Alain Johannes Trío en El Clan: una leyenda made in Chile
15 de marzo 2019.

Por Amarante Cartes.
Fotografías por Eric Parra.

Dicen que a los chilenos nos encanta adueñarnos de los artistas. Apenas nos enteramos de que un actor de Hollywood tiene algún tipo de ascendencia o vínculo con Chile, comienzan los comentarios orgullosos: “Sí, el de Lost, ese. Es chileno”. Lo mismo ocurrió anoche en el bar El Clan, donde un gran grupo de fanáticos del rock y del grunge se reunieron para escuchar a Alain Johannes Trío. El local se encontraba ya casi lleno a eso de las 22:30 y por todos lados se escuchaban conversaciones acerca de lo que se venía. Que Alain Johannes es chileno, sobrino de Peter Rock, hijo de un tal Danny Chilean. Todo con el orgullo patrio que nos caracteriza cuando nos conviene.

Y, claro, orgullo porque Johannes no es cualquiera. Fundador de la banda Eleven junto a Natasha Shneider, su esposa, y Jack Irons, quien fue integrante de los Red Hot Chili Peppers y Pearl Jam. Ha colaborado con los más grandes rockeros del planeta como Chris Cornell, Mike Patton, Eddie Vedder, Dave Grohl, Hilel Slovak, entre muchos otros. Dicen que le enseñó a tocar bajo a Flea y ha producido y tocado en discos inmortales de grandes bandas, desde Queens of the Stone Age, Jimmy Eat World, Arctic Monkeys, No Doubt, Eagles of Death Metal, hasta Hillary Duff y Kelly Clarkson. Es un dios para los gringos que saben de música y una leyenda para los pocos chilenos que lo conocen. Y con todo este background, esperar a que saliera a tocar en el Clan, un lugar más bien pequeño, mientras por los parlantes sonaba Audioslave, Pearl Jam, Nirvana y Foo Fighters, era un sueño cumplido para los que sabíamos a quien íbamos a tener en frente en pocos minutos. Nos podemos morir tranquilos.

El trío de músicos compuesto por Alain Johannes y los hermanos Felo y Cote Foncea, salió al escenario pasadas las 23:00, a enfrentarse con un público muy ansioso que los recibió con jerga nacional, con gritos de bienvenida “en chileno”, para hacer sentir lo más compatriota posible a su ídolo. La primera canción, “This little finger”, dejó claro inmediatamente que Johannes no iba a ser el único virtuoso aquella noche, destacando desde el primer segundo el talento de Cote Foncea en la batería. La siguió inmediatamente otra canción de Eleven de 1993, “Ava Tar”, con la que el público enloqueció inmediatamente y Natasha se hizo presente.

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Al inicio con dos canciones de culto, lo siguió un tema de su segundo disco solista Fragments and Wholes vol. 1” “Kaleidoscope”, momento en el que se tomó un instante para hacer un salud con el público de la primera final con “agua corriente con hielo”, como aclaró en español. Aprovechó para brindar por sus talentosos acompañantes, presentó a su tecladista y baterista con la picardía de decir: “I found two motherfuckers that coud play this shit”, honrándolos y agradeciendo el haber encontrado a dos chilenos que le pudieran seguir el paso, sabiendo que no es algo fácil de lograr.

El concierto continuó con dos canciones de Eleven: “Nature wants to kill me” y “Beautiful self”, en las que los coros de los hermanos Foncea cumplieron con la simbólica tarea de reemplazar la voz de Natasha Shneider. Si bien hubo inconvenientes con el volumen de las voces en un principio, pronto se solucionaron.

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De pronto, Alain se volteó hacia su cigar box guitar, su singular instrumento hecho con una caja de puros y con el que grabó Spark, el disco dedicado a su amada Natasha luego de su fallecimiento. Un instrumento fúnebre que generó un estremecimiento en los asistentes. Tocó “Swan and Crow” y el público lo siguió con las palmas, cansino, pausado, el público y él, la canción y su voz, que por primera vez en lo que iba de la noche se escuchó más claramente. La guitarra permaneció en escena para continuar con tres canciones de Spark. Agradeció al público en “Gentle Gohst” por acompañar con la voz. Tocó luego “Return to you”, en la que obtuvo el mismo resultado. Y antes de interpretar “Endless eyes”, dijo que cambiaría el agua por vodka. Sabíamos que no era cierto, pero que estaba recordando a Natasha en ese momento y a su origen soviético. El instante de intimidad y memoria fue cerrado con “Welcome”, palabra que en español usaría siempre su fanaticada para hacerlo sentir en su casa.

La noche fluyó hacia un sonido más pesado con canciones como “Seasick of you” y “Crash Today”. Destacaron los Foncea haciendo los coros en “You’re my diamond” y Johannes soltando la mano derecha de la guitarra para continuar tocando sólo desde el mástil. Los gritos de “maestro”, “monstruo”, “seco”, sonaban desesperados cada vez que terminaba una canción. Cantó en español en “Luna a sol”, canción originalmente grabada junto a Mike Patton. Las últimas canciones terminaron de ensordecer al Clan: “Hanging tree”, “Reach out” y “Why” fueron cantadas, acompañadas con palmas y cabezas moviéndose de arriba abajo, como en los mejores años del grunge en Norteamérica, como retrocediendo en el tiempo al MTV de los noventa, pero con un pie puesto en Chile. Con los gritos del público, la banda regresó para finalizar con “Making a cross” y dejar a los asistentes un poco mareados, sin poder creer lo que acababan de presenciar.

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Alain Johannes es inclasificable. Su música, indescriptible. Su raíz está en muchas partes del mundo, en los que ya no están, en los músicos que formó, en los discos que produjo, en Natasha y en Eleven. Pero si hay algo cierto, es que a él no lo trajimos a la fuerza, no nos apoderamos de su nacionalidad, sino que él se adueñó de Chile, vino a tocar para nosotros y con dos de nuestros mejores músicos, vino a encontrar su origen y lo logró. Es chileno y es enorme. Por eso le damos las gracias.

Setlist:
This little finger
Ava Tar
Kaleidoscope
Nature wants to kill me
Beautiful self
Swan and Crow
Gentle Ghost
Return to you
Endless eyes
Welcome
Seasick of you
You’re my diamond
Crash today
Luna a Sol
Hanging Tree
Reach out
Why

Encore:
Making a cross

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