Amenra en Chile: Una potente serenidad
Rock Bar Xperience, 27 de Febrero 2020.

Por Rodrigo Guzmán.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

En tiempos donde el rock & roll parece no ser un producto comercialmente rentable, muchos conjuntos ponen sus fichas en la originalidad. De esta manera, los sonidos del underground se multiplican hasta el infinito sin seguir lineamientos motivados por los mandatos del mercado. Es en este punto donde los sonidos más crudos y experimentales de la música de guitarras confluyen para dar como resultado propuestas innovadoras que en no pocas ocasiones alcanzan la radicalidad. Y es por esta senda donde el sonido de Amenra circula con fluidez. El quinteto belga visitó Santiago gracias a las gestiones de la productora Red House, quien una vez más puso sus fichas en la música lenta, pesada y underground.

Como en fechas anteriores, la presentación de los belgas fue precedida por dos conjuntos nacionales: A Sad Bada y Sangria, quienes fueron los encargados de inaugurar la jornada. Como siempre, los teloneros elegidos para la ocasión se ajustaron de manera precisa en cuanto al sonido, pues si bien cada uno de los conjuntos guarda un sello propio, es notoria la influencia que Black Sabbath tiene no sólo sobre ellos, sino sobre la totalidad de los agrupaciones de rock que se mueven por las aguas negras del doom y estilos a fines.

A Sad Bada fue el primer conjunto en subir al tablado del Rock Bar Xperience para proveer una propuesta cargada al post metal, entre riffs aletargados y arpegios sombríos. Al igual que Amenra, los pasajes limpios, sosegados, atmosféricos e incluso algo más psicodélicos de A Sad Bada contrastaron con la guturalidad que Fernando Figueroa imprimió a cada uno de los cortes, generando así un sonido descentrado, denso, violento y oscuro. A Sad Bada surgió así como un excelente indicio de lo que pronto se veía venir.

Por otro lado, el power trío pudahuelino Sangría tomó la posta para seguir cargando de aspereza y oscuridad la noche. De esta manera, el sludge death de los capitalinos se dejó caer como una lluvia de piedras negras sobre la concurrencia, que al pasar de cada corte iba acumulando más y más energía contenida para el acto principal. “Cortafuego” fue el corte escogido para dar inicio a su presentación. A caballo entre un implacable juego de toms y la pesadez propia del género, Sangría mostró desde un principio la demolición que implica su sonido. “Reino del Hambre”, “Osamenta”, “Cegados” y “Ritualista”, a modo de cierre, fueron parte del setlist de Sangría, que demostraron poseer un sonido en vivo robustísimo, violento y adusto. Muestrario rotundo del sludge death metal nacional.

Ya hacia el último tercio de la noche, los liderados por Colin H. van Eeckhout se instalaron sin más sobre el escenario del Rock Bar Xperience. El corte encargado de dar inicio a la presentación de Amenra fue “Boden”, cuya intro evoca la espesura de un cielo cubierto de gris, para luego dar paso a un riff demoledor que hizo sacudir el pescuezo a todos los presentes. Los agudos y desesperados gritos de van Eeckhout, que como era de esperar se pasó casi todo el concierto de espalda, contrastaron con la impresionante pesadez que el conjunto batería-guitarra-bajo desplegaron sobre el escenario. La fecha estuvo marcada por esa tónica, que además hizo juego con los ecos, silencios y esperas que el conjunto se tomaba de tanto en tanto. El silencio fue parte de la presentación de Amenra, pues dicho silencio formó parte también de la atmósfera tensa y calma que dominó todo el ambiente de la fecha que trajeron los belgas. Tras esto, vino la interpretación de “Plus près de toi”, “Razoreater” y “Thurifer”, convocadas con el mismo espíritu tenso, atmosférico y salvaje que hizo caer en trance a más de alguno. La puesta en escena de «A Solitary Reign», el corte más conocido de los belgas, fue como un bombazo mental. Los acordes menores, casi góticos, del arpegio introductorio funcionaron como un tsunami donde un mar negro se recoge hacia su interior para luego estremecer todo con la violencia de su oleada. Impresionante ejecución de un sonido extraño, profundo, apesadumbrado y nocturno, en escala de grises y sin concesión. Tras esto, vino “Nowena”, “Am Kreuz” y “Diaken”, a modo de cierre. Todos los cortes fueron interpretados bajo la misma impronta, tan particular, de Amenra. Así se dio fin a una fecha que tornó el verano en invierno por algo más de una hora.

A pesar de que la línea de la productora Red House se oriente más hacia el sonido de la psicodelia y el stoner, cabe mencionar que la propuesta de los belgas también encuentra una recepción amplia en el público asiduo a estos géneros. El riff lento y grooveado tiene mucha responsabilidad en aquello, sin embargo lo que más parece cautivar es ese halo mántrico que desprenden las composiciones de Amenra, cuyo poder, sin duda alguna, se potencia hasta el mismísimo firmamento cuando los belgas las interpretan en vivo.

Setlist:
Boden
Plus près de toi
Razoreater
Thurifer
A Solitary Reign
Nowena
Am Kreuz
Diaken

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