Por Sebastián Allende.
Colaboración de Nicolas Morán, Johanna Dagnino y Jorge Fernández.

Es el año 1992, MTV, Rolling Stone Magazine y varios medios especializados ya hablan de la existencia de un nuevo género musical que vendría a romper con lo establecido, marcando nuevas tendencias y que tenía como denominador común una ciudad: Seattle.

La década de los años 80 en Estados Unidos fue una época llena de contrastes en todas las formas posibles, partiendo por lo económico, lo político y lo social, así como también en lo musical. Ronald Reagan gobernó hasta el año 89 en un país que vivía un aumento en las tensiones diplomáticas, producto de la Guerra Fría entre este y la Unión Soviética. Fue en esta época que las bandas de Hard Rock y de Heavy Metal derivarían en lo que posteriormente conoceríamos como Glam Metal. La escena musical estadounidense comenzaría a saturarse de este tipo de bandas, y es así como veríamos miles de estereotipos que se repetían por las calles de Nueva York y Los Ángeles.

Con todos estos antecedentes, en el Noroeste de Estados Unidos comenzaba a gestarse un sonido que devolvería la esencia al rock. Hasta ese momento, Seattle sólo era conocida por ser la cuna del legendario guitarrista Jimmy Hendrix. Eran los 80s y no había mucho por hacer. Fue entonces cuando unos jóvenes músicos influenciados por la visita en 1984 de Black Flag deciden armar una agrupación cuyo nombre fue Green River. Mark Arm como vocalista, Steve Turner en la guitarra, Jeff Ament en el bajo, Stone Gossard en la guitarra y Alex Vincent en la batería, darían luz a la que sería la primera banda de la ciudad en grabar un disco.

Con el tiempo esta banda se desintegraría y daría pie para el nacimiento de dos de las agrupaciones más importantes de la escena: Mudhoney y Mother Love Bone. Otra de las bandas que contribuirán a solventar el sonido “sucio” de Seattle sería The Melvins. Liderados por Buzz Osborne, son una de las agrupaciones más activas del circuito con 25 discos publicados. Una de las particularidades que tiene esta banda, es que en las primeras giras desarrolladas hicieron de roadies unos nóveles Kurt Cobain y Krist Novoselic a quienes, incluso, les terminaron compartiendo su baterista Dale Crover por una temporada en el 88’ y con quien grabarían sus primeros demos como Nirvana.

En paralelo, Soundgarden ya daba que hablar. Formados en 1984, el cuarteto fundado por Chris Cornell, Kim Thayil, Hiro Yamamoto y Matt Cameron, fue la primera banda de la ciudad en firmar por un sello grande (A&M Records en 1989), lo que sería la primera señal de que las grandes casas discográficas estaban atentas a los sonidos que se producían desde este puerto.

El sello discográfico Sub Pop terminaría por ser una pieza clave en cuanto al desarrollo comercial de estos sonidos de Seattle. Este sello llega desde Olympia en 1986 para editar Sub Pop 100, disco recopilatorio que les permitió entrar en la zona y, posteriormente, editar su primer disco con una banda: “Dry as bone” de Green River. Junto a esta publicación, se sumaría la grabación del EP de Soundgarden “Screaming Life” también en 1987 y, luego, “Bleach” de Nirvana en 1989. Sub Pop al final de cuentas, cumplió el rol que tenía: hacer visible para los foráneos de la industria todo lo que estaba ocurriendo por ese entonces en Seattle.

Otra de las bandas que daba mucho que hablar en esos tiempos fue Mother Love Bone, conformada por Andrew Wood en la voz, Stone Gossard y Bruce Fairweather en las guitarras, Jeff Ament en el bajo y Greg Gilmore en la batería. La agrupación fue una de las bandas más prometedoras de Seattle, pues despertaba grandes pasiones por parte de los fanáticos debido a las tremendas expectativas que se habían creado en torno a ellos, y sobre todo a su líder, Andrew Wood. Lamentablemente todos los buenos augurios que precedían a la agrupación se verían tristemente truncados con la muerte de Wood por sobredosis, lo que se transformaría en la primera gran tragedia que sacudiría a esta generación de músicos.

