Relajado y veraniego. Esa es la imagen que proyecta Benito Martínez, mundialmente conocido como Bad Bunny, antes de presentarse en uno de los recitales más esperados de este 2022. El Estadio Nacional aún no termina de enfriarse después de las tres candentes jornadas de reggaetón y perreo old school, en las que Daddy Yankee, a principios de septiembre, se despidió de los escenarios chilenos, para que durante esta semana el premiado puertorriqueño haga arder nuevamente la pista, las noches del 28 y 29 de octubre.

Solo un par de shows, pero rodeados de un mar de expectativas. Tras anunciados, las entradas se agotaron en minutos, mientras los fanáticos se acumulaban en interminables filas en el sitio web de Punto Ticket. Hoy martes 25, en una venta sorpresa que ofreció una nueva oportunidad para algunos afortunados, la situación no fue distinta. Los precios de reventa alcanzan sumas exorbitantes, con el riesgo añadido de posibles falsificaciones y estafas. Por otro lado, la delegada presidencial metropolitana anunció endurecimiento de las medidas de seguridad e ingreso. Pero los peligros y esfuerzos valen la pena, todo por obtener un lugar dentro del World’s Hottest Tour, en las primeras fechas realmente masivas del intérprete de “Safaera”.

Es que no hay aspecto que Benito no haya conquistado. Desde sus primeros singles, cada año en la cima de su carrera, uno se pregunta si será posible que llegue más arriba, aún así, no deja de romper récords de venta. Hace menos de un mes se coronó el máximo ganador en los Billboard Latinos, recibiendo nueve galardones, incluyendo artista del año. Su gira anterior, promocionando los ritmos alternativos de “El último tour del mundo” fue llamada la más lucrativa del planeta. Además, varios temas de su última placa, las festivas, diversas y vibrantes canciones de “Un verano sin ti” no abandonan el top 10 en los distintos servicios de streaming.

Son las vibras del calor, el aroma a sal, arena y bloqueador, los ecos nostálgicos de los viejos amores de verano, las que empapan los sonidos de esta gira, y en particular del último disco, el cuarto en la carrera de Bad Bunny. Denominado por el mismo cantante “el álbum más alegre que he hecho” laten a lo largo de sus 23 temas fuertes influencias caribeñas y cadencia latina, como en la fusión de dembow de “Tití me preguntó”, varios bailables como “Party” junto a Rauw Alejandro y “Después de la playa”, que revienta en una ola feroz de mambo y merengue.

“A todo el mundo le gusta que lo sorprendan. Me gusta mantener esa expectativa, esa tensión de sorprender a la gente” declara el intérprete boricua en entrevistas recientes. Es decir, todo será posible en esta fiesta, una liberación cabrona de disfrute y alegría, tu mejor día de playa condensado en unas cuantas horas, en un estadio de Ñuñoa. Una producción totalmente innovadora, con posibles linternas con luces al estilo Coldplay, un escenario enmarcado por grandes palmeras artificiales y aún más gigantes pantallas de fondo, estimulantes e intensos efectos visuales, y quien sabe ¿delfines flotantes? ¿colaboraciones? prometen una experiencia inolvidable. Como será a nivel local está por definirse, pero si la party es en la capital mundial del reggaetón, el asunto está un pelo de explotar.

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