Por Francisca Neira.

Camila Moreno lanza su quinto álbum de estudio, La Primera Luz, una obra que marca su regreso tras cuatro años de silencio discográfico. El disco incluye 10 canciones originales, entre ellas los sencillos “Fuga”, “Vapor” e “Irreversible”, y está disponible para descarga gratuita a través de un enlace compartido por la propia artista en el manifiesto que acompaña este lanzamiento.

Con una propuesta deliberadamente acústica y análoga, el disco fue producido por el reconocido músico y productor Adán Jodorowsky. El resultado es un sonido cálido y crudo, que rescata la esencia sonora de los inicios de Moreno. A nivel lírico, el álbum explora temas cotidianos con una mirada honesta, desenfadada y profundamente íntima.

Pudimos conversar con Camila, todo el detalle a continuación:

Hola Camila ¿cómo estás? Cuéntanos cómo te fue en el evento de Metro que se realizó ayer [el día anterior a la entrevista, Camila Moreno se presentó de manera gratuita en la estación Ñuñoa del metro de Santiago, en el marco de la celebración de los 50 años de la empresa].

Bakán, me fue súper bien, fue súper bonito porque fue algo improvisado, o sea, fue algo que no pudimos anunciar con mucha anticipación y, bueno, es súper especial hacer algo así como gesto para que salga un disco. Es la primera vez que lo hago y eso también coincidió o lo hicimos coincidir con la con la celebración de los 50 años de Metro, entonces tocamos gratis para la gente (que había mucha) y, bueno, yo partí así: tocando en la micro, tocando en la calle, tocando en el metro, entonces para mí fue como simbólico.

El metro es un espacio público súper amplio, pero tu presentación fue muy íntima ¿Cómo haces eso? ¿Lo planeaste o surgió de manera espontánea?

Lo pensamos, que fuera en una esquinita, no en un espacio tan transitado. De hecho fue en una esquina que un poco generaba ese espacio de intimidad y nosotros también tocamos la mayoría de las canciones estando sentados, entonces también invitamos a la gente a sentarse en el suelo y también le pedimos a la gente de Metro que permitieran que la gente se acercara lo más posible porque en un momento los habían puesto súper lejos, detrás de unas vallas, pero la idea era generar un espacio de intimidad, que la gente que estuviera ahí y siento que las personas que se acercaron eran las personas que querían escuchar esto de verdad y que se quedaron desde un inicio y estuvieron ahí, incluso esperando el disco.

Me parece que todo es acorde al gesto que estamos haciendo de regalar el disco por descarga gratuita en mi página web, que es como iniciar esta sesión o esta etapa tocando gratis para la gente en un espacio público.

Claro ¿De dónde nace esta idea de entregar el material de manera gratuita y hacer este tipo de gestos, como dices tú, del metro?

La verdad es que esta no es la primera vez que regalo un disco. También lo hice con Mala Madre, pero la industria ha cambiado mucho desde entonces y tampoco es algo nuevo que yo esté proponiendo. Hay harta gente que regala sus discos y todo, pero creo que hoy en día existe una industria como un poco dictatorial donde solamente puedes estar suscrito a alguna plataforma, pagar una plata y, en general, esas plataformas son súper injustas con los artistas. Y, por otra parte, esa forma de consumir música a mí ya no me hace mucho sentido, que es como esta lista aleatoria… Me parece que esa lógica de industria es bastante poco provechosa y desafortunada para las artes y también para el para el consumidor.

Pareciera que, de alguna manera, fragmentan el mensaje con esta idea de la lista aleatoria.

Fragmentan el mensaje y todo se transforma en números: lo que importa tiene que ver con cuántos números de oyentes tengas o cuántos seguidores tengas. Entonces, es esa lógica a la que me quiero oponer o quiero proponer algo alternativo, aunque en tiempos como hoy es súper contraproducente porque yo no tengo cómo cuantificar esto, pero me parece que si no lo hace la industria (que solamente piensa en el negocio), nosotros tenemos que pensar nuevas formas de hacer las cosas.

Esto es un intento, no es necesariamente un acierto. Quizás es un error, pero es una forma de buscar otra lógica que no responda a si tu valía está en lo numérico o no. Entonces regalarle el disco a la gente, en alta calidad, para que lo puedan reproducir en el orden en que fue pensado, como se pensaría una obra o se pensaría un trabajo acabado que tiene una coherencia, una narrativa y que tiene tiempo de trabajo atrás, es un gran gesto; no es como “mira, elegí estas canciones porque yo le quiero pegar al hit” y esta lógica tan de la industria actual en la que tienes que hacer un hit, tienes que pegarle a un single y tienes que tener muchos seguidores en TikTok, en Instagram. Ahora me parece cada vez menos creativa esa forma y me parece cada vez más que solamente está respondiendo a una lógica de negocio que en verdad a los artistas no nos pertenece. Entonces, como que el artista se tuvo que transformar en un influencer y también en un ingeniero comercial y también en un experto en marketing.