La muerte del líder de Mother Love Bone golpeó muy fuerte a la escena musical de la ciudad y particularmente al líder de Soundgarden, Chris Cornell, quién además de amigo fue compañero de departamento de Wood. Es por ello que, junto a los ex miembros de Mother Love Bone, Stone Gossard y Jeff Ament, se propuso grabar un single en homenaje a su amigo, el que se transformaría en el disco Temple Of the Dog de la banda homónima. Fueron invitados para la grabación de este sencillo (ya transformado en un LP) el guitarrista Mike McCready, el baterista Matt Cameron y, además, un joven cantante de San Diego que en esos momentos se encontraba audicionando para la banda que estaban formando los ex Mother Love Bone: Eddie Vedder.

Un gran paso para la escena de Seattle fue lo que se vivió con el primer disco de Alice in Chains. El carismático Layne Staley en la voz, Jerry Cantrell en la guitarra, Mike Star en el bajo y el incombustible Sean Kinney en la batería, lograrían con “Facelift”, el primer disco de oro para la escena, todo esto gracias a la rotación del video clip de “Man in The Box” en MTV y la posterior nominación a los premios Grammy como mejor interpretación de Hard Rock en el año 1992. Además, fueron los dueños del primer disco de Grunge en marcar presencia dentro de los 50 primeros puestos de los charts de Billboard.

A unos 175 kilómetros de Seattle, se encuentra ubicada la pequeña localidad de Aberdeen. Sería en este sector que sale a escena una banda llamada Nirvana. Formados por Kurt Cobain y Krist Novoselic, ya tenían bajo el brazo un disco debut titulado “Bleach”, el cual fue editado por Sub Pop y debido a la baja promoción, les llevaría a buscar otros horizontes. Es así como llegan a DGC Records, quienes se la jugarían fuertemente por ellos. Tras una ardua búsqueda de bateristas, aparece Dave Grohl, un ex integrante de la banda de punk Scream y es, en ese preciso momento, cuando su historia comienza a forjarse.

Una vez finalizada la experiencia de Mother Love Bone, Stone Gossard, Jeff Ament y Mike McCready decidieron seguir apostando en su aventura musical, en algo que se habían jurado que sería la última oportunidad. Es así, que con la ayuda de Matt Cameron graban una cinta instrumental de 3 canciones que distribuyeron por distintos músicos, llegando entre otros a manos del ex-baterista de Red Hot Chili Peppers, Jack Irons, quien residía en California y se las pasó a Eddie Vedder, amigo suyo habitual en la práctica de surf. Eddie, obsesionado con las melodías que escuchó en la cinta, creó tres canciones que se transformarían en la columna vertebral del disco debut de esta futura banda denominada Pearl Jam.

El año 89 fue el inicio del colapso soviético y sentaría una victoria para el sistema Neoliberal, que venía luchando desde hace mucho con el modelo de economía centralizada de los rusos, y que explicaría cómo se dio un cambio en la popularidad del movimiento Grunge con la llegada de George Bush padre al poder de los Estados Unidos, debido a una política de apertura y tolerancia estadounidense derivada de la postura de reformistas como Mijaíl Gorbachov y Boris Yeltsin en la contraparte.

Corría ya el año 1992, un año de inflexión en la música y que marcaría un cambio definitivo. Con el arribo de la década de los 90, llegaba la promesa de un porvenir que era bombardeado desde todas las formas posibles por los medios de comunicación. Nacía la época de la masificación de la información inmediata y la liquidez. Una generación de músicos más cercanos, que lograban reflejar el desencanto y desengaño de los jóvenes con el consumismo, con el sistema y con todo lo que les rodeaba, se abrían paso en gloria y majestad en el olimpo del rock, pero como todo elemento ajeno a la sociedad establecida, la estética del Grunge terminó siendo absorbida por la industria de la moda, que popularizó su forma de vestir, como un elemento irónico si consideramos lo contracultural del movimiento.