2 de Abril 2024.

Por Carlos Barahona.
Fotografías por Javier Martínez.

En la bulliciosa noche del martes 2 de abril de 2024, el Teatro Caupolicán se convirtió en el epicentro de un fenómeno musical que trasciende las fronteras geográficas y culturales: el flamenco gitano. Los orígenes del flamenco son difíciles de rastrear con precisión debido a su naturaleza oral y su evolución a lo largo de siglos de interacción cultural en la región de Andalucía. Se cree que el flamenco tiene influencias de diversas culturas, incluidas las árabes, judías, gitanas y españolas, que se fusionaron para dar forma al género que conocemos hoy en día. Pero esta música va más allá de ser un género musical, sino también una forma de expresión artística que incorpora la música, el canto, el baile y la poesía, y principalmente, las vivencias que le dan el componente único, su esencia, su matriz vital.

En Chile, esta música ha encontrado un hogar particularmente cálido en las capas populares, resonando con las experiencias de vida marcadas por la carencia material y la lucha por la pertenencia en una sociedad marcada por la individualidad. Las letras de artistas emblemáticos como Camarón de la Isla, Los Chichos y Rebujito han encontrado eco en este contexto, ofreciendo un sentido de identidad y comunidad inusitado.

En este mismo sentido, la gira conjunta de Los Chichos y La Húngara, el año pasado, fue una muestra de la importancia soterrada de este fenómeno. Y hoy, un año después, la misma artista en el Teatro Caupolicán, en el marco de la gira de 30 años de Camela, reflejan este profundo arraigo de la música flamenca gitana en Chile. La Húngara, nombre artístico de Sonia Priego, ha dejado una huella indeleble en la escena musical española con su voz inconfundible y su estilo único. Nacida en tierras andaluzas, La Húngara adquirió su apodo debido a sus rasgos físicos que evocaban a la etnia gitana húngara. A lo largo de su carrera, ha lanzado varios álbumes exitosos, incluyendo «No te pierdas» y «Yo te esperaré».

Un concierto de La Húngara es una experiencia vibrante que fusiona la pasión del flamenco con la energía del pop y la música urbana. Conocida por su estilo único y su voz potente, esta artista española cautiva al público con su carisma y su habilidad para transmitir emociones a través de su música. El escenario se convirtió en un escenario de celebración donde el público se sumerge en un viaje musical lleno de ritmo y color. La sevillana, con su presencia magnética, domina el escenario, cautivando a la audiencia desde el primer momento. Su repertorio abarca una amplia gama de estilos, desde bulerías y rumbas hasta baladas emotivas. Sus letras, a menudo inspiradas en experiencias personales y en las realidades de la vida cotidiana, resuenan con el público, que se identifica con sus historias de amor, desamor y superación.

null

«Yo Te Esperaré» es uno de los mayores éxitos de La Húngara, caracterizada por su ritmo pegadizo y su letra emotiva. Con su voz llena de pasión, la nacida en Écija transmitió la intensidad de la espera y el anhelo en cada nota. «Se Te Ha Notado» es otro éxito que no podía faltar en su presentación. Esta canción combina la fuerza del flamenco con elementos de la música urbana, creando un sonido fresco y contagioso que invita a bailar y disfrutar.

Con su poderosa voz y su estilo inconfundible, la española también interpretó “No te quiero más”, un himno de superación y empoderamiento que resuena en cada nota. El concierto estuvo impregnado de una atmósfera festiva y contagiosa, con ritmos que invitan a bailar y cantar. La Húngara también es una show woman de tomo y lomo, interactuando con su público, creando un ambiente íntimo y cercano que hace que cada espectador se sienta parte de algo especial. La combinación de la voz única de la artista, su carisma en el escenario y la calidad de su música hace que su concierto sea una experiencia inolvidable para todos los aficionados a la música, tanto aquellos que son seguidores de toda la vida como aquellos que descubren su talento por primera vez.

null

Tras un breve intermedio, el dúo Camela tomó el escenario del Teatro Caupolicán. Con una trayectoria de tres décadas, la agrupación ha dejado una marca indeleble en la música flamenca pop. Inspirados por grupos como Mecano y Hombres G, Camela ha creado un sonido único que ha resonado con generaciones enteras. El dúo español hizo vibrar los cimientos del emblemático Caupolicán en una noche inolvidable llena de pasión, energía y nostalgia demostrando por qué sigue siendo uno de los referentes indiscutibles del género pop-flamenco.

Desde el momento en que salieron al escenario, María Ángeles y Dioni irradiaron una química única que envolvió a todo el público presente. El Teatro se convirtió en un hervidero de emociones, donde los fans, de todas las edades, se entregaron por completo a la magia de las melodías de Camela. El repertorio del concierto abarcó todos los éxitos que han marcado la carrera del dúo, desde clásicos como «Cuando zarpa el amor» hasta sus más recientes lanzamientos. Cada canción fue recibida con entusiasmo y nostalgia por parte del público, que coreaba cada estrofa con fervor.

null

La voz potente de María Ángeles y la presencia carismática de Dioni llenaron el escenario, creando un ambiente íntimo y cercano a pesar de la magnitud del recinto. La complicidad entre ambos artistas se hizo evidente en cada gesto, cada mirada, haciendo que la conexión con la audiencia fuera aún más profunda. Pero el concierto no solo fue un despliegue de talento musical, sino también un viaje emocional a través de los recuerdos y las vivencias de toda una generación. Temas como «Sueño contigo» y «Amor imposible» resonaron especialmente entre el público, transportándolos a momentos inolvidables de sus vidas.

null

Sin embargo, la velada no estuvo exenta de contratiempos, ya que una falla estructural en el escenario interrumpió brevemente el espectáculo. A pesar de este inconveniente, el público demostró su apoyo incondicional, coreando las canciones del dúo con aún más fervor. La puesta en escena, sencilla pero efectiva, permitió que la música fuera la verdadera protagonista de la noche. Las luces, las proyecciones en video con la trayectoria del grupo y la energía desbordante de Camela crearon una atmósfera única que mantuvo al público en vilo de principio a fin.

null

En resumen, el concierto de La Húngara y Camela en el Teatro Caupolicán fue mucho más que un espectáculo musical: fue una experiencia inolvidable que despertó emociones, recuerdos y pasiones. Tanto Sonia, como María Ángeles y Dioni demostraron una vez más por qué son considerados leyendas vivas del pop-flamenco, dejando una huella imborrable en el corazón de todos los asistentes y sobre todo concluyendo con un mensaje claro: la música tiene el poder de unirnos, trascendiendo barreras y dificultades. En un mundo marcado por la incertidumbre, los lazos indestructibles que se forman a través de la música son más importantes que nunca.

>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA PINCHANDO EN ESTE TEXTO <<<