6 de julio 2025.
Por Diego Reyes
Fotografías por Diego Fuentes.
Lo de 31 Minutos es un furor que trasciende las fronteras. Para muchos es el programa de televisión más relevante de Chile y que conquistó al público latinoamericano, con doblaje en portugués para ingresar a Brasil. También causó un fenómeno etario en el que los fans no solamente contaban con infantes; los adultos compusieron la mayor parte del culto de séquitos. No hay que olvidar que los genios detrás del show más famoso de Chile fueron los mismos creadores de Plan-Z, el programa de humor negro y sátira política por mano de Álvaro Díaz y Pablo Peirano, que lograron adapatar parte de ese humor inteligente e incorporarlo a laa funciones.
Ahora bien, la historia de cómo estos comediantes se relacionaron con estos músicos de primera nace de que Peirano estaba relacionado con los miembros de Chancho en Piedra. Pablo Ilabaca, vocalista y guitarrista de la banda, tenía pistas musicales sin grabar y que resonaron con las mentes creativas del show. El éxito de las canciones que los mismos comediantes prestaron su voz, como Jani Dueñas, conocida por su papel de Patana, fue tan estratosférico que para el 2011 comenzaron sus presentaciones en vivo. En los escenarios se incorporaron el bajista Felipe Ilabaca, el teclista Camilo Salinas y el baterista Pedropiedra. Todos músicos de renombre que se consolidaron en la banda y que pisaron escenarios tan grandes como Lollapalooza y Movistar Arena en 2012, y para el 2022 incluso hicieron una gira por México cuyo éxito fue rotundo. Clásicos como “Mi muñeca me habló”, “Bailan sin César”, “Tangananica, Tangananá”, entre muchos otros que persona de toda edad conoce. Y hoy con la secuela de Radio Guaripolo vuelve después de dos años al Movistar Arena, y una vez más con un recinto repleto en la tarde del domingo.
El recinto rugió con solamente la voz del anunciador diciendo “¡Radio Guaripolo!”. Para sorpresa de nadie, el público estuvo compuesto por más adultos que niños. Los hermanos Ilabaca tienen décadas de trayectoria y se les escucha que les encanta hacer estos proyectos. Tremendamente afinados, con control de las voces para hacer muecas, todas las que caracterizan los personajes e incorporación de elementos electrónicos como vocoder que les da una sensación de robots.
“Mi castillo de blanca arena con vista al mar”, una suerte de rockabilly moderno con toques de jazz. Las visuales acompañan la letra. En la transición al vals, la gente imita las olas moviendo los brazos de izquierda a derecha que acompañan la tragedia del derrumbe del castillo. La conexión con el público es casi religiosa. Todos saben las letras. “Señora, devuélvame el balón, o si no, no sé qué haré”, no de los primeros clásicos. El funk está muy arraigado a los orígenes y la línea con Chancho en Piedra es bien delgada. Los arreglos en vivos son extremadamente fieles a las versiones de “estudio”, con algunas inflexiones de Felipe.
“La Señora Interesante” nos sorprende con Jani Dueñas, que como mencionamos anteriormente es la misma voz de Patana, tiene un rango sorprendente y le da este tipo de textura que tiene Cindy Lauper. Dueñas ha incursionado también en la música con proyectos como SOMBRA junto a Cristóbal Carvajal, con el single “El Baile de los Muertos”, una mezcla experimental de synth-pop tirado para Depeche Mode y Kim Gordon. “Mundo Interior”. Este es un ska de lo más divertido que narra la búsqueda imposible de una tortuga de poder pertenecer al grupo de conejos. Curioso cómo ocupan un género asociado a la rebeldía y el anarquismo, algo similar como ocurre con el punk. Y pese a no ser un genio como los compositores y productores, extrañé los bronces disonantes que sí estaban presentes en la versión de estudio, pero de todos modos suena impecable.
Guaripolo entre líneas de humor hace hilos conductores a los siguientes temas. “Me quedan apretados los calzoncillos que hizo mi mamá. Porque Mi mamá me lo teje todo”. Es un tema totalmente de Arena Rock con un redoble marcial para estallar con “Mi mamááá me lo teje todooo” que trasciende a una balada rock. De ahí pasó a “El Huerfadrino”, un track que adaptado en vivo suena a rock pesado con una retahíla muy similar a “Morbosadoquista” de El infierno de los payasos (1993) de Fulano.
