1 de octubre 2025.

Por Cristian Zúñiga.
Fotografías por Javier Martínez.

El calor primaveral que marcó la jornada de este 1 de octubre en Santiago aún se sentía entrada la noche, cuando las puertas de la discoteca Blondie abrieron paso a un ritual largamente esperado. Afuera ya no había sol, solo un aire tibio que acompañaba la llegada de cientos de fanáticos con sus vestimentas oscuras. Adentro, en cambio, la escena era otra: humo espeso, luces tenues y un ambiente en penumbra creaban el escenario perfecto para sumergirse en el universo gótico de The Sisters of Mercy.

La expectativa era total. Cada visita de Andrew Eldritch y su banda se vive en Chile como un rito. Desde su primera llegada en 2016 con un recital en Club Blondie, pasando por la fecha suspendida en 2019 debido a la situación social del país, hasta su regreso en 2023 en Club Chocolate, el vínculo con el público local ha sido inquebrantable. No es un grupo que se prodigue en giras, por lo que cada concierto se convierte en un capítulo más dentro de una relación marcada por la devoción y la nostalgia.

A las 21:00 en punto, el humo se volvió más denso, las luces se diluyeron en rojo y azul, y el pulso de Doktor Avalanche marcó el inicio de la ceremonia. Andrew Eldritch, con su habitual figura enigmática, apareció acompañado de Ben Christo y Kai, guitarristas que sostuvieron el sonido con solidez y sumaron una energía vibrante durante toda la velada. Esa dualidad, entre la frialdad distante de Eldritch y la vitalidad escénica de sus músicos, fue clave para mantener al público cautivado de principio a fin.

El repertorio abrió con un arranque áspero y directo: “Don’t Drive on Ice” y “Crash and Burn” encendieron el pulso de Blondie, permitiendo que la banda instalara de inmediato su faceta más cruda. Luego, con “Ribbons”, el clima se volvió más oscuro y expansivo, y “Doctor Jeep / Detonation Boulevard” terminó de avivar los primeros coros. “More” convirtió el recinto entero en un eco colectivo. La voz grave y distante de Eldritch, esta vez nítida y sin pérdidas, flotaba con firmeza sobre el muro instrumental, proyectando un carisma sombrío que envolvía la sala.

La intensidad fue en aumento: la primera gran ovación llegó con “Alice” y, sobre todo, con “Dominion / Mother Russia”, himnos incontestables que desataron la euforia. En contraste, piezas más introspectivas como “I Will Call You”, “Summer” y el inesperado cover de “Giving Ground” (The Sisterhood) ofrecieron un respiro brumoso, sostenido por la neblina que nunca abandonó el escenario. Entre la penumbra también destacaron “Marian”, “Eyes of Caligula” y “On the Beach”, reforzando el carácter hipnótico de la velada.

El clímax del set principal llegó con “Temple of Love”, recibido como un verdadero estallido colectivo. Pero el encore guardaba lo mejor: primero la melancolía suspendida de “Never Land (A Fragment)”, seguida por la dupla imbatible “Lucretia My Reflection” y “This Corrosion”, dos himnos que hicieron vibrar hasta las paredes de la Blondie y confirmaron por qué estas canciones siguen siendo pilares del género.

A nivel técnico, el concierto fue impecable. La voz de Eldritch sonó clara y firme durante todo el show, perfectamente equilibrada con las guitarras de Ben Christo y Kai y el pulso infalible de Doktor Avalanche. Cada matiz estuvo en su lugar, lo que permitió que la oscuridad envolviera sin fisuras a un público completamente entregado.

Lo vivido este 1 de octubre en la Blondie no fue un simple concierto: fue una ceremonia de humo, sombras y devoción. The Sisters of Mercy demostraron, una vez más, que la oscuridad puede ser también una forma de comunión.

Setlist:
Don’t Drive on Ice
Crash and Burn
Ribbons
Doctor Jeep / Detonation Boulevard
More
I Will Call You
Alice
Dominion / Mother Russia
Summer
Giving Ground (The Sisterhood cover)
Marian
But Genevieve
Eyes of Caligula
Here
Quantum Baby
On the Beach
When I’m on Fire
Temple of Love
Never Land (A Fragment)
Lucretia My Reflection
This Corrosion