Por Francisco Aguilar A.
Pauta por Bernardita Ponce/Francisca Neira.

Electrodomésticos es un grupo musical chileno de rock experimental con una vasta trayectoria que se origina en Santiago en 1984. Su formación actual consta de Carlos Cabezas en voz y guitarra, Edita Rojas en batería, Valentín Trujillo en teclados y Sebastián Muñoz en el bajo.

Pudimos conversar con Carlos Cabezas, líder de la agrupación, sobre sus impresiones de lo que significa participar en La Cumbre del Rock Chileno + 2018, la banda y la escena musical chilena actual. Los invitamos a revisar la entrevista a continuación:

Primero, gracias Carlos por conversar con nosotros. Para empezar esta entrevista nos gustaría remontarnos a los orígenes de tu carrera, ¿Cómo nace tu interés por la música?

Yo creo que desde muy chico me interesé por la música, no sé qué realmente fue lo que me hizo tener tanto interés. En algún minuto pude acercarme a la guitarra y siempre fue un interés permanente, era algo que realmente me hacía sentir distinto. No sabría identificar algo específico que me acercó a la música, siempre tuve este interés, quizá porque en la casa se escuchaba música, algo así.

En el año 84 junto a Ernesto Medina y Silvio Paredes inician un trabajo en conjunto, ¿Por qué deciden crear Electrodomésticos?

Fue algo que se fue dando bastante espontáneamente. Con Ernesto nos conocíamos porque nos encontrábamos en Tongoy en los veranos y coincidíamos en meter bulla con la guitarra. En algún minuto, nos encontramos en Santiago y hubo una decisión que apareció por ahí. Mientras trabajaba en el control de tránsito aéreo, hice un viaje a Londres, estuve por allá un rato y ahí me despercudí un poco con respecto a no tenerle tanto miedo, tanto respeto a la música. Ya que de acuerdo a mi experiencia allá aprendí a considerarla como algo más doméstico, algo más normal en la actividad de un ser humano y a partir de eso, a la vuelta decidí comprar instrumentos, decidí comprometerme con buscar un camino en la música, ya que hasta antes pensaba que para ser músico tenías que ser tocado por la mano de los dioses. Allá me di cuenta que era algo más mundano, más cotidiano. Tanto como puedes pichanguear, puedes hacer música. Debido a eso, cuando nos encontramos con Ernesto, había otro interés y una actitud distinta para dedicarse a la música.

¿Cómo crees que ha evolucionado la música de la banda desde el lanzamiento de su primer disco ¡Viva Chile!, hasta la fecha?

La evolución ha sido bastante natural. Al principio, ninguno de nosotros estudio música, todos fuimos aprendiendo en el camino. Nos aprovechamos de la aparición de nueva tecnología: sintetizadores y baterías programables que, de alguna manera, te suplían las destrezas necesarias que se necesitaban hasta ese entonces para tener alguna destreza musical. Fuimos aprendiendo a hacer música desde ahí, como una patota de amigos que se divierte haciendo eso. Nada de esto fue planeado. Estábamos en un contexto de dictadura, en que todo sucedía de otra manera. Las urgencias eran distintas y habían ciertos impulsos de supervivencia existencial que te hacían buscar caminos distintos y dentro de estos la música, en la forma que la realizábamos, tenía que ver con eso. Fue todo bien espontáneo, no teníamos ningún plan, pero se dio todo muy fluidamente, encontrando este lenguaje que está en ¡Viva Chile! De ahí, de a poco sacamos la voz, empezamos a escribir, a cantar, a estructurar y articular la música a medida que íbamos a aprendiendo, íbamos haciéndolo mejor en la producción musical de lo que hacíamos.

Hemos visto que en el último tiempo, desde el lanzamiento de Se Caiga el Cielo en 2013, Electrodomésticos ha producido más material que en toda su carrera anterior junta ¿A qué se debe?

