Por Johanna Dagnino.

Hablar de Aterciopelados hoy en día te lleva a pensar, inevitablemente, en música de la frontera. Los orígenes de esta banda se remontan a inicios de los 90’, cuando Andrea Echeverri y Héctor Buitrago se reúnen para fundar Delia y Los Aminoácidos, agrupación que para el 93’ vería la luz como Aterciopelados. Este dúo se ha caracterizado desde sus inicios por fusionar un espíritu crítico con un humor sagaz en sus letras; tal como han combinado, con gran maestría, el rock, ritmos propios del folclor y la tradición colombiana y latinoamericana junto a sonidos electrónicos.

Dueños de ocho discos de estudio, sin contar aquellos que produjeron individualmente durante los hiatos que se han dado y en los cuales se dedicaron a explorar nuevos proyectos, se trata de una banda ecléctica, única en la escena latinoamericana. Esta agrupación se ha encargado, a través de los años, de consolidar un estilo único que, a su vez, los ha convertido en uno de los mayores exponentes del rock colombiano. Para el 93’ aparece el primer disco de estudio de Aterciopelados, Con el corazón en la mano, el cual los llevó a convertirse rápidamente en una de las bandas de rock más importantes de su país. Esta placa destaca por marcados sonidos punk fusionados con la cultura colombiana, lo que se refleja en temas icónicos como “La Cuchilla”, “Mujer Gala” y “Sortilegio”. Asimismo, este trabajo logró consolidar a la agrupación como una de las mayores revelaciones del año en su natal Colombia.

Luego del éxito obtenido con su primer disco de estudio, vino El Dorado, álbum lanzado en 1995 y que catapultó a los colombianos al éxito internacional. Con El Dorado, vino la consolidación definitiva; este trabajo es considerado hasta el día de hoy como uno de los más importantes tanto para el rock de su país natal como para el rock hispanoamericano. En éste, es posible encontrar ritmos propios del folclore colombiano con aires de punk, reggae y rock. Asimismo, logran materializar un lenguaje propio, a través de la utilización de términos netamente colombianos. De esta placa se desprenden grandes clásicos como “Florecita rockera”, “Candela”, “El Dorado” y “Colombia Conexión”, además del primer éxito internacional de Aterciopelados, “Bolero Falaz”. Con este último tema, lograron situarse en el circuito de MTV Latinoamérica y lanzó por los aires la potente voz de Andrea Echeverri quien fue invitada al año siguiente a participar del Unplugged de Soda Stereo, Confort y música para volar.

Por otra parte, El Dorado le significó a Aterciopelados salir a recorrer nuevas tierras y conquistarlas con su autenticidad. Así, la gira internacional que iniciaron con esta placa, los llevó a telonear a Caifanes en su paso por Colombia, pero, al final de este recorrido, resultaba difícil diferenciar quién acompañaba a quién. Visitaron posteriormente Perú, Ecuador, Bolivia, México y Chile para terminar teloneando a Soda Stereo en La Plata frente a más de 120 mil espectadores y luego acompañar a los argentinos en su gira por Estados Unidos y pasar por España para telonear a Héroes del Silencio.

Tras el éxito de su segundo disco, lanzarían en noviembre de 1996 La Pipa de la Paz, álbum que les significó convertirse en los primeros colombianos en ser nominados a los Grammy, en la categoría de Mejor Álbum Latino/Alternativo. Con un repertorio que los consolidaba en la escena del rock latinoamericano, giraron extensamente en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica con gran éxito y logrando darse a conocer en nuevas latitudes del globo. La Pipa de la Paz conserva aún esos ecos punk, pero esta vez matizados con un aire armónico en el que suman, una vez más, sonidos propios de su tierra, incorporando así música andina, joropo e, incluso, ritmos del tradicional vallenato colombiano.

Así mismo, con esta placa Andrea Echeverri se erige como estandarte de una nueva femineidad latinoamericana, rompiendo con los cánones establecidos por la cultura latinoamericana y presentando líricas cada vez más críticas y vinculadas con corrientes como el anti machismo, el neofeminismo y temáticas políticas y sociales como el conflicto con el narcotráfico en Colombia, la defensa del Amazonas y la reivindicación indígena. Así, de este disco se desprenden temas que son un estandarte para el rock colombiano y latinoamericano, tales como “Cosita seria”, “No necesito”, “Baracunatana”, “La Culpable”, “Expreso Amazonia”, “Quemarropa” y “Te juro que no” (éstos últimos con la colaboración de Enrique Bunbury). Simplemente, La Pipa de la Paz es un disco icónico que aborda distintas problemáticas y que ha sabido convertirse en una obra atemporal y siempre contingente.