“Son pololos”, un vals chilote con toques circenses en la batería y de cueca en el teclado. Siempre hay algo sutilmente experimental. Eso es lo que le da un aditivo que hace que todo público lo pueda disfrutar. El sabor de la cumbia llegó con “Nunca me he sacado un siete”. Pedropiedra golpea los pads eléctricos para hacer los clásicos sonidos presentes en Ráfaga, Noche de Brujas, entre otros. “Diente blanco, no te vayas”, una canción pop-rock con sintetizadores. Lo más novedoso fue que terminó con un reprise que hizo dos espectaculares conexiones con Juan Gabriel “Querida” jugueteando con Diente y la intro del clásico de Pixies “Where’s My Mind”.
Un solo tipo Van Halen introduce a “Equilibrio espiritual”. Lo más Chancho que escucharás de su repertorio. Recordamos en su tiempo que la gente negaba que eran los mismos miembros. En vivo para qué decir, suena genial y se aprovecha enormemente el espacio del arena cuyo sonido es impecable en la cancha. Con un inicio tipo “Thriller” de Michael Jackson inicia “El Cuco”, con Mario Hugo y Patana. Un funk rock con muchos tintes de terror clásico con sintetizadores vibrantes. Dueñas controla muy bien las notas altas: no suenan estridentes, con técnica y hace las notas precisas para dar disonancias, para luego concluir con “Bailan sin César”. El arreglo en vivo es diferente. Parece un rock onda disco, europop con adiciones de funk sobre todo cuando dicen “que no baile César”.
El público rugió por varios segundos exigiendo que no terminase. Y retornó ilustremente con el tema más incomprensible del catálogo. “Arwrarwrirwrarwro”, es otra fusión de dembow y rock repleto de frases ininteligibles porque son zombis quienes lo cantan y que perdieron la facultad para hablar. Pero aún así entendimos todo: sé feliz, no importa si no sabes cómo decirlo. Para culminar, obviamente con “Mala”, el sencillo de Guaripolo, que por cierto varias veces trató de cantar, pero lo interrumpen como factor humorístico. Una gran balada rock. El público con sus celulares encendidos estaba despidiendo a Radio Guaripolo que continuó con “Mi muñeca me habló”, un country tipo Creedence con toques de jazz huachaca. Y se despidieron con “El Dinosaurio Anacleto”.
Pero una última falsa despedida protagonizada por Tulio Triviño que invita al público a cantar la ópera rock de 31 Minutos: “Yo nunca vi televisión (y luego sí pero después no)”. La versión en vivo es una adaptación de pop-rock de los 80 que hizo transición al conocido ritmo rockero, con la unión de todas las voces y una explosión de challas. Experimentar este tipo de shows nos deja estupefactos. La genialidad detrás de la comedia inteligente y la pulcritud de los artistas en vivo es una mezcla ejecutada a la perfección. Y no es poco que lleven más de 20 años puliendo los talentos, ganando experiencia. La propuesta en vivo fue como ver una obra de teatro que iba por capítulos con el conductor Guaripolo, con efectos especiales y doblajes de primera. Ver reunidos al elenco que compuso esta presentación en vivo y agachar la cabeza en agradecimiento al enorme cariño del público me hizo notar que todos aquellos disfrutaron tanto del show como nosotros. Esto no es solamente porque vende más que pan caliente (todos los shows siempre agotados), con dos funciones en un mismo día: es porque aman hacer esto. Y cómo no si es como volver a la niñez pero con nuestra mente madura y de adultos, pero que nos permite vivirlo sin tapujos ni pudores. Larga vida a 31 Minutos y quienes lo componen y que persistan en la búsqueda de experimentar con sonidos y géneros para que los niños del hoy y del mañana se acerquen a la música.
Setlist:
Mr. Guantecillo
Mi castillo de blanca arena con vista al mar
Señora, devuélvame el balón, o si no, no sé qué haré
La señora interesante
Mundo interior
Mi mamá me lo teje todo
El huerfadrino
Tangananica, Tangananá
Son pololos
Nunca me he sacado un siete
Diente blanco, no te vayas
Objeción denegada
Mi equilibrio espiritual
El Cuco
Parque de diversiones
Ratoncitos
Bailan sin César
Arwrarwrirwrarwro
Mala
Mi muñeca me habló
El Dinosaurio Anacleto
Yo nunca vi televisión (y luego sí pero después no)
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