12 de julio 2025.

Por Diego Calderón.
Fotografías por Sebastián Umaña.

Con cuarenta años recién cumplidos y cuatro discos bajo el brazo, Camila Moreno alistaba el lanzamiento de su más reciente álbum titulado La Primera Luz. La cartelera de sábado por la noche del Teatro Oriente se preparaba para una experiencia artística de primer nivel. Del techo del escenario cuelgan telas de color blanco sobre un fondo negro. Adelante, en el centro, un recipiente de donde emerge una luz solitaria. Se proyecta un mensaje explicando que para que exista esta primera luz, antes hubo oscuridad. Aparece en escena la artista chilena vestida de blanco, acompañada por su banda en formato tradicional: batería, bajo, guitarras, teclado y sintetizadores. Comienza el show con la canción que inicia todo: “La Primera Luz”.

Antes de cada canción del nuevo disco, uno de los músicos escribe sobre las telas blancas que colgaban del escenario el nombre de aquella pieza musical que sería interpretada a continuación. También se proyectan mensajes de contexto para entender en profundidad el mensaje, para luego mostrar la letra de la canción. El público recibía este ritual en silencio. En lo sonoro, predominan los arpegios de guitarra. Destacó el ritmo y el riff de “Madre nunca niña siempre”. En “Fuga” acompaña perfectamente el chelo. El cuatro tiene lugar en “Irreversible”, dándole un toque más íntimo. El teclado es protagonista en “Torre”. La línea del bajo de “Habla” se complementa perfecto con el chelo que vuelve a tener su lugar. Ante la predominancia de instrumentos electroacústicos, esto se equilibra con pasajes específicos de overdrive o fuzz en “Antorcha”, para derrochar fuerza y energía en el cierre del disco.

null
null

La presentación del álbum fue directa: tocaron desde la primera canción hasta la última, en el mismo orden, escribiendo el nombre de cada una sobre tela y proyectando sus letras. La intención de la artista fue dejar claro su mensaje de intimidad. Temas como el amor, la sexualidad, la maternidad/paternidad, la depresión y la muerte. Todos tuvieron su espacio. Luego, y debido una sincronicidad innegable, Camila conecta esta primera luz con “La Luz Asesina”, última canción del disco antecesor, titulado Rey, como puente entre ambas creaciones de la artista. Lo anterior dio pie a las canciones más coreadas de la noche. “Te quise”, “Sin mí” y “Lo cierto” se llevaron el protagonismo del público. Para finalizar, “Libres y estúpidos” y “Hombre” energizaron a los asistentes y la banda fue ovacionada al cerrar su presentación.

Camila Moreno demostró una vez más el inmenso mundo creativo que posee en su interior. No sólo por la puesta en escena y la dirección de arte. La evolución musical que ha logrado durante los años, el equilibrio entre lo acústico y lo electrónico, su timbre de voz característico y las vivencias que le han tocado recorrer, hacen que el público conecte de manera especial y cercana con el mundo interior de la artista nacional.

Setlist:
La primera luz
Madre nunca niña siempre
Fuga
Vapor
Coronación
Irreversible
Torre
Medalla de oro
Habla
Antorcha
La luz asesina
Te quise
Tu mamá te mató
Sin mí
Lo cierto
Un bordado
Libres y estúpidos
Hombre

>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA PINCHANDO EN ESTE TEXTO <<<

Sobre El Autor

Artículos Relacionados