Por Francisco Aguilar.
Pauta por Sebastián Allende.

Dënver es un dúo musical chileno de indie pop compuesto por Milton Mahan y Mariana Montenegro. Conformado a principios de la década del 2000, la agrupación comienza a trazar las últimas líneas de su historia y anunciaron hace algunas semanas su separación.

Montenegro y Mahan, pondrán el fin a su sociedad musical y para eso ofrecerán dos conciertos de despedida en Club Blondie, en el marco del ciclo aniversario #25 del clásico recinto capitalino.

Pudimos conversar con Mariana acerca de los orígenes de la banda, su futuro solista y otros temas. Todo el detalle, en la siguiente entrevista:

Mariana, gracias por tu tiempo. Para partir, sabemos que este 18 de agosto se despiden como banda. Haciendo un recuento, ¿qué fue lo bueno y lo malo de estos casi 15 años de carrera?

Lo bueno: yo nunca me imaginé, cuando empezamos a tocar en mi casa, que iba a pasar todo lo que pasó. Una de las mejores cosas es que me permitió viajar. Yo antes nunca había salido del país, nunca había volado en avión, con suerte había ido a veranear a Papudo. Nuestro primer gran viaje fue a España, después México, otros países de Europa, China. Eso y conocer a la gente de cada uno de esos países y las bandas fue súper valioso.

Lo malo: no sé qué pudo haber sido lo malo. Obviamente hubo momentos malos, había giras que eran agotadoras, pero era un precio que había que pagar por lo otro que era lo mejor, tocar para la gente.

Haciendo un recuerdo, cuéntanos de esos primeros años en San Felipe ¿Cómo nació la banda?

Nace cuando yo iba en tercero o cuarto medio y nos conocimos con Milton. En mi casa tengo la suerte de que hay un espacio donde hay un piano y una guitarra, es una sala de estar. Ahí hacíamos los carretes, las juntas y nos dedicábamos a tocar. Gracias a ese espacio nació Dënver, ahí empezamos a tocar juntos, a hacer canciones, después tenía un teclado Casio entonces empezamos a hacer las pistas con las baterías que venían en el teclado y así empezamos a no ser solo piano y guitarra. También recuerdo una vez en que quisimos tener baterista y pegamos afiches por todo San Felipe, en verdad una hoja fotocopiada, para hacer un casting. Llegaron 2 personas, pero no tenían el espíritu de la banda, que era pop. Allá todos eran rockeros, así es que decidimos ser dúo, tocábamos la batería con el Casio, teclado y guitarra. Después de eso, yo salí del colegio, quedé en la Universidad en Santiago y me vine, Milton también se vino. Gracias a fotolog comenzamos a conocer gente ligada a la música en Santiago y así las cosas se empezaron a dar.

¿Qué artistas son referentes en su música?

Recuerdo que en esa época escuchábamos harto The Magnetic Fields, Yo La Tengo y bandas de indie pop español. Leíamos la revista Rockdelux, ahí siempre aparecían bandas muy interesantes que nunca aparecerían en las radios de San Felipe que son distintas a las de Santiago. Eso nos permitió conocer harta música diferente. Además, justo en esa época internet se empezó a hacer masivo, yo tenía conexión en la casa y eso hizo que nos nutriéramos musicalmente mucho más. También nos gustaba mucho Pixies, El Otro Yo, Sonic Youth, Stereolab.

¿Qué buscaban trasmitir con sus creaciones?

No sé si me lo planteé alguna vez, pero lo que yo quería transmitir eran melodías, letras entretenidas de escuchar, más narrativas que poéticas. Queríamos transmitir canciones pop.

Haciendo una vuelta, comenzaron en el 2000 y su primer disco fue Totoral (2008) y lo último lanzado fue Sangre Cita (2015), lanzando entremedio varios EPs y colaboraciones. ¿Qué tanto cambió el sonido de la banda desde su comienzo hasta su última producción?

Cambió bastante. Ese sonido evidente está determinado por los recursos que teníamos a mano. El primer EP, Solenöide, suena muy low-fi ya que lo grabamos por pistas y con casetes. Totoral lo hicimos en un home studio por lo que el sonido tampoco es hi-fi. Después con Música, gramática, gimnasia nos pegamos un salto porque lo hicimos con Cristián Heyne en estudios profesionales, ahí todo empezó a cambiar. En Fuera de Campo, quisimos desarrollar algo que sentimos dejamos a medias en Música, gramática, gimnasia que fue trabajar con instrumentos de orquesta. En todo ese camino fuimos haciendo nuestro estudio de grabación y En Sangre Cita dijimos “ya, hagámoslo con lo que tenemos en nuestro estudio”, que era el mismo computador, el programa para hacer música y sintetizadores. Ese disco fue más hecho en estudio que cosas grabadas. En conclusión, nuestro sonido, a lo largo de toda nuestra discografía, está bien determinado por el contexto, el espacio de trabajo y las herramientas, obviamente por más cosas, pero una de las razones es esa.

Me gustaría que nos contaras sobre el proceso de composición ¿Cómo nace una canción en Dënver?

Ahí no tengo mucho que decir, en Dënver las canciones las hace Milton, él es la persona que compone, la única canción mía es “Estilo de vida” que está en Totoral. Lo que yo hacía era arreglos de piano, voces y orquesta. Yo estudie música, entonces sé de eso, escribir partituras, etc. Pero a nivel compositivo, como te comento, lo hacía Milton.

Ustedes han trabajado en proyectos para tv y cine. ¿Qué diferencias y qué sentimientos les despierta realizar esos proyectos en comparación con el formato canción?

La gran diferencia entre hacer un disco, que es obra de uno, con hacer música para la obra de otro, es precisamente eso: que para la obra de otro, hay otra persona que dirige tu idea entonces uno tiene que componer de acuerdo a lo que esa persona quiere expresar. Por ejemplo, para Historia de un Oso, el director y el productor del cortometraje nos dijeron desde un principio: “queremos que suene como si fuera una cajita musical, que la melodía sea triste, pero no tan triste, porque será para niños y no es bueno que estén tristes. Queremos que suene orgánico, que tenga cuerdas, etc”. Ellos te van delimitando tu camino, uno hace algo y se lo muestra, ellos te corrigen, etc. En conclusión la gran diferencia es que no es un proyecto que lideres tú, hay otra persona que te está dirigiendo.

Sabemos que hay vida post Dënver ¿En qué consisten tus proyectos?

Mi proyecto solista se llama Mariana Montenegro, que es mi nombre (risas) y nace de que empecé a aprender a usar software para hacer música y paralelamente desarrollé una carrera como DJ. Esto significó para mi estar buscando constantemente canciones que me gustaran en la pista de baile y esta búsqueda hizo que encontrara mucha música de ese estilo: house, electrónica, disco y me empecé a influenciar de esos sonidos, de esas estructuras, de esas transiciones y noté que habían muchos DJs que cuando tocaban también cantaban o ponían canciones que ellos hacían y me dije a mi misma “quiero hacer música para la pista de baile, quiero ser una DJ que ponga mis temas y también los cante”, por eso comencé a hacer mi disco solista que originalmente era hacer tracks para la pista, pero en el camino