Aleste en Teatro Oriente: Cuando el deseo supera los límites
15 de julio 2022.

Por Paulo Domic.
Fotografías por Claudio Poblete / Bizarro.

Fueron unos de los primeros en atreverse a realizar un concierto de música en medio de la pandemia, y les fue bien. Un año y medio después, Aleste nuevamente se subió al escenario, esta vez del Teatro Oriente, para continuar con este proceso de reunión que los ha puesto nuevamente en la agenda musical. La banda tiene un público cautivo que los esperaba con muchas ganas de volver a escuchar esas canciones ya cercanas a cumplir tres décadas.

Distanciados desde 1995, luego de que su cantante Rodrigo Espinoza se enamorara y fuera a México con Yuri luego del Festival de Viña de ese año, pasó bastante tiempo para que se reunieron. En 2010 hicieron un concierto, pero la unión no prosperó. Luego en 2018 retomaron el contacto y esta vez fue en serio, al punto de que desde ahí que siguen juntos, aunque geográficamente distanciados, pero produciendo material. En 2019 sellaron su regreso con el disco La Máquina del Tiempo, compuesto por una serie de nuevas versiones de canciones de sus discos de los noventa, más material nuevo. Siguiendo el mismo formato, ya están ad portas de finalizar un segundo trabajo, que terminará de consolidar esta reunión. Proceso que ha sido mucho más fácil ahora que Yuri pasa mucho tiempo en Chile gracias a su trabajo en el programa The Voice, y que les ha permitido ensayar presencialmente y preparar mucho mejor este nuevo concierto con el que vuelven a las andanzas en vivo.

Alfredo Alonso, su guitarrista y también conocido rostro fruto de su pasado como animador de televisión y su presente como publicista, productor de eventos y esposo de una conocida periodista de espectáculos, en la previa se ha mostrado muy comunicativo con los medios, destacando el hecho de que la banda pasa por un momento muy especial. Sumemos a esta relevancia personal, la que ostenta su cantante, marido de una estrella de la canción latinoamericana, y se alinean muchas cosas para, nunca justificando, al menos entender por qué el nombre de Aleste no tiene la total simpatía de los rockeros chilenos. Si bien “Hay Un Límite” es a estas alturas un indiscutible clásico de la cultura popular chilena, la identificación de la banda con el rock no representa completamente a los amantes del rock en Chile. Probablemente, todas esas luces y espacios más privilegiados que han logrado ocupar producto de los caminos afortunados que han tenido este par de integrantes, no han logrado que sean tomados en serio como representantes autorizados de un rock chileno que vaya que cuenta con exponentes bastante destacados.

Más allá de eso, en un país libre todos tienen derecho a cultivar el arte y no podrían ellos ser una excepción. No hay malas artes en sus logros, han estado en los lugares indicados en los momentos precisos, y eso no tendría por qué quitarles mérito o derecho alguno de poder continuar adelante con su historia musical. A las 21:15, un poco antes de lo presupuestado, comenzó el espectáculo con una introducción audiovisual que mostraba a la banda en sus años de mayor éxito, un paseo por la nostalgia de momentos en que vivieron su apogeo artístico.

Luego de “La Balsa”, Rodrigo saludó al público y junto a Alfredo entablaron un diálogo con los convocados, unas 300 personas que poblaron casi mitad de la platea baja del Teatro Oriente. Anunciaron algunas canciones del próximo disco que están preparando y que se llamará La Máquina del tiempo 2, y continuaron con el concierto.

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Cuando interpretaron “Tiempo Blanco”, la corista Claudia Barros tomó protagonismo bajando de su tarima al costado del baterista y cantando codo a codo con Rodrigo, robándose por un momento la atención del público, con su carisma y voz. Luego contagiaron con “Como la Primera Vez”, otra de aquellas de su disco de 1993 que entusiasmó inmediatamente a sus fanáticos presentes.

Los diálogos entre canciones fueron fluidos y a veces largos, reconociendo que “así podrían respirar un poco”. El punto de la edad y los años que pasan fue bastante recurrente en los discursos, lo cual de alguna forma llevó el show a una suerte de rutina de stand up, sacándolo un poco de la música. Claro, el contexto de alguna forma lo propició desde el hecho de que los presentes se notaban amigos cercanos y familiares de la banda, no fanáticos anónimos que estuvieran ahí como seguidores orgánicos de su música. Más allá de lo anterior, lo cierto es que en cuanto a sonido, ejecución musical y propuesta audiovisual de apoyo al show, Aleste brindó una muy buena presentación. Su rock melódico y bailable transmite alegría y se convirtió en una fiesta para los presentes en el Teatro.

Otro destacado espacio en el concierto fue la interpretación de “Nadie Como Yo”, en la que Rodrigo se quedó solo con el piano y cantó en forma muy sentida y emocionante. Tema que contó con varias voces desde el público que lo acompañaron. Espinoza en general tuvo una muy buena presentación, demostrando mucha destreza vocal, gran simpatía con el público y un oficio que tal vez no esperábamos considerando que no ha sido un cantante muy presente en escenarios a través de su carrera.

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En el repertorio también le dieron espacio a un par de covers, como el de “Wild World” traducido como “Mundo Salvaje”, muy inspirado en la versión de Mr Big de principios de los 90. También tocaron “Sure Know Something” de Kiss, presente en el disco tributo al cuarteto norteamericano llamado Kiss My Chilean Ass. Canciones que fueron coreadas con entusiasmo por sus seguidores.

No podía ser de otra forma y escogieron para el fin su gran éxito “Hay Un Límite” que puso de pie y a bailar a todo el mundo, poniendo término a una noche en que Aleste pudo volver a ponerse al frente de sus amigos, familiares y seguidores que disfrutaron de un concierto íntimo, entretenido y bien producido, en que se les vio muy felices por este regreso a los escenarios y muy convencidos de seguir adelante en esta nueva etapa de la banda, ajenos a cualquier comentario desfavorable y sabiendo que para su deseo de continuar, el único límite es el que ellos mismos se pongan en frente.

Setlist:
Dónde estabas
Secretos en el sol
La balsa
Lloverá en abril
Dos
Historias de un adiós
Tiempo blanco
Como la primera vez
Solos
Ni un segundo
Nadie como yo
Solo recuerda
Mundo salvaje
Si tu quieres
Dos corazones
Hombre de papel
Sure know something
Cuando el cielo llora
Hay un límite