Entiendo. Y además de esta relación con la industria, ¿cómo ha sido esta vuelta al mundo de la música? Porque estuviste en pausa un rato largo, aunque ¿estuviste en pausa este tiempo que no estuviste publicando?

No realmente. O sea, yo publiqué mi disco Rey que fue un disco súper conceptual y lo publiqué en pandemia y fue súper rudo porque no podíamos tocar en vivo y todo eso. Fue súper rudo a nivel laboral y personal. Y este disco, justamente, tiene que ver con esas dificultades, sobre todo de salud mental, que tuve en esa época.

Y, en verdad, la pausa que yo tuve fue antes del disco Rey el 2018, pero fue una pausa creativa porque me metí en el rollo de Pangea antes del disco de Rey. Hice un documental y luego el disco Rey, que fue como mi gran obra conceptual, que tiene un cómic que también es audiovisual, 20 tracks, un disco muy pesado.

Fue muy agotador y me tuve que retraer y La Primera Luz viene de eso, como de querer volver a algo más sencillo y más simple y más de la madera, de las cosas que están ahí nomás: la guitarra y ya.

De hecho, en tu manifiesto hablas de La Primera Luz como un disco inicial ¿Inicial de qué? Porque al escucharlo es también como un mirar hacia atrás, no desconoce nada de lo anterior.

Sí, siento que justamente el año pasado estuvimos celebrando el aniversario de Almismotiempo, que es mi primer disco, y estuvimos haciendo giras con ese disco y hubo algo de reconciliación y de revaloración de ese sonido y de esa música que en algún momento no me gustó tanto y ahora, al contrario, fue como “oye, mi primer disco sí encuentro que puede ser que tenga muchos errores, pero finalmente es un disco súper crudo y honesto e ingenuo” (en el mejor sentido, que tiene que ver con cuando uno hace las cosas por primera vez) y no se repite eso, una inocencia linda y alegre, sin la carga de los años y sin la carga del del oficio del músico independiente que ya se da cuenta que está trabajando en esto y que tiene que rendir. Como que sin la carga de esta industria de la que hablábamos.

Entonces hay una búsqueda de intentar volver a ese placer por hacer música y sonar como banda, volver simplemente a tocar con los amigos. La Primera Luz tiene algo de eso y, justamente, también de “¿y qué pasa si grabo esto en mi casa?”. Hay una cosa que siento muy austera en el disco que me gusta, que es intencionada.

Puede ser muy austero en cuanto a los recursos que usaste, díganse instrumentos o tecnología, pero el disco es súper potente en términos de lo que está entregando, en términos de contenido: las letras son súper profundas, las sensaciones que transmiten las canciones son densas.

Sí, sí. Es que bueno, es un disco súper personal, yo siento que el más personal que he hecho hasta ahora, el que tiene más de mí en cuanto a diario de vida, bitácora, tiene una cosa confesional que, si bien es propia de lo que hago, creo que en este disco está más subrayada todavía. Entonces, hay una cosa que tiene que ver, por ejemplo, con la muerte donde yo hablo de las personas que se me murieron en estos tres años, que han sido personas súper fundamentales en mi vida, mi abuela, mi sobrino, mi gato y una amiga cercana; entonces estas muertes, que me impactaron tanto, también están en este disco. Y también hay algo de ese encuentro con esa oscuridad y esa intuición de una luz, porque hay una reflexión ahí acerca de que culturalmente estamos atrapados en una visión de la muerte como algo negativo: la muerte es mala, es dolor, pero también es parte de la vida y a la hora de la muerte se inicia otro tipo de relación con el muerto y es muy extraño, es muy misterioso y es muy personal.

Y en todo este imaginario que me estás describiendo, ¿qué rol juegan, por una parte, Adán Jodorowsky, cómo él de alguna manera entra en este espacio tan íntimo y tan confesional y, por otra parte, Carolina Moscoso? ¿Cómo se trabaja eso tan personal con otras personas? ¿Cómo ellas aportan en tu trabajo y cómo llegan a complementarse todos?

Bueno, trabajar con Adán fue justamente eso: sentía que me tenía que tirar al vacío e ir a algo que yo no conocía, ir a un lugar donde yo pudiera salir de mi zona de confort. Y justamente eso ocurrió. La primera época trabajando fue compleja porque no nos conocíamos.

¿Cuánto tiempo estuvieron trabajando juntos?

Casi un mes y medio, pero sin parar, todos los días encerrados en su estudio que queda en su casa, entonces eso también me hizo mucho sentido.