No sé, nos atacó una especie de hiperventilación creativa (risas). Supongo que será una etapa de la vida en que los espacios están un poco más claros, tienes una manera de hacer las cosas, herramientas, tu vida está más articulada, tengo familia, hijos, todo ha crecido, evolucionado y se divisan mejor los espacios creativos en los que puedes actuar y tienes las ideas más claras. Sientes que has perdido mucho tiempo, que tal vez no es cierto, pero tienes más claro lo que quieres decir y estás mejor situado en lo que haces. Entonces, todo eso junto, hace que la expresión artística de ser músico, que es componer, se te haga más fácil, porque el lenguaje lo tienes más claro y entiendes el proceso interno que significa componer y tienes asumida una manera de hacer las cosas, que hace que estas fluyan bastante mejor. Sacando ese disco del 2013 y con la reacción del público, sumado a como nos sentíamos nosotros, hicimos al tiro otro disco, estos recitales en el Teatro Municipal, hay muchas cosas que te van cargando de una energía que te va a su vez dando más fuerzas para hacer más cosas y te baja esta ansia de hacer muchas cosas a la vez, lo que se ha mantenido hasta ahora y cada vez es más interesante, disfrutamos más la música. Para un artista, la música te ayuda mucho a entenderte y a medida que avanzas en eso, puedes articular un mejor lenguaje musical. Nos sentimos muy cargados, con mucha energía, con ganas de hacer ruido.

¿Cómo definirías las producciones musicales de Electrodomésticos? ¿Qué las diferencia una de las otras?

Yo creo que es un camino bastante lógico, en cuanto a lo que hemos ido haciendo. En general, lo que vamos haciendo es sacar en términos creativos en las composiciones nuestras experiencias de vida. No es que digamos ahora vamos a hacer un disco que vaya por este lado, no hay planificación previa. La manera de cómo creamos las cosas es siguiendo las experiencias de vida que tenemos, las observaciones de hacemos de lo que pasa en nuestro entorno. Llega un momento, en que puedes canalizarlo de una manera más cotidiana, más normal y se van desarrollando las observaciones que haces de tu entorno, de donde vives, de tus amigos.

¿Cómo definirías a Ex la Humanidad?

Te agradezco la pregunta (risas). Es lo peor que le pueden preguntar a un músico, para mí al menos. Yo entiendo las necesidades comunicacionales de clasificar las cosas, pero me cuesta mucho referirme al trabajo que hacemos, porque siento que cuando uno pone en palabras lo hecho, le quitas vuelo, le quitas las lecturas que puedan tener las otras personas de lo que escuchan. Yo creo que hay una reflexión acerca de la humanidad de fondo, de dónde estamos, qué estamos haciendo, qué pasa con estos nuevos lenguajes que están apareciendo, estas nuevas comunidades, tecnologías. Como esto nos exige como personas, donde esta nuestra humanidad dentro de todo esto, en el más amplio sentido de la palabra. Es un reflejo de lo que sentimos, viviendo en esta ciudad, experimentando estos cambios radicales que están sucediendo, que tienen que ver con estas nuevas conciencias respecto a la tecnología, al planeta donde vivimos, la necesidad de volver a lo colectivo, antes de la competitividad e individualidad tan heavy en la que hemos sido educados y no nos está conduciendo tan bien. Hay harta reflexión ahí, pero es una versión bien libre de cómo estamos parados y situados en nuestro país, que queremos mucho.

¿Cómo describirías el cambio de sonido con la nueva formación de la banda?

Está Sebastián Muñoz de Como Asesinar a Felipes. Cuando empezamos a trabajar con él, Silvio hizo un traspaso casi protocolar (risas) del cómo hacer los bajos. Entonces él, siendo lo seco que es, estudió mucho la estética de Los Electrodomésticos y se integró de forma súper fluida y natural a lo que hacemos nosotros. Nos dicen que sonamos frescos, potentes y con mucha energía y eso se asocia a la juventud de la mayoría de los integrantes, yo soy como el vampiro (risas). Hay un espacio creativo que se da al componer y hacer la producción musical donde todos los músicos tienen cada vez más claro su espacio y aportan con mayor naturalidad. Valentín Trujillo también en este disco aportó mucho en términos de musicalidad, la Edita también, son súper secos los tres y entendemos este espacio donde estamos y lo pasamos muy bien, nos exige harto, ya que son maneras no tan convencionales de hacer música, de usar los sonidos, siempre andamos buscando la sorpresa y eso nos da una energía bien limpia. Nos mantiene en un borde vertiginoso en términos creativos, entonces nos sentimos muy frescos y con mucha energía.

Carlos, te desenvuelves en diversos ámbitos de la producción musical ¿cómo ves la escena nacional en términos de nuevas bandas, calidad de las producciones, espectáculos (en calidad y cantidad)?

