Por Omar Saldías

Escuchar que la secuela de Trainspotting se está estrenando es, sin duda, una grata noticia. Lo que evoca esta historia, para toda una generación, no es menor. Hitos musicales, culturales o incluso toda una cosmovisión, donde lo grunge, punk, el acento Irlandés, el fútbol de antaño, el sexo y la violencia viven alrededor de personajes, que son iconos hasta el día de hoy. Por eso y mucho más, las ganas de verla.

Han pasado 20 años para que Mark Renton abandonara Escocia y la heroína. Ahora, Renton vuelve a su Edimburgo natal con el objetivo de rehacer su vida y reencontrarse con sus amigos de toda la vida: David «Spud» Murphy y Simon «Sick Boy» Williamson, pero Francis «Franco» Begbie sale de la prisión sin saber que podrá encontrar venganza.

Danny Boyle tenía un gran desafío por delante y las segundas partes siempre lo son, pero supo plantear la película desde un enfoque sincero y a la vez actual. La idea de mantener el mismo elenco (Ewan McGregor, Ewen Bremner, Jonny Lee Miller y Robert Carlyle) o sus icónicos temas, pero en una época contemporánea nos confirma la idea. Trainspotting 2 es una oda a Trainspotting 1, sin duda, y ¿qué hay con eso?, sus personajes nos despiertan el mismo cariño y alegría. Está claro de que la trama apela al pasado, por eso es una “secuela”, pero su tratamiento nos deja reír una vez más, nos deja soñar una vez más con nostalgia.

Una pregunta válida es si Trainspotting 2 es una de esas secuelas que copian todo lo de la anterior, pero dejan un resultado sin alma pero funcionalmente comercial, la respuesta es un rotundo no. La historia fluye siempre con emoción e intriga, la cinematografía de Boyle agrega un aspecto visual siempre agradable y la trama gira entorno a personajes que no son héroes, son anti héroes y tienen que lidiar con la muerte desde un prisma distinto al de un veinteañero. Es cierto, esta película no tiene la potencia de la original, también por ratos se abusa de un romanticismo excesivo o una auto-mitificación, pero el pesimismo elegante y lleno de vida de los personajes no se ha apagado, al contrario esta es una película que apela a vivir por sobre todo.

Trainspotting 2 fluye sin cambiar su guión, sin un sentido claro o personajes que se terminan desinflando, su música está sutilmente ocupada y solo se utiliza cuando realmente explota el fotograma, eso se agradece. Tal vez, sea una de esas películas que logra su cometido cuando los espectadores abrazan su historia y se dejan llevar por su trama, por el contrario si nos ponemos semidioses fílmicos, no aprovecharemos una entrega realmente entretenida y sincera.