18 de noviembre 2025.
Por Sebastián Allende.
Fotografía por DG Medios.
Este martes 18 de noviembre, el ícono del rock ochentero Billy Idol regresó a nuestro país para ofrecer un espectáculo que desbordó energía y nostalgia en Movistar Arena. La noche comenzó con la presentación del crédito nacional Los Raros, quienes entregaron una potente dosis de punk rock y new wave. Liderados por Álvaro España y Juan Pablo “Mecha de Clavo” Arredondo, el combo sonoro encendió los ánimos con actitud y fuerza.
Con puntualidad inglesa, a las 21:00 horas se apagaron las luces y el rugido del público marcó el inicio de la fiesta. “Still Dancing” (perteneciente a su último álbum Dream Into It lanzado durante este año) abrió el show con un golpe de energía, estableciendo el tono de la noche: moverse sin parar. Luego llegó el primer clásico, “Cradle of Love”, coreado de principio a fin, donde comenzó a brillar la figura de Steve Stevens, regalando riffs limpios y precisos que realzaron la esencia de este tema.
La atmósfera se tornó más envolvente con “Flesh for Fantasy” y “77”, preparando el terreno para uno de los momentos más emotivos: “Eyes Without a Face”. Stevens tomó la guitarra acústica para dar inicio a una interpretación sublime, con la voz de Idol fundiéndose con la de sus dos coristas para darnos un instante mágico. El virtuosismo alcanzó su punto máximo con el solo del guitarrista, quien desató una tormenta de técnica y pasión, incorporando fragmentos de “Over the Hills and Far Away”, “Stairway to Heaven” y “Eruption”, gracias a aquello los fans respondieron con aplausos cerradas, reconociendo la maestría de este prócer de las seis cuerdas.
Si bien Idol fue el centro de todas las miradas, su banda elevó el espectáculo: Además de Stevens, Billy Morrison aportó solidez en la segunda guitarra, Stephen McGrath marcó el pulso con precisión en el bajo, Erik Eldenius imprimió potencia desde la batería y Paul Trudeau añadió matices con los teclados, a lo que se les agregó las dos coristas que no solo acompañaron con voces, sino que bailaron y gozaron cada tema, contagiando energía a todo el recinto.
La fiesta continuó con “Mony Mony”, “Gimme Shelter”, “Too Much Fun”, “Gimme the Weight” y “Ready Steady Go”, reafirmando el espíritu desenfadado del rock, con un Billy interactuando constantemente con sus fans, invitando a disfrutar sin límites. Uno de los puntos más altos llegó con “Rebel Yell”, donde el Movistar se convirtió en un coro ensordecedor respondiendo al grito de Idol: “More, more, more!”. Un clásico que retumbó con fuerza gracias a las guitarras de Stevens y Morrison.
Para el cierre, el encore fue una celebración total: “Dancing With Myself” transformó el recinto en una pista de baile colectiva; “Hot in the City” y “People I Love” ofrecieron un respiro íntimo antes del estallido final con “White Wedding”, la canción perfecta para sellar la noche con energía y nostalgia. Más allá de las canciones, esta nueva visita de Billy Idol nos deja una enseñanza clara: las buenas canciones no tienen edad. Cuando un artista es rey, sabe exactamente lo que hace; no necesita demostrar nada, porque su sola presencia es una invitación a disfrutar. Billy lo sabe, y este martes en Santiago lo confirmó ante un público que respondió con pasión, demostrando que el verdadero rock nunca pasará de moda.
Setlist:
Still Dancing
Cradle of Love
Flesh for Fantasy
77
Eyes Without a Face
Steve Stevens Guitar Solo
(with «Over the Hills and Far Away», «Stairway to Heaven» & «Eruption» snippet)
Mony Mony
Gimme Shelter
Too Much Fun
Gimme the Weight
Ready Steady Go
Blue Highway
Rebel Yell
Dancing With Myself
Hot in the City
People I Love
White Wedding
