Caetano Veloso Y Gilberto Gil
Movistar Arena, 5 de abril 2016.

Por Jorge Tello.
Fotografias por Alvaro Gauna.

Con “tres palabras”, tal cual dice la canción, podría describir el concierto de la noche de ayer, una experiencia maravillosa, poder ver la presentación de Caetano Veloso y Gilberto Gil en un Movistar Arena, casi en su máxima capacidad, con sus tribunas y plateas repletas.

Eran exactamente las 21:20 horas, cuando entraron en escena dos de los personajes más emblemáticos de la música brasileña, quienes sólo con sus historias de vida podrían componer una infinidad de discos más, ya que son más de cinco décadas arriba de los escenarios, componiendo, creando y potenciando estilos que se convirtieron en piezas fundamentales de la música de Brasil y latinoamericana. Compartiendo desde exilios políticos a conciertos, ver a ésta dupla realmente llena el corazón de cualquier amante de la música. Reconocidos a nivel mundial, los músicos supieron como siempre, entonar las canciones más propicias para una noche lluviosa como la de ayer, cuando a portas del inicio, hasta el cielo lloró de alegría, al poder escuchar un repertorio tan lleno de emociones.

“Back in Bahia”, fue la primera interpretación con la que, se dio inicio al espectáculo. En una gira que celebra la amistad, los éxitos y emblemas de sus carreras, fueron como siempre los más esperados y a la vez aplaudidos. Siendo músicos tan influyentes, ellos se han paseado musicalmente por donde la curiosidad los ha llevado, incursionando y promoviendo estilos como la samba, el bossa y el tropicalismo, entre varios otros. Particularidad que quedó clara la noche de ayer, con sólo dos guitarras, una copa con agua y otra con jugo, y sobre todo por una entrega digna de admiración, considerando los años de vida que poseen los músicos, sorprende ver por ejemplo, a Caetano bailando desde su asiento, como lo que sucedió cuando comenzó a sonar “É luxo só”, guitarreada por Gilberto y gozada tanto por Veloso como por los asistentes, quienes acompañaban con gritos y aplausos la performance de los brasileños.

En un perfecto inglés, los músicos nos entregaron “Nine Out Of Ten”, compuesta en 1972, posterior al exilio a Londres, que tuvieron en la época de dictadura en Brasil. La comunicación con el público fue en un principio fría, pero fue tomando mayor temperatura a medida que los músicos iban compenetrándose con los presentes, ya que esa intimidad que provocan sus canciones se transforma en una introspección personal, donde los únicos protagonistas son la dupla de Veloso y Gil alimentado nuestro ser.

Una de las canciones que invitaron a viajar en el espiral de sentimientos fue “Tonada de Luna llena”, junto a ella, una treintena de otras para el alma como también para alegrar nuestros corazones, Lo que el público agradeció desde el segundo uno, cuando los músicos abandonaron el escenario, despidiendo el show, pero como es la tónica en Chile y en este tipo de recitales, los vitoreos, gritos y aplausos solicitando a los músicos a seguir extendiendo la noche, no se hicieron esperar, y no fue hasta que los artistas se reincorporaron a la escena, cuando aquel ruido cesó, lo cual se volvió a suscitar una segunda vez, provocando la misma reacción, primeramente del público y luego de los artistas, interpretando dos últimas canciones, cerrando definitivamente la noche con “Everything`s gonna be alright”, mundialmente reconocida gracias Bob Marley, pero que llevó el sello único, que solo puede lograrse con 50 años de amistad y calidad, una noche para guardar y recordar.

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