El cruce de intimidades

Exacto. Yo tuve esa intimidad: su hijo estuvo presente en las grabaciones del disco. Yo vivía en la misma casa donde estaba el estudio y él también vivía en esa casa. Entonces me hizo sentido que el estudio fuese la casa.

Y además Adán maneja muy bien el lenguaje análogo acústico de la banda, tiene una expertiz en ese tipo de sonoridad y, como yo ya sabía que quería eso, acudí a él como diciéndole “oye, aquí no quiero que haya ninguna máquina, quiero que sea todo real, que sea todo análogo acústico, que sea crudo, que sea íntimo. Necesito que se sienta algo cotidiano, que se sienta cercano”. Y eso él lo entendió muy bien, que tenía que ser la emoción primero que nada.

Y bueno, con la Carolina Moscoso somos amigas desde que tenemos 20 años, o sea, ya llevamos 20 años de amistad y yo trabajé en su película, Visión Nocturna, hice la música, y ella me ha grabado a mí toda la vida, como siempre anda con la cámara y me graba en el cotidiano. Entonces que ella hiciera los videos de todas las canciones tenía mucho sentido justamente porque yo tengo una intimidad de hermana con ella, somos súper cercanas y nos entendemos muy bien a la hora de compartir ideas políticas, filosóficas, artísticas; nos entendemos en ese sentido y las dos siempre tenemos esas ganas de jugar con los formatos, de experimentar, de buscar, de jugar con el error.

Entonces en estos videos jugamos con distintos tipos de cámaras, por ejemplo, hay cámaras de cine, otros videos grabados con celular, unas experimentaciones en lo visual, pero también hicimos todos los videos en plano secuencia justamente tratando de buscar eso que solamente puede pasar en un plano de ese tipo, como el tiempo real, pero también intervenirlo y ponerlo en retroceso, pensando justamente en las percepciones temporales que tenemos en nuestro cotidiano donde como que te abstraes y tienes una disociación o una suerte de vacío y, claramente, no estás en un lugar racional. Entonces hay un juego ahí con esos momentos que son como abducciones de aliens, de hecho, en el video de Fuga aparecen unos aliens representando estos pensamientos intrusivos que pueden ser negativos o displacenteros, pero que en este caso lo tomamos con humor.

Y a partir de esto que estamos conversando ¿Te sientes parte, de alguna manera, de una escena musical chilena o de un ecosistema musical chileno?

Mira, me siento cercana a harta gente en distintas formas. O sea, creo que hay una generación a la cual pertenezco sin duda, esa que surgió en una época con una generación de solistas que, más o menos, tenemos la misma edad; me refiero a desde Nano Stern hasta Javiera Mena. Es música muy variada y sí me siento parte de esa generación donde también estaba Gepe, la Fran Valenzuela… donde la música chilena estaba de moda. Y sí me siento parte de esa generación porque nuestra música surgió en momentos contemporáneos y además siento que igual hay una respuesta en esa generación a la a la generación anterior, que era como de la de los noventas. Esta era una generación que vino a cambiar un poco eso.

Y en el ecosistema de hoy me siento cercana a la música estéticamente: me interesa mucho Chini PNG, Niña Tormenta, Mora Lucay, Que Dios te Salve, Natisú, Rosario Alfonso, la gente de Uva Robot que me encanta como trabajan ellos, encuentro súper bonita la colectiva que han armado. Y también me interesan las bandas de los cabros nuevos: Inundaremos, Candelabro… La escena alternativa de chicos jóvenes me parece súper interesante y me gusta que estén pasando cosas nuevas a nivel musical.

Pero también ahora estoy conversando harto con los Pánicos. Si bien no necesariamente hay una coincidencia con la escena, es mi banda chilena favorita y el disco que haré después es súper Pánico. El trabajo no está listo, listo, pero está en un 50%. Entonces es un disco que quizás va a ser más punk, con más energía, más rabioso.

Bueno, para ir cerrando y aparte de lo que nos contaste ahora, ¿qué más podemos esperar de ti en lo próximo? Sé que vienen los conciertos presentando La Primera Luz.

Cierto, vienen los conciertos de La Primera Luz el 6 de julio en Valparaíso, el 12 de julio en Santiago y el 13 de agosto en Concepción. Y esos conciertos van a ser únicos, digamos. No es algo que yo pueda replicar después en un festival o en otro lado, ya que están pensados especialmente para teatro y, un poco, como una obra de teatro, a nivel narrativo. Hay hartas cosas de textos con bitácora, está muy puesto el acento en los textos así como en el disco está puesto el acento en las letras que también es mi lugar, mi patita que tengo en la poesía o en el gusto por la escritura.

La Primera Luz, el más reciente disco de Camila Moreno ya se encuentra disponible en las plataformas digitales y también para descarga gratuita desde su web www.camila-moreno.com