participara la leyenda de Michigan.

En la mitad del álbum “Operate”, «Tombstone Baby” y «Shake Yer Dix”, nos recuerdan que estamos oyendo un disco de electroclash que huele a synth pop pero que nació de las reflexiones y fantasías de una mujer queer, desprejuiciada y hastiada del machismo.

Uno de los cortes más bailables y controversiales del disco es “Back It Up, Boys”, donde Peaches le canta a sus compañeros sexuales invitándolos a abrir las piernas y dejarse estimular la próstata. “Mine´s fake, inanimate, but feels great, just stimulate your prostate/ Relax, it’s fat, let me pat your crack, and make it all, so back it up baby, back it up, back it up”, rapea sin tapujos, mientras termina preguntando “Don’t you know it’s supossed to feel better for boys”, en referencia a la ubicación del punto G masculino.

La estética musical del álbum se conjuga a la perfección con los videos lanzados para promocionar Fatherfucker. Se trata de piezas de baja manufactura y de corte experimental siendo el video de Kick It el clip con mayor presupuesto y el que pone el toque de humor que hasta entonces había caracterizado a la cantante.

Fatherfucker le trajo a Peaches críticas variadas. Algunos medios como NME lo catalogaron dentro de los mejores discos de 2003, mientras que otros sitios especializados como Pitchfork le otorgaron un 3.5 de un máximo de 10. De todas formas la reina del electropunk salió del paso y acompañó de gira a bandas de públicos amplios y diversos como Marilyn Manson y Queens of The Stone Age, lo que originó que una mayor cantidad de gente quedara prendida de su trabajo.

Al revisar la discografía de Peaches queda claro que esta intérprete sobrepasa los cánones de lo políticamente correcto llevando al límite sus emociones, al pregonar líricas agudas contra un sistema machista y heteronormativo cada vez más cuestionado.