Por Amaranta Cartes.

Hay imágenes que dejan los medios de comunicación que son difíciles de olvidar. Pasa también en la industria de la música que se recuerdan momentos espectaculares de shows televisados, entregas de premios, entre otras. Para muchas personas que a comienzos de los 2000 seguían los masivos y esperados eventos de la cadena MTV, Alicia Keys fue uno de esos momentos que no se olvidan. En estes caso, por lo sobrecogedora que fue la imagen de una joven prodigio de solo 20 años que, sentada tras un piano de cola, tocó a Beethoven en el escenario más “cool” del momento, para transformarlo poco a poco en “Fallin’”, su primer single, que ese mismo año le valió el reconocimiento de mejor artista nueva. Desde ese momento, 22 años han pasado, y la joven cantante originaria de los barrios neoyorkinos de Hell’s Kitchen y Harlem, siguió conquistando al mundo con los tres ingredientes fundamentales que caracterizan su performance: su voz, su talento para el piano y sus letras. Todo esto, acompañado de una sonrisa amable y sus famosas trencitas que fueron dando paso a distintos usos de cabello que siempre han sido un homenaje a su origen afroamericano. Hoy la vemos sin maquillaje y sin trenzas, pero igual de talentosa y con la misma sonrisa, preparada para pisar suelo nacional exactamente una década después de su primera visita.

La última vez que Alicia Keys visitó el Movistar Arena, fue en 2013 el marco de su gira Set the World on Fire, promocionando el disco Girl On Fire, lanzado el año anterior. Era otra Alicia, pero sus fanáticos eran igual de fieles y eufóricos que hoy. Habían esperado décadas para poder verla y por fin era posible. Repletaron el recinto y vivieron la inolvidable experiencia de escuchar en vivo el sonido del piano y cantar canciones que hablaban de la libertad de ser quien quieras ser y el empoderamiento de las personas más ignoradas de la sociedad.

Desde entonces, tres nuevos álbumes de estudio han visto la luz. El primero, HERE, marcó un antes y un después en la carrera y en la vida de la cantante. Alicia Keys, considerada una de las mujeres más bellas del mundo por revistas como People y Vanity Fair, confesaba el dolor de contar con una autoestima frágil e inseguridades hacia su físico tan grandes que la habían llevado a ser adicta al maquillaje. El miedo de salir a la calle con la cara lavada y la presión de ser un personaje público a quien se le exige ser perfecta todo el tiempo, la llevaron a sumarse al movimiento #NoMakeUp, anunciando que dejaría de usar maquillaje desde ese momento en adelante. Esto resultó consecuente con su permanente activismo y compromiso con causas sociales y políticas como la igualdad de género, los derechos LGBT y la justicia racial. Ha participado en campañas la violencia doméstica, y ha fundado su propia organización sin fines de lucro, Keep a Child Alive, que ayuda a proporcionar medicamentos y tratamiento a personas que viven con VIH en África y la India. Siempre ha utilizado su plataforma para difundir mensajes de empoderamiento y esperanza, pero esta vez, fue su vida personal y el transparentar sus inseguridades lo que se convirtió en ejemplo para muchas mujeres que día a día luchan con las exigencias de la sociedad por verse bonitas. Asimismo, el disco HERE la retrató en blanco y negro, desnuda y sin maquillaje y difundió canciones con un mensaje coherente con toda esa nueva postura ante la vida, alcanzando, como es usual con sus álbumes, el número uno en la lista de Billboard en pocas semanas.

Luego del éxito de su LP, Alicia se alejó del estudio de grabación, acercándose a la televisión, apareciendo en programas de talento como The Voice, tocando en espacios como Saturday Night Live y en eventos musicales televisados en Nueva York, su ciudad natal, difundiendo su mensaje recientemente adquirido. Una de sus últimas apariciones en 2020 se realizó en febrero, junto a Miley Cyrus, Adam Levine y Blake Shelton en el marco de The Voice, haciendo un homenaje a Aerosmith a través de la interpretación de la canción “Dream On” en plena calle. Sabemos que luego de eso, una pandemia puso fin a la posibilidad de disfrutar de la música en vivo, y fue entonces cuando Keys retomó la privacidad del estudio. Ese mismo año, publicó ALICIA, disco en el que aprovechó el tiempo dado por las cuarentenas para buscar colaboraciones diversas para grabar, como el caso de Terra Whack, Khalid o Jill Scott, así como para aparecer en iniciativas pandémicas como A Colors Show junto a SiR, interpretando la canción “Three Hour Drive”. También en 2020, Alicia lanzó su libro «More Myself», en el que habla sobre su vida y carrera, y comparte sus reflexiones sobre la importancia de ser auténtico y fiel a uno mismo, y participó en campañas publicitarias para marcas como Levi’s y L’Oréal.

Hoy, a horas de su regreso a Chile, tenemos a la mano sus creaciones más próximas. KEYS, lanzado en 2021, es su más reciente producción, si es que no consideramos que en 2022 apareció KEYS II, disco que sumó cuatro canciones al anterior, llegando a un total de treinta, siendo su LP más extenso hasta el momento. En 2023, podemos reconocer su inconfundible voz en el soundtrack de la serie Queen Charlotte: A Bridgerton Story y disfrutar de su último single “Stay”, publicado en febrero junto a Lucky Daye, acompañado de un impactante video donde el paisaje es protagonista.

Alicia se presentará a las 21 horas de este 9 de mayo en Movistar Arena, luciendo sus casi tres décadas de carrera, sus múltiples premios Grammy, su rostro libre de máscaras y su característico sonido en la entrega para el público local de su Alicia + Keys World Tour. Podemos adelantar que sonarán las canciones más antiguas, así como algunas de las más recientes y que hasta el momento ningún show de la gira por Latinoamérica ha sido exactamente igual a otro. Podremos echar un vistazo a su presentación en Argentina que se realizará dos días antes, pero no habrá duda de que lo que ocurra en Santiago será un suceso auténtico como ella misma y que habrá sorpresas solo para el público chileno, que impactó hace poco a su ídola agotando las entradas del concierto. No queda sino esperar que este reencuentro sea inolvidable.

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