27 de julio 2025.

Por Rodolgo Galleguillos.
Fotografías por Javier Martínez.

Sin duda lo vivido anoche fue algo más que conmovedor. La primera presentación del conjunto nacional Illapu junto a la Orquesta Nacional Juvenil dirigida por Juan Pablo Aguayo fue un acierto desde la perspectiva que se le mire, dando consistencia a uno de los principales exponentes de la Nueva Canción Chilena y su trascendental trayectoria. “Son ya 54 Años” se permitió Roberto Márquez señalar en un momento de la velada: “y aquí seguimos”. El Movistar Arena estaba lleno, y la gente mantuvo su sintonía con lo ocurrido en todo momento.

Entre algunas versiones orquestadas de las canciones del grupo originario de Antofagasta, algunas invitaciones al escenario y la conocida cercanía de los músicos con su gente, el concierto se desenvolvió en algo más de dos horas de duración. Un trabajo para quedar conforme, transversal en edades y procedencias de un público que resiste y sigue moviéndose por hacer valer sus derechos y compartir sus luchas colectivas.

La orquesta dio inicio al show con un Medley introductorio que dio guiños a clásicos del grupo, como “Lejos del amor” y el “Cambombe para José”, para luego dar paso a la banda completa y “Hagamos Un Pacto”. Empezó el público a cantar y bailar de inmediato. “Lejos del amor” viene después, en donde los hermanos Márquez comienzan a hacer gala de una química innegable y el despliegue de los vientos andinos distintivos de su música.

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Siguen apareciendo canciones con contagioso ritmo latino: “Puerto Rico, Puerto Pobre”, “Tu propia primavera” y piezas instrumentales en donde el colchón sonoro entregado por la orquesta da matices cálidos y poderosos al mismo tiempo. Al tocar “Bio-Bio, sueño azul” es invitado a escena al poeta Elicura Chihuailaf, quien es un cercano amigo del grupo y es reconocido como el primer poeta mapuche en recibir el premio Nacional de poesía, y dar a conocer las vivencias de su pueblo que aún resiste la ocupación de sus tierras.

“Mama Aida” trae un momento íntimo al recordar a la madre de los Márquez y en donde Rodrigo cantó en solitario acompañado de las cuerdas de la orquesta. El nivel de conexión con la performance es inmenso, y se ven algunos celulares prendiendo luces para acompañar el sentido cántico de quien también hizo constante mención a quienes ya no estaban entre nosotros, y a quienes aún no aparecen por ser víctimas de desapariciones forzosas y violaciones a los derechos humanos. También fue invitada al escenario la actriz Francisca Gavilán, quien recitó parte del Grito de la raza (1978) dando apertura a “Una canción del nuevo amanecer”, en otra consistente intervención que entusiasmó a los asistentes. También la orquesta tocó la instrumental “Población la Victoria”, en un arreglo que logró transmitir y rescatar las habilidades de ejecución de la orquesta Juvenil, y el significativo poder de convocación de Illapu en sus melodías.

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Ya cerrando la emotiva noche, salieron “Aunque los pasos toquen”, la querida “Morena esperanza”, “Vuelvo para vivir” y la versión a la canción de Victor Hereida “Sobreviviendo”, la que además fue dedicada en su totalidad al pueblo palestino que sigue soportando su exterminio, en completa solidaridad con el público presente. El grupo sale de escena, pero los aplausos los hacen volver y tocar la clásica “Candombe para José” para cerrar una de las presentaciones más importantes de la música chilena, la que sin duda quedará en los oídos de muchos por largo tiempo. La historia sigue, y hay legados que simplemente nada los detendrá.

Setlist:
Obertura
Hagamos un pacto
Lejos del amor
Arrurrú la faena
Puerto Rico, puerto pobre
Primer sueño de amor
Tu propia primavera
Danza en caña y tambor
Bio Bio sueño azul
Mama Aida
Para seguir viviendo
Isla Negra
Población La Victoria
Despedida del pueblo
Un poco de mi vida
Canción nuevo amanecer
Aunque los pasos te toquen
Condorcanqui
Morena Esperanza
Vuelvo para vivir
Sobreviviendo
Candombe para José

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