Con tres discos, un sonido propio y la consolidación internacional, en 1998 vería la luz Caribe Atómico, su cuarta placa. En ésta, Aterciopelados da un giro hacia sonidos más electrónicos y muestra una vez más que su estilo está marcado por un constante movimiento, que lo suyo no es la quietud y esa, terminaría por ser una de sus mayores virtudes como agrupación. Con Caribe Atómico consolidaron su postura social en torno a temas medioambientales y crearon el primero de sus discos en ser considerados, de algún modo, como una “obra conceptual”. Como es natural con todo cambio, éste generó adeptos y críticos, sin embargo, y pese a esto, Caribe Atómico logró posicionarse una vez más tanto en ventas como en reconocimientos: Andrea Echeverri fue una vez más reconocida como la mejor voz femenina de rock por la revista Banda Elástica, recibieron el premio MTV a mejor video de música alternativa por “El Estuche”, el periódico L.A. Times nombraría esta placa como la mejor del 98’ y, a su vez, les consiguió la segunda nominación consecutiva a los Grammy.

Iniciado ya el nuevo milenio, el año 2000 trajo consigo Serie 2000, el primer disco recopilatorio de la banda (en el que no contaron con temas de Con el corazón en la mano). Este mismo año, Aterciopelados nos presentó su quinto disco, Gozo Poderoso, en el cual los sonidos electrónicos cobran menor protagonismo y retoman el sonido ecléctico y las distintas texturas que los caracterizaron en sus primeros trabajos. Para esta placa, Héctor Buitrago hizo de productor y logró marcar nuevamente esta identidad propia de los Atercios. Con Gozo Poderoso, fueron nuevamente nominados a los Grammy como Mejor Álbum Rock/Alternativo Latino además de quedarse con el Grammy Latino por Mejor Álbum Rock Grupo/Dúo. Asimismo, fueron nominados a los Premios Lo Nuestro y a los MTV Latinoamérica junto con ser nombrados por la revista Time en el tercer puesto de su ranking de mejores bandas del 2001 (global). Gozo Poderoso nos presenta un trabajo calificado por muchos como visionario; un disco vigente que, con 17 años de distancia, sigue sonando actual y que no solo presenta una postura social y política clara, sino que, además, es un viaje cósmico ya que con sus sonidos alucinantes te lleva de la mano para perderte por los senderos donde su música es “el láser que brilla y nos hace poner de rodillas”.

El segundo disco recopilatorio de su carrera vendría en el 2002, con Evolución. Nuevamente producido por Buitrago, este disco vuelve a dejar al margen su primer disco; sin embargo, incluyen “Apuéstale”, la versión en español que hicieron los colombianos del tema de Queen, “Play the game”, la cual apareció en el álbum tributo de 1997 Tributo a Queen: los grandes del rock en español. Junto con esto, Evolución cierra con “Mi vida brilla”, “Tanto amor” y “Florecita 2003”; siendo los dos primeros temas inéditos y el tercero una nueva versión de “Florecita rockera”.

Los años posteriores estarían marcados por los proyectos solistas de Echeverri y Buitrago los cuales, pese a toda lógica de los hiatos en las agrupaciones, proyectaron el vínculo de ambos músicos hacia nuevos terrenos. En este receso, Andrea Echeverri tuvo a su primera hija y graba su primer disco solista bajo su mismo nombre, disco que fue producido por el mismo Buitrago. De esta placa destacan temas como “A Eme O”, “Baby blues”, “Menos Mal” y “Amortiguador”. A su vez, se consolidó como uno de los mejores discos del 2005 al ser nominado a los Grammy Latinos como Mejor Álbum Vocal Pop Femenino en su versión del mismo año y al año siguiente al Grammy como Mejor Álbum Pop Latino.

Por esos años, además, Buitrago y Echeverri abren su propio sello bajo el nombre de Entrecasa. Iniciado este camino, Buitrago produce el disco Colombeat (2002), el que recopila los sonidos electrónicos colombianos. Posteriormente, en el año 2006, edita y produce Conector, el primer trabajo en solitario del colombiano y en el cual participaron figuras como Julieta Venegas, Fernanda Takai (Pato Fu) y la misma Andrea Echeverri entre otros artistas. Por Conector, Buitrago fue reconocido tanto como artista como en su rol de productor; asimismo, logra consolidarse como un “artivista” (usando sus propios términos), puesto que sigue problematizando y defendiendo una postura clara frente a causas ambientales, sociales, culturales y originarias.

Ese mismo 2006 se rompe el primer hiato de los Atercios y regresan con Oye, disco que sucedió a otros dos trabajos compilatorios: The Best of Aterciopelados: Ultimate Collection del 2004 y 20 éxitos originales del 2005. El sexto disco de estudio de los colombianos retoma los sonidos ya trabajados en La Pipa de la Paz y plasman la visión de sus integrantes en torno a los problemas que aquejan no solo a Colombia, sino que a toda la actualidad latinoamericana. Buitrago vuelve a asumir además el rol de productor y la agrupación vuelve a reproducir el éxito que ya habían conseguido con sus placas anteriores: se quedaron con dos premios Nuestra Tierra (por Mejor artista rock del año y Mejor interpretación rock del año), el premio Grammy Latino (por Mejor álbum de música alternativa) y un premio Lo Nuestro (por Álbum rock del año). Sin embargo, y tal como lo han manifestado los mismos Atercios, ellos no hacen música por los premios, lo que queda claro en este trabajo donde el género de canción de protesta se hace más latente que en sus trabajos anteriores (pese a ser temáticas recurrentes en la obra de los colombianos) y surgen magistralmente temas como “Don Dinero”, “Canción protesta”, “Oye mujer” y “Paces”. Historia relevante de este trabajo es que Amnistía Internacional seleccionó “Canción Protesta” en el 2008 para celebrar sus 60 años de historia y co-crear “The price of silence”, un himno que rescata los derechos humanos.

Para el 2007, Sony Music lanza el quinto disco recopilatorio de Aterciopelados, Lo Esencial, placa que destaca por ser la única que recupera temas de Con el corazón en la mano. Luego, el año 2008 saldría al mundo Río, séptima placa que, a su vez, es considerada tanto por la crítica como por el público como uno de los mejores discos de rock latino en la historia. Del mismo modo, fue reconocido una vez más con la nominación a los premios Grammy, esta vez en la categoría de Mejor Álbum Rock/Alternativo y Urbano. Siendo éste el cuarto disco que Buitrago produce para la agrupación, se vuelve a repetir la fórmula que ha marcado la identidad de esta potente agrupación desde sus inicios: conciencia, inteligencia y crítica. Se hacen parte de los temas del disco la defensa ambiental, la recuperación del río Bogotá y temáticas sociales en torno a la inmigración y la identidad. Un trabajo que fluye tal como su título y que nos lleva a posicionarnos en medio de un pleno orgullo latinoamericano tanto por nuestra cultura como por nuestra geografía, lo que se ve reflejado en grandes temas como “Río”, “Tréboles”, “Bandera” e “Hijos de Tigre”.

Después de Río, vino una segunda pausa que le permitió tanto a Echeverri como a Buitrago profundizar en sus proyectos en solitario. El 2010 saldría Dos, el segundo disco solista de Andrea el que fue grabado en casa y que explora los terrenos de la maternidad. Ese mismo año, Buitrago inicia su proyecto Canto al agua en conjunto con Catalina Salguero, instancia en la cual se dedicó a explorar la convicción de que la estructura molecular del agua podía alterarse a través del sonido y la emoción. Así, cada 22 de marzo “se entona la silaba AH durante un periodo de tiempo con la intención de sanarla, reconocerla y agradecerle, pero ante todo manifestándole una intención de perdón ya que, si su situación está comprometida es a causa de los seres humanos” (según manifiesta la misma web de este artivista). En 2012, Buitrago lanza Conector II y Echeverri, por su lado, lanza Ruiseñora, placa en la cual profundiza en su visión en torno al feminismo y el rol que debe tener cada mujer para construir su propia historia. Finalmente, el 2014 sale el disco Niños Cristal, también de Buitrago, el que continúa problematizando temas en torno al activismo y el medioambiente.

No fue hasta el 2016 en que volvimos a tener noticias de Aterciopelados como agrupación. Este año, lanzaron su octavo disco, Reluciente, rechinante y aterciopelado, el primer disco grabado en vivo por los colombianos y en el cual además de reunir parte de sus temas más icónicos, recuperan temas de sus proyectos individuales como «Soy la semilla nativa» (perteneciente a Niños Cristal) y «Yo» (uno de los mayores éxitos de Dos).

Desde sus inicios, Aterciopelados se ha sentido para su audiencia como su nombre: su suavidad y brillo único los configuran como un imprescindible no solo para la música en español, sino que para todo aquél que entienda la música desde la identidad y la autenticidad. Después de un par de años de ausencia en suelo nacional retornan con su Rechinante & Reluciente Tour, y la cita es este jueves 23 de noviembre en Club Chocolate. Los Atercios no solo llevan más de 20 años de carrera en sus hombros, sino que, con el correr de éstos, se han ganado un espacio definitivo que los ha llevado a convertirse en verdaderos referentes para distintas generaciones. La espera por fin terminó, solo nos queda esperar para empaparnos de su sonoridad y convertirnos uno solo, comprendiendo que juntos somos parte de algo superior.

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