Por Sebastián Allende.

Eterna Inocencia regresa a nuestro país para entregarnos dos noches íntimas y especiales en Sala Metrónomo, los días 6 y 8 de marzo, fechas en las que presentarán dos setlist diferentes y en donde cada uno de sus fans podrán disfrutar de un recorrido por lo mejor de su nutrida discografía.

Para conversar sobre esta especial gira que los tendrá presentándose, además de los dos shows en Sala Metrónomo, el próximo viernes 7 de marzo en Trotamundos de Quilpué y el domingo 9 de marzo en la Bodeguita de Nicanor, en Concepción, hablamos con su vocalista Guillermo Mármol.

Hola Guille, muchas gracias por conversar con nosotros. Para partir, cuéntanos un poquito sobre la conexión tan especial que tienen con Chile.

Hola, te cuento que estoy muy contento porque este 2025 la banda cumple treinta años. Sí, sí, treinta años que llevamos como Eterna Inocencia lo cual no es poco para una banda aquí, en Argentina, sobre todo una banda que siempre estuvo desde lo compositivo, pero también desde lo actitudinal, dentro del hardcore y del punk. Esos treinta años responden a una larga amistad que se fue regando con mucho tiempo con el público transandino y esta relación súper especial que se fue gestando y que nos lleva a un presente maravilloso… Creo que, a excepción de Arica, desde Iquique hasta Punta Arenas en todos los formatos, en pequeños espacios, en grandes teatros, con bandas amigas, con bandas nuevas también de la escena transandina y bueno, y también ser testigos del cariño que el pueblo chileno nos manifiesta cada vez que vamos.

Guille, ¿cómo definirías un concierto de Eterna Inocencia?

Yo diría que el compromiso que se asume, de alguna manera, al asistir a un concierto de Eterna Inocencia. Evidentemente por todo lo que eso conlleva: una recarga de energía para continuar la lucha, un espacio en donde la gente se siente identificada en valores como la solidaridad, fundamentalmente la posibilidad de pensar en sociedades heterogéneas que puedan vivir justamente en la diversidad… ese microclima que se logra en los conciertos, tanto en la Argentina como en Chile, hace que nuevamente, en este comienzo de 2025, estemos visitando en una semana Santiago, Quilpué y Concepción.

¿Cómo ves la evolución que ha tenido la banda?

Nosotros estamos muy contentos con el último disco, No Bien Abran las Flores, y te diría que nos hace acordar bastante al disco, Las Palabras y los Ríos, en más de un aspecto: desde la cadencia de la composición, pasando incluso por las letras ¿no?, pero esa evolución creo que tiene que ver con la cantidad de evidencias que fue experimentando la banda en sus ya tres décadas de existencia. Y si bien, por supuesto, el sonido evoluciona (la técnica también) yo creo que lo que se mantiene es el mensaje que tiene Eterna Inocencia que, por lo general, contiene esperanza, también contiene algo de nostalgia y de melancolía y creo que ¿por qué no? algo de impotencia, pero me parece que la manera en cómo se expresa el mensaje llega a la gente. Te estoy contando lo que la gente me dice que le provoca la banda lo que, por cierto, para mí es muy potente.

Y en ese sentido ¿Qué valor le das a las letras?

Eso también te genera una enorme responsabilidad porque, bueno, cuando la gente viene y te dice “me siento identificado con lo que cantabas”, “me siento identificado con tus letras”, “a mí me pasó una historia parecida”, me dicen. Reinterpretan las canciones, que pueden tener cientos de miles de historias atrás. Me parece que eso es lo que la banda continúa manteniendo al día de hoy, termina siendo el principal componente que hace que la gente continúe viniendo a nuestros conciertos. Creo que la idea está por ahí, hay una evolución, pero también hay ciertos parámetros que se mantienen en la vida constantes y vigentes.

Como dices, el poder que tienen las canciones, la letra, cada uno define lo que significa una canción. Me imagino que debe ser gratificante para ti ver en los conciertos, cómo se te acerca la gente y te manifiesta cómo lo viven. Hablando de Las Palabras y los Ríos, cuéntame de cuando estaban grabando el disco, ¿cómo lo vivían? ¿cómo sentían que estaban grabando algo distinto?

Yo creo que éramos conscientes de lo que estábamos haciendo, había algo distinto en las emociones de las personas. Debo decir que no fue bien recibido el disco dentro de la escena en su momento, porque canciones como “Nuestras Fronteras”, estaban más cerca de un grupo pop que del hardcore. Entonces no lo oculto, creo que objetivamente es correcta la apreciación porque el estilo de música pasaba por otro lugar y quizá el mensaje también, pero nosotros queríamos proponer un disco que tuviera un pensamiento lateral en ese sentido, llegar a los mismos temas, abordar las mismas problemáticas pero desde otra perspectiva, una que apelara al corazón, a las fibras más sensibles de la gente.

También tuvo un salto desde lo técnico porque fue la primera vez que se grabó de manera íntegramente digital cuando recién se empezaron a utilizar herramientas como el ProTools, por ejemplo, siendo que hasta los discos anteriores que eran Recycle y A los que se Han Apagado, se habían grabado en cintas analógicas.

Hubo una especie de mejora, por decirlo de cierta forma.

Sí, esto permitió un salto de calidad técnica muy importante y también habernos puesto bajo las manos de un productor artístico que en ese momento fue Ezequiel Araujo, quien actualmente continúa siendo productor artístico de muchas bandas y nos dio las herramientas para poder mejorar. Me gusta mucho ponerme en situación de aprendizaje, me encanta cuando alguien me puede explicar y puedo aprender, sobre todo cuando estamos hablando de algo que me interesa y en lo cual me involucro mucho como es, por ejemplo, mi banda y eso es muy lindo.

Guille, ¿de dónde vino la idea de la reedición, de recopilar todo lo que fueron los demos y hacer un disco doble que está súper bien trabajado, tiene un buen arte y rinde tributo, en cierta forma, a esa placa?

Yo estaba con Roy, en su casa, y desempolvamos una vieja herramienta que es una porta estudio totalmente analógica, grabada en cassette, en donde entendimos que estaban, y efectivamente estaban, los demos de Las Palabras y Los Ríos. Arreglamos la porta estudio, pusimos el cassette y fue ponernos a llorar directamente, nos emocionamos. Encontrarnos con los demos que estaban por ahí traspapelados, perdidos, fueron el motor para empezar a pensar una reedición.

Entrando en tierra derecha sobre lo que son los shows: entran en Santiago dos shows, esto es totalmente aparte de lo que va a ser Quilpué y Concepción que dice relación al cierre de las celebraciones de los 20 años de Las Palabras y Los Ríos. Cuéntanos un poquito, ¿qué tienen preparado para Santiago?

Tener la posibilidad de estar en un lugar más pequeño con un contacto íntimo, con la posibilidad de compartir incluso antes del show con la gente ya nos pareció algo distinto a lo que veníamos haciendo en la ciudad, en las últimas presentaciones de los años que pasaron. Ahora quedaba hacer el setlist, entonces dijimos “pensemos canciones diferentes porque hay gente que va a venir los dos días” y, si bien hay algunos temas que son irrenunciables, que tenés que poner en la lista porque no tenés mucho problema en escucharlos dos veces, la gran mayoría de las canciones son distintas y dijimos “tomemos de todas las épocas, incluso canciones en inglés”.

Tenemos, por supuesto, los dos shows completamente armados, pero dijimos “creemos que el que hace un esfuercito un poco mayor, es aquel que en pleno día de semana decide venir a ver la banda” así que por una cuestión lógica reservamos algunas sorpresas para el jueves.

Hablando de tu rol como letrista ¿cómo has visto tu evolución?

Escribir es muy difícil después de tres décadas, la verdad. No repetirse, tratar de tributar todas las esperanzas que la gente pone cuando te dice “qué hermosas letras”, “cómo me gusta tu banda”, “me siento identificado con lo que escucho”, lo siento mucho en mi corazón, todo eso hace que al momento de agarrar el lápiz pienses bien qué vas a hacer. En los últimos años hay algo que abandonamos que fue el hablar de los demás: a veces escucho canciones de Eterna Inocencia que, como muchas bandas dentro del estilo y dentro del hardcore, no escapó a ese cliché y hace unos cuantos años ya decidí dejar de hablar o de señalar los errores o lo que considero, digamos, aspectos a mejorar de los demás y empecé a centrarme en poder hablar de mí y de mis limitaciones o de nuestras limitaciones o de qué es lo que podemos hacer nosotros para ser mejores personas y mejorar nuestra propuesta.

Para finalizar me gustaría que nos cuentes un poco de lo que se viene para Eterna este 2025.

Tenemos una segunda mitad del año donde vamos a estar, seguramente, girando por todos lados para celebrar los 30 años. Pronosticamos una gira que nos lleve incluso por países que no hemos visitado. En el mientras tanto estamos haciendo canciones nuevas. Nos hemos juntado solamente en el mes de enero y lo que va de este febrero y ya tenemos seis o siete melodías que estamos amasando, trabajando, pero sorprendidos nosotros mismos del nivel de creatividad que teníamos porque no nos habíamos puesto a ensayar y a practicar y a jugar. Tenemos un estudio propio donde ensayamos y bueno, qué te voy a contar de eso: es espectacular poder registrar toda esta cantidad de melodías que están saliendo.

Creo que, por lejos, es el mejor momento de la banda. Yo ahora, con dedicación exclusiva, que es un montón, después de 30 años decidí por primera vez darle prioridad a nuestra banda, creo que lo merece, después de tres décadas y eso es un cambio radical.

Sí, en fin, entonces… Muy buenos tiempos para Eterna.

Sí, sí, sí, viene bien una etapa, me parece realmente muy, muy potente, de mucha creatividad y, si Dios quiere, bueno, también nos dé una prologada existencia.

Eterna Inocencia se presentará en Chile con una gira especial que los tendrá en Sala Metrónomo por partida doble, los días 6 y 8 de marzo. Adicionalmente la banda se presentará en Quilpué, el 7, y en Concepción, el 9 del presente mes, respectivamente, como parte del cierre del tour 2024 de celebración de los 20 años de Las Palabras y Los Ríos.

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