The Gathering es una banda con una relación muy cercana a Chile. Tanto así, que su guitarrista y fundador, René Rutten, en 2016 se casó en Graneros con Gema, su ahora esposa chilena. Pero esa estrecha unión se gestó desde esa primera visita en 2004, que necesitó repletar dos veces el Teatro Providencia el 24 y 25 de febrero, para satisfacer la gran demanda que hubo por verlos. Desde ese glorioso debut y posteriores visitas más o menos seguidas que realizaron hasta el 2011, no han vuelto a Chile. Luego de once largos años, retornarán al teatro Caupolicán el 26 de septiembre de este 2022, para reunirse otra vez con sus fieles fanáticos en el marco de la celebración de sus 30 años de carrera musical.

Este año, The Gathering lanzó el disco Beautiful Distortion, cuarta placa en que participa la cantante Silje Wergeland, quien ha tenido la difícil misión de llenar el lugar que dejó en 2007 la diva del metal holandés, Anneke van Giersbergen. Pese a los más de 15 años de ausencia, su nombre aún resuena entre los seguidores de la banda, aunque no hay señal alguna de que su regreso sea algo siquiera remotamente factible y viable. De eso, de estas tres décadas de música y de muchos temas más, pudimos conversar con el baterista y fundador, Hans Rutten, quien habló en exclusiva con Parlante.cl en la entrevista que les invitamos a revisar en las siguientes líneas.

The Gathering cumple 30 años de vida. ¿Cómo vives este logro? ¿Imaginaste que llegarían hasta este punto?

No, jamás. Partió como una afición. No teníamos la meta de hacer dinero con esto. Tal voz un poco como para comprar instrumentos, pero no como para vivir de eso. Queríamos pasarlo bien y ser creativos. Pero con el disco Always de 1992, comenzamos a despegar y la cosa comenzó a ponerse seria. Y ya con el tercer álbum, Mandylion de 1995, todo explotó.

¿Cuál crees que ha sido el aporte de The Gathering a la música en todo este tiempo?

Creo que la presencia de mujeres como cantantes de una banda de metal. Ahora eso no es tema, hay miles, pero en ese tiempo, al final de los ochenta, era muy poco común. Y al menos en Holanda, fuimos la primera banda de metal con una cantante femenina. Creo que de alguna forma fuimos revindicando el rol de las mujeres al frente de una banda de metal, si bien no fuimos los primeros, pero fuimos de los que creyeron en ese modelo de banda y contribuimos a darles más espacio y voz en el mundo del metal.

¿Era difícil en ese tiempo hacer esa apuesta por una cantante femenina? ¿Había machismo?

Sí, en un comienzo lo fue. Para mucha gente eso no era metal. Y para peor, teníamos teclados, algo que tampoco muchos metaleros aceptaban. Era como que no pertenecían al estilo. Pero nos mantuvimos así, no nos importaba lo que un grupo de gente dijera.

¿Puedes escoger tus 3 discos favoritos de The Gathering?

Always es muy importante, ya que fue el que nos dio una primera identidad y la forma básica de nuestro estilo. Ahí está todo lo que hemos seguido haciendo, pero también las influencias que tuvimos. Mandylion también fue fundamental. Y en tercer lugar, How to Measure a Planet, ya que ahí cambiamos honrando nuestro deseo de mantener fresco nuestro arte y de experimentar más allá.

Esta celebración los trae de regreso a Sudamérica en septiembre, luego de 11 años sin venir. ¿Cómo se sienten de regresar a estas tierras luego de tanto tiempo?

Es siempre una alegría. Tenemos una relación muy estrecha con Chile, desde la primera vez que fuimos. Nos hicimos muy amigos. Chile es como mi segundo hogar, y no solo para mí, sino para todos en la banda. Siempre somos muy bienvenidos allá, sentimos que ustedes los chilenos realmente entienden la pasión que hay en nuestra música y eso se siente muy bien. Yo se que Faith No More y Iron Maiden tienen una conexión especial con Chile, y claro, nosotros no somos tan grandes como ellos, pero sabemos que allá nos tienen un cariño muy especial y eso se siente fantástico.

Recientemente lanzaron Beautiful Distortion. ¿Cómo fue el proceso creativo de ese disco?

Tuvimos que escribir y grabar ese disco desde nuestras casas. El proceso tuvo mucho de mandarse archivos, reunirnos por Zoom y todas esas cosas que debimos aprender a hacer forzados por la pandemia. A veces podíamos juntarnos cuando mejoraba la cosa, pero en general todo se hizo muy difícil. Y creo que eso puedes oírlo en el disco de una forma positiva, ya que salió algo totalmente distinto a lo que podría haber salido en circunstancia normales. Al final, resultó todo bien, pero tomó más tiempo y esfuerzo del que imaginamos.

¿Qué le suma este nuevo álbum a la discografía de The Gathering?

Este disco es como una continuación de How To Measure a Planet, partiendo por el hecho de que también fue producido por Attie Bauw. Es como el tercer capítulo, considerando que es un disco doble. Es un disco que habla de la belleza que puede salir de la fealdad. Habla de las relaciones humanas, es un disco muy personal. Musicalmente, es diferente al disco anterior, es más transparente. Es más fácil de escuchar, aunque no te atrape a la primera oída.

Este ya es el cuarto disco con Silje Wergeland. ¿Cuál crees que es su principal aporte a la banda?

Cada vez ella se hace más importante y esta vez trabajamos mucho en darle espacio a la música para que ella pudiera brillar más. Ella trabajó muchísimo en las melodías vocales, mucho. Y ese trabajo duro valió la pena. Ella se siente muy cómoda con nuestra música.

¿Han pensado alguna vez en reunirse con Anneke van Giersbergen?

Lo hicimos para cuando cumplimos 25 años, pero no, ella no va a regresar. Porque tampoco es como que ella pueda decidir cuándo volver. Es como en una relación. Imagínate que te hablan de tu ex. “¿Podrías estar con tu ex otra vez?” En algún punto como que ya te enojas un poco. Hubo un tiempo hermoso en que estuvieron juntos, pero se acabó. Con Anneke se terminó todo. Ella no regresará. Y cuando lo hizo para el aniversario, esa fue una excelente forma para cerrar el capítulo. Ella está en sus cosas, nosotros en las nuestras. Aparte, sería una cachetada en el rostro de Silje. Y también para nosotros mismos. Yo se que es difícil para los fans aceptar esto. Es como Black Sabbath sin Ozzy. Pero las cosas son como son, y tienen que entender que fue Anneke la que dejó la banda.