Yo creo que hay nuevas generaciones que están haciendo música de una manera bastante más natural, no con tanto respeto por la música misma. Antes podías llegar a pensar que cada vez que hacías una canción tenías que revelar verdades existenciales, ahora todo se hace de una manera más lúdica. Creo que hay muchas herramientas que hacen que las personas puedan acceder a desarrollar ideas musicales de manera más sencilla, los formatos de grupo están muy libres, desde que se junten 2 personas y hagan música, sin ningún problema. Nuestra cultura chilena en términos musicales es bien distinta al resto de Latinoamérica y lo que pasa acá, condicionada por nuestra situación social y geográfica, estamos entre la cordillera y el mar, en un país bien curioso, donde hay una identidad cultural bien distinta. Hay mucha poesía dando vuelta. Hay una paleta muy amplia de estéticas musicales que están empezando a desarrollarse y que está súper entretenido. Hay gente que disfruta de la música de manera más juguetona, tal como jugar una pichanga de fútbol y es muy bueno que exista. Que se le saque este respeto inhibidor, que por lo menos en mi generación tenía la música. Entonces veo con harta esperanza y hay gente muy capaz que se aproxima desde otros lugares. La gente ama la música y ahora hay posibilidades para que lo exprese de una manera más rápida, más clara. A mí me gusta mucho lo que está pasando con la escena nacional.

En ese sentido, ¿qué relevancia te parece que tiene la Cumbre del Rock Chileno + 2018?

Es un espacio donde es solo música chilena, planteado en un formato que asociamos a música extranjera. Los grandes festivales, donde esperamos ir a grandes bandas, pagando una entrada muy cara, con grandes escenarios y una producción profesionalmente desarrollada. La Cumbre del Rock representa lo mismo que asociamos a festivales internacionales, pero convocando solo artistas nacionales. Eso es muy bueno, hay una distancia que nos falta recorrer en términos de autovaloración, en general a los chilenos, que tenemos con nuestro trabajo. Los chilenos nos queremos re poco, nos cuesta valorar lo que hacemos y eso aplica a la música. No nos cuesta mucho pagar 50 lucas para ir a ver a una artista de afuera, pero pagar 10 lucas para ver uno nacional, nos cuesta mucho. Creo que un evento como este nos ayuda a acércanos a una valoración de lo que hacemos acá y es súper loable que se hagan estos esfuerzos, que aprendamos a mostrar nuestro trabajo en condiciones profesionales de alto nivel. Que aprendamos a hacerlo bien, para que disfrutemos de nuestra cultura a ese nivel. Es muy bueno que ocurran estos eventos, que haya gente que se atreva a hacerlos.

¿Qué expectativas tienen de su participación en la Cumbre del Rock Chileno + 2018, considerando que el público es muy amplio y de gustos muy diversos?

Queremos pasarlo bien, celebrar la música en general y contagiar a la gente que nos acompañe.

Pudiste revisar la parrilla programática de la del Rock Chileno + 2018, ¿algún show que te interese ver?

Quiero ver lo nuevo que está haciendo Cristian Heyne. Sé que hay harto pop, hartos clásicos, facciones de Los Bunkers, harta música nueva. La gente puede ir confiada en que se va a encontrar con una buena celebración de la música que estamos haciendo ahora en Chile.

¿Cómo ves el rol de la música en temas relacionados con la igualdad, la libertad de expresión y el respeto hacia personas de diferente tendencia sexual, política, religiosa, entre otros temas?

Ayayay… (risas). El arte en general se supone que observa y mucha gente debería usarlo para criticar lo que sucede o mostrar de distintos ángulos lo que está sucediendo para que la gente pudiera tener distintas sensaciones y visiones sobre las cosas que están pasando. En Chile, hay muchos temas que antes estuvieron anestesiados, dormidos y han ido apareciendo felizmente. Son temas que conducen a que nos respetemos más como personas y seamos mejores. La música da ámbitos de expresión para estas problemáticas que pueden aportar desde lugares menos ideologizados y contra los que podamos tener anticuerpos generados, lugares contra los que nos podemos defender. Una de las cosas buenas es que la música tiene una transversalidad y un nivel de comunicación en que todas estas defensas, prejuicios que podemos tener, pueden ser superados, vistos desde otra manera, que nos puede ayudar a limpiar la percepción que tenemos. Hay muchos temas importantes y la música es un muy buen espacio para que la gente pueda exponer, de distintas maneras, de distintas narrativas, las preocupaciones que hay. La música es un espacio en términos sociales que nos permite avanzar, ver desde otro lugar, estas situaciones que necesitan y nos exigen que las revisemos y avancemos.

En la actualidad, el uso de las nuevas tecnologías es importante tanto en la creación como en la distribución de la música. ¿Qué opinas sobre el uso de esta en ambos ámbitos?

En términos creativos, sobre la tecnología, no hay muchos comentarios que hacer. Es un gran aporte para la sociedad en general, para todo el mundo que tenga algún interés musical. Las herramientas que hay ahora permiten que cualquier persona pueda acceder a crear, desarrollar ideas musicales. Hay muchas herramientas y es muy bueno. Dentro de eso, uno puede hablar de que hay que tener cuidado de no confundirse con que las herramientas van a suplir un proceso creativo, las herramientas son “herramientas”, pero un proceso creativo significa que tú tienes algo que decir, que tienes experiencias en tu vida o tienes observaciones que hacer de lo que pasa en tu entorno, con tus amigos, en tu ciudad, en tu país. Tienes que tener algo que decir. En la música electrónica sucede, que es un espacio estético donde más resonancia tienen estas herramientas electrónicas nuevas, pero por eso, por la cantidad de softwares, instrumentos virtuales y todo eso, la música electrónica es donde es más difícil hacer la diferencia y tener una identidad propia. Como es tan fácil, todo el mundo puede alcanzar un cierto nivel de producción musical, pero vas a sonar igual a todos si solo echas a andar las máquinas. Tienes que tener detrás un relato, una narrativa, algo que tengas que decir que le dé vida a esas máquinas, que pueden andar solas y van a decir algo, pero no va a llegar al corazón humano. Hay que tener cuidado con eso.

Sobre la distribución digital, se abren nuevos espacios que antes no existían, en términos de la producción independiente. Antes estabas condicionado a estar en una multinacional para que tu trabajo pudiera ser notado en alguna parte. Ahora, aún existe eso, pero la producción independiente tiene un espacio mucho más digno para poder mostrar el trabajo. Ahí la distribución digital es súper importante, de los 1000 discos que se publicaron en Chile el año pasado, el 98% son de industria independiente. En Chile hemos aprendido a colaborarnos en torno a esto. Nuestro trabajo lo publicamos con una distribuidora digital nacional, los vinilos los hicimos en una fábrica nacional, dicen “Hecho en Chile”. Acá hay gente muy despierta y activa para poder comunicar el trabajo que hacen los músicos nacionales. Es un gran aporte contar con ellos y con estas nuevas tecnologías para poder distribuir el trabajo que hacemos.

¿Qué escuchas por estos días? ¿Algún disco que nos recomendarías?

No escucho tanta música nacional, lo último que escuché fue a la Fran Straube. Me pareció bien interesante lo que está haciendo en Rubio, me invito a colaborar en un tema. Puede parecer medio interesado el comentario (risas). Me parece que lo que ella está haciendo es bastante atractivo. Quiero escuchar también lo último de Cristián Heyne, que se llama Tormenta. No he escuchado mucho más.

Para finalizar la entrevista, ¿qué planes tienen preparado para el resto del año?

Nuestro foco es el recital del Teatro Municipal, que es el 22 de abril. Vamos a mostrar Ex la Humanidad entero y estamos trabajando para eso, es lo que más nos tiene entusiasmados este año. Mostrar mucho, ver si podemos hacer un video para alguno de los singles que queremos publicar. Pero básicamente ese es nuestro norte, hacer una muy buena presentación en el Teatro Municipal. Tenemos hartas ganas de poder generar una instancia de mostrar lo que estamos haciendo en otros teatros municipales del país, para darle valor a lo que hacemos.

Desde las 15:10 hrs. el escenario Jorge González podrá disfrutar del show de Electrodomésticos, un imperdible de esta edición 2018 de la Cumbre del Rock Chileno +.

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Aún quedan entradas a la venta para la Cumbre del Rock Chileno + a través de la plataforma Ticketek. Los niños menores de 11 años no pagan, siempre y cuando estén acompañados por un adulto responsable.