Por Francisca Neira.

El próximo 15 de marzo se presentará en Chile el ex Genesis, Phil Collins, quien regresa al país con un concierto que nos llevará de la mano por una carrera de más de 30 años, plagada de éxitos y nostalgias y que, evidentemente, ha generado una expectativa importante. Una de las razones para lo anterior es que la apertura de la jornada musical de mitad de mes estará a cargo de The Pretenders, banda británica-estadounidense que llega para debutar en nuestras tierras y encender los motores de los que, sin duda alguna, será una velada para no olvidar.

Hablar de The Pretenders, como banda, es imposible si no se habla también de la historia personal de su vocalista, compositora y líder indiscutida, Chrissie Hynde, una de las mujeres más sensuales y duras de la historia del rock contemporáneo, la que ha sido motejada incluso, como femme fatale y que encabeza la agrupación de manera tan potente que muchos se han cuestionado si no será en realidad que The Pretenders es la banda de soporte de una solista carismática como pocas.

Como quiera que sea, el grupo se formó en 1978 tras el paso de Hynde por la universidad en Estados Unidos y su posterior viaje a Londres, donde se mezcló con gente vinculada al punk y la contracultura, lo que le permitió conocer al bajista Pete Farndon, al guitarrista James Hoeyman-Scott y al baterista Martin Chambers, con quienes conformaría la primera línea de la banda y publicaría sus dos primeros álbumes, The Pretenders (1980) y The Pretenders II (1981), además de un EP también homónimo cuyas canciones formaron parte de su segundo trabajo de larga duración.

Con estos dos primeros discos, la agrupación se dio a conocer con un sonido simple, duro, rockanrolero, con guitarras imponentes y la grave voz de Hynde como protagonista melodiosa frente a un fondo un poco más agresivo, oscuro, con reminiscencias de la simpleza punk y atisbos de lo que comenzaba a dibujarse como new wave. De la primera grabación podemos destacar las canciones “Kid”, que normalmente la banda toca en los conciertos en vivo para homenajear a sus dos integrantes fundadores fallecidos por el exceso en el uso de drogas y “Brass in Pocket”, el primer hit de la agrupación que los llevó al reconocimiento popular tanto en Inglaterra como en Estados Unidos. Por su parte, el segundo disco incluyó “Birds of Paradise” y “Message of Love”, ambas canciones bien posicionadas en los rankings musicales de la época.

En 1982 Honeyman-Scott muere de un ataque al corazón producto de una exagerada ingesta de cocaína y, menos de un año después, le seguiría Farndon, ex novio de la vocalista, quien se ahogó en una tina tras una sobredosis de heroína. Parecía que el grupo se caía a pedazos, Chrissie esperaba un hijo producto de una compleja relación con Ray Davis, de The Kinks y, más tarde, quedaría embarazada de Jim Kerr, vocalista de Simple Minds. Sin embargo, junto a Chambers reclutaron a Robbie McIntosh en guitarra y a Malcom Foster en bajo, se sobrepusieron a la adversidad y editaron Learning to Crawl, disco que fue bien recibido y que incluía entre sus canciones la súper conocida “Back on the Chain Gang” y la popular “Middle of the Road”.

Lo que siguió fue la publicación del disco Get Close (1986) en el que no participaron Chambers ni Foster: el primero se alejaría del grupo por un tiempo considerable y el segundo abandonó la banda para siempre. Esta placa, que incluye el, a estas alturas, el clásico, “Don’t Get me Wrong”, fue ideada y trabajada por Hynde y McIntosh quienes, para la grabación y gira contrataron al bajista T.M. Stevens, al baterista Blair Cunningham y al tecladista Bernie Worrell. Con la edición de este disco se pone fin a una primera era de The Pretenders, quienes originalmente habían tomado su nombre de la canción “The Great Pretender” de The Platters, para dar paso a unos años en los que Chrissie Hynde lideraría una banda de músicos que iban y venían, impidiendo dar un sentido de identidad a un grupo que de unificación no tenía nada.

Fue en ese contexto que se editó en 1990 el disco Packed!, que no tuvo muy buena recepción ni por parte de la prensa, ni del público en general. Tras cuatro años de ese olvidable capítulo, Hynde logra rearmar la magullada banda, esta vez con Adam Seymour en guitarra, Andy Hobson en bajo y el retornado Martin Chambers en batería, dando vida a la formación que por más tiempo se ha mantenido estable y con la que publicó, en primera instancia, el sexto álbum de la carrera de la banda, The Last of Independents (1994) y, al año siguiente el en vivo The Isle of View (1995). En el primero de estos discos aparece la balada “I’ll Stand by You” y significó un verdadero renacer de la, hasta entonces, alicaída agrupación.

Casi al terminar el milenio anterior, en 1999, The Pretenders publica Viva el Amor, un disco influido en gran parte por la relación entre la vocalista y el artista colombiano Lucho Brieva. Esta producción pasó más bien sin pena ni gloria y lo que más se recuerda (para bien o para mal) es una versión de “Rabo de Nube”, original de Silvio Rodríguez. Quizá en esta época lo que más llamaba la atención era el actuar de Chrissie fuera de la banda, ya que radicalizó sus posturas en torno al vegetarianismo, la conciencia ambiental y el anticapitalismo, pero siempre renegando de su lugar como ícono, bien del feminismo, bien de causas político sociales.

En 2002, con un perfil más bien bajo, la banda grabó Loose Screw, un disco más pop que los anteriores, pero igualmente melódico e intenso que además tiene algunas reminiscencias reggae muy soslayadas en medio de los acordes dulces y potentes que colman el registro. Pese a no ser un hit de ventas, en 2005 la banda ingresó al Rock and Roll Hall of Fame, sin duda un reconocimiento merecido a su dilatada trayectoria y la cantidad de éxitos que han aportado al cancionero popular mundial, además de un homenaje a los dos tempranamente fallecidos con que carga la agrupación.

En 2009 The Pretenders miraron hacia atrás, retomaron sus sonidos del inicio, pero los actualizaron y revitalizaron para dar vida a Break up the Concrete, que con canciones como “Don’t Cut Your Hair” y “Almost Perfect” llevaron nuevamente a la banda a la cima de los rankings y a lo más profundo del corazón de sus fanáticos. Una nueva reformulación de la línea de integrantes y en 2016 grabaron su última placa discográfica hasta ahora, Alone, un trabajo de 12 temas que suenan con el espíritu original de la banda, pero en la que se reconoce la mano de Hynde por sobre cualquier otro aporte, ya que, finalmente, ella es la banda.

Más allá de los ires y venires de la agrupación y de la vida de su vocalista, la música de The Pretenders tiene un sello particular, no solo en sonido sino también en las letras que profesan. No hay duda de que cada experiencia registrada en el trabajo lírico de Hynde, desde una violación hasta declaraciones de amor, pasando por la maternidad y la despedida inconclusa a los amigos perdidos, no hacen más que acentuar el fanatismo que en torno a ellos existe y que podremos apreciar y vivir el 15 de marzo cuando, abran el concierto de Phill Collins en Chile y cierren la espera que durante años se ha macerado en nuestras tierras.

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