Artista invitado: Jorge Campos
6 de mayo 2025.

Por Paulo Domic.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

La noche del 6 de mayo, el Movistar Arena se convirtió en el epicentro de una experiencia musical inolvidable con la presentación de BEAT, la agrupación que revive la esencia de King Crimson de los años 80. Con un público entusiasta y una atmósfera cargada de emoción, el espectáculo no solo cumplió con las expectativas, sino que las superó con creces. Y cómo no, si frente a nosotros tuvimos al frente a cuatro músicos de excepción que interpretaron lo mejor de un catálogo musical que marcó la música de vanguardia y que ha sido inspiración para generaciones de fanáticos y músicos.

La jornada se inició a las 20:00 con la presentación del eximio bajista Jorge Campos, quien repasó lo mejor de sus 45 años de trayectoria frente a una audiencia que lo respetó y aplaudió muchísimo. El músico chileno, es un reconocido compositor, intérprete, profesor de contrabajo y bajo eléctrico, artista de grabación y productor, que ha sido parte de las emblemáticas bandas nacionales como Santiago del Nuevo Extremo, Fulano y Congreso, entre otras. A lo largo de 30 minutos, solo en el escenario con sus pistas y un bajo de dos cuerpos, realizó una presentación impecable y emotiva, interpretando con su habitual maestría un repertorio experimental que se ajustó totalmente al espíritu de la jornada. Su presencia no solo añadió un toque local e incluso originario al magno evento, sino que también preparó el terreno para la explosión sonora que vendría después.

Y llegó el turno estelar de BEAT. ¿Quiénes son ellos y por qué tocan música de King Crimson? Contextualicemos un poco. Durante la década de los 80, la banda experimentó una transformación radical, alejándose del sonido sinfónico y oscuro de los 70 para abrazar una estética más minimalista y vanguardista. Esta evolución quedó plasmada en una trilogía de álbumes que redefinió el rock progresivo y lo fusionó con elementos del new wave y el art rock: Discipline (1981), Beat (1982) y Three of a Perfect Pair (1984). Todos ellos fueron concebidos por un cuarteto liderado, por supuesto, por el guitarrista Robert Fripp. A él se sumaron el connotado baterista Bill Bruford, el guitarrista y cantante Adrian Belew y el bajista e intérprete de «Chapman stick», Tony Levin.

Estos dos últimos son el soporte histórico de la banda BEAT, quienes el año pasado unieron sus talentos al de otros dos titanes de la vanguardia, Steve Vai y Danny Carey. Hablar sobre los currículos artísticos de estos cuatro da para un libro entero, pero, a continuación, un breve resumen de cada uno de ellos:

Adrian Belew: Colaboró con Frank Zappa, David Bowie y Talking Heads. Su estilo innovador y su capacidad para crear sonidos únicos lo han convertido en una referencia dentro del género.

Tony Levin: Músico legendario que ha trabajado con Peter Gabriel y Pink Floyd, entre otros célebres nombres. Su dominio del Chapman Stick y su enfoque melódico han redefinido el papel del bajo en la música progresiva.

Steve Vai: Un virtuoso de la guitarra que ha tocado con Frank Zappa, Whitesnake y Alcatrazz, además de tener una carrera solista que lo ha consolidado como un Guitar Hero. Su técnica impecable y su creatividad han influenciado a generaciones de guitarristas.

Danny Carey: Miembro de Tool, es reconocido por su precisión rítmica y su capacidad para fusionar elementos de jazz y rock progresivo. Un maestro en su instrumento que completa un cuarteto galáctico difícilmente equiparable a nivel mundial.

Con todo esto, se hace más fácil comprender por qué era tan importante estar presente durante esta muestra de impecable interpretación e improvisación a cargo de cuatro titanes de la música que están resucitando piezas que el mismo Fripp ya no considera mucho en el repertorio de las escasas presentaciones que hace, considerando que desde 2021 que no se sube a un escenario. Una sola vez estuvo en Chile, en 2019, y sólo consideró dos canciones del Discipline, por lo que la gran mayoría de los temas que ayer tocaron, debutaron totalmente en nuestro país.

El espectáculo estuvo dividido en dos sets con un intermedio. El primero de ellos abrió con el caótico estruendo de “Neurotica” que fue una inmediata inyección de energía y demencia. Luego continuaron con otras tres canciones del disco Beat, desde la locura de “Neal And Jack And Me”, pasando por la popera vocación de “Heartbeat” y cerrando con el viaje instrumental de “Sartori in Tangier”. Luego continuaron con cinco piezas del Three of a Perfect Pair, finalizando con la desquiciada “Larks’ Tongues in Aspic (Part III)” antes de un respiro de 20 minutos para reponerse de la apabullante demostración de virtuosismo, maestría y talento que nos hizo sentir pequeño ante tan impresionantes artistas.

La segunda parte del show estuvo cargada a las canciones de Discipline que tanto estaba esperando el público, donde destacó la emocionante “Matte Kudasai” como un momento de magia que acaricia el alma. La voz de Adrian Belew, con 75 años ya a cuestas, pareciera estar intacta. Sonó igual que en esos registros de hace ya cuatro décadas, derrochando además mucho carisma y una habilidad impresionante con la guitarra. Codo a codo con Steve Vai, un guitar hero incuestionable que, por supuesto, brilló como siempre lo hace con un don que roza lo sobrenatural sobre las seis cuerdas. Tony Levin, por su parte, fue el habitual hechicero capaz de encantar con sus manos diversos instrumentos con los que le da una identidad única a la banda. Pieza fundamental que se engrana a la perfección con la impresionante habilidad y capacidad disociativa de Danny Carey, uno de los mejores percusionistas que haya caminado por la faz de la tierra.

“Red” y “Thela Hun Ginjeet” fueron los bises con que cerraron un show de categoría suprema y clase mundial. El show de BEAT en el Movistar Arena fue mucho más que un concierto: fue una celebración de la música progresiva, un homenaje a una de las bandas más influyentes del género y una demostración del poder de la música para trascender generaciones. Con una ejecución impecable, un setlist cuidadosamente seleccionado y una audiencia entregada, la noche del 6 de mayo quedará grabada en la memoria de todos los asistentes como un evento histórico. Como una majestuosa alineación de estrellas que glorificó un legado polvoriento que vuelve a relucir de la mano de estos grandes que lo tributan con propiedad, respeto y maestría.

Setlist:
Set 1:
Neurotica
Neal and Jack and Me
Heartbeat
Sartori in Tangier
Model Man
Dig Me
Man With an Open Heart
Industry
Larks’ Tongues in Aspic (Part III)

Set 2:
Waiting Man
The Sheltering Sky
Sleepless
Frame by Frame
Matte Kudasai
Elephant Talk
Three of a Perfect Pair
Indiscipline

Encore:
Red
Thela Hun Ginjeet

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