Christina Rosenvinge en Club Amanda: “Tanto amor que dar”
26 de octubre 2017.

Por Johanna Dagnino.
Fotografías por Claudia Jaime (Fauna Prod).

Esta noche de jueves estuvo cargada de una vibra especial en Club Amanda. Con flores colgando desde lo alto y el público que se dispersaba en la pista, estaba todo listo para recibirla a ella: Christina Rosenvinge. Se prometió una noche íntima, un concierto cercano en el cual introduciría algo de su nueva placa, Un hombre rubio (el cual se lanzará próximamente), y recordaría los grandes éxitos de su carrera. Tal como se anunció, la española nos regaló una noche dulce y supo encender de este modo a un público que aprendió a responder con la misma energía vital.

La cita comenzó a las 22:15 hrs y se encargó de entregarnos un sonido que envolvía todo el espacio y que resaltaba los tonos bajos que hicieron vibrar todo el lugar y los cuerpos. “Alguien tendrá la culpa” fue el tema elegido para dar pie a una noche primaveral, seguida por “Anoche (El puñal y la memoria)” y el saludo de la artista que fue recibida con timidez por parte de la audiencia. Suaves luces cubren a la banda que la acompaña, tiñen con tonos cálidos sus figuras mientras suena “Romeo y los demás”, tema con el cual los asistentes comenzaron a soltarse lentamente.

El punto de renovación estuvo a cargo de “Jorge y yo”. La española, antes de comenzar a interpretarla, explicó que se trata de un tema muy especial, dedicado a quien fue su hermano y la defendió y enseñó tantas cosas. A penas terminó estas palabras, en la audiencia se escucha el grito auténtico de quien se reconoce en el lugar correcto: “¡Jorge!” anticipaban los asistentes, y así fue. Bastó con que ella aplaudiese una vez en el aire para que todas las manos presentes la sigan, el ambiente se tornaba más íntimo y cómplice en la medida que Christina seguía entregándonos un sonido casi impecable.

Seguiría entonces con sus intervenciones para presentar el tema que sigue, la triste historia de Hera, Eco y Narciso. Así, con “Canción del Eco”, se llenaba el lugar con distintas voces que hacían de eco para la española, creando así una sensación de distendida calma que se propagaba en todos quienes torneaban sus cuerpos con el hipnótico ritmo de la canción. Terminando estas resonancias, las cuales aún vibraban en el piso, Christina Rosenvinge nos presenta con orgullo algo de su nuevo material: “Romance de La Plata”. La respuesta fue total, la ovación fue espontánea y el aplauso dejó de lado la timidez inicial del público y se transformó en una vibra renovadora.

Con “La distancia adecuada”, Christina nos conquistó a todos y fue momento de dejarse llevar por su sonido, el vaivén natural fue acompañado por un aplauso auténtico que demostró que la audiencia no solo contemplaba de pie, absorta por la magnética presencia de la española, sino que estaban ahí por ella y con ella. “Mi vida bajo el agua” y “Tú por mi” fueron las encargadas de conservar esa vibra y hacerla crecer. En este último tema, un breve pero intenso acople trató de sabotear la intimidad que se había alcanzado, sin embargo nada pudo opacar el espectáculo porque, simplemente, Christina Rosenvinge te hipnotiza.

Tras el “Eclipse” la oscuridad se torna mágica y los vítores que surgen en la pista se vuelven más enérgicos, siendo éstos la única pausa antes del “Tok-tok”: Christina nos dice “ahora ya estás en la puerta”, el público responde hechizado “toc, toc, toc”. Un breve silencio antes de continuar la jornada fue roto por un súbito “¡Christina, te amo!” el cual fue respondido con ternura y humor: “Yo también te amo, guapo”. Luego, una pregunta cae al público, “¿No hay nadie a quien extrañen?”, la respuesta se hizo canción y llegó a la fibra con “Anna y los pájaros”.

La noche siguió con “Alguien que cuide de mí”, los coros con dulzura aflautada de los asistentes, las olas que llegan a nosotros con notas que abrigan el lugar. Luego, una mezcla que nos hizo viajar desde el 2015 hasta 1998 hizo que los pies acompañaran en danza: “Lo que te falta”, “Tu boca” y “Pálido” se fusionaron y crearon algo único. Christina Rosenvinge nos presentará entonces un tema que hizo sacudir la noche, nos cuenta que siempre llega atrasada a todos lados pero que todo es parte de una estrategia. Así como en el basketball, si pierdes tiempo en el juego te lo dan de agregado, ella llega tarde para vivir más y engañar al tiempo y la muerte: “La muy puta” no la va a encontrar.

Cierra la primera parte con “La tejedora” y el público sigue el protocolo de todo recital: hacen su parte exigiendo el regreso de Christina y los suyos al escenario. Así, regresan para regalarnos “Mil pedazos” y “Voy en un coche”. Cierre redondo y que deja al público pidiendo más. La española se despide en medio de aplausos que van aumentando su volumen en escalada, se retira y el público insiste en pedir su regreso, pero las luces vuelven a transformar la cancha en pista de baile y suena de fondo un tema de Soda Stereo: la noche había finalizado y Christina Rosenvinge supo dejar sembrada su calidez en cada persona que pudo estar presente.

Setlist:
Alguien tendrá la culpa
Anoche (El puñal y la memoria)
Romeo y los demás
Jorge y yo
Canción del eco
Romance de La Plata
La distancia adecuada
Mi vida bajo el agua
Tú por mí
Eclipse
Tok Tok
Anna y los pájaros
Alguien que cuide de mí
Lo que te falta/ Tu boca/ Pálido
La muy puta
La tejedora

Encore:
Mil pedazos
Voy en un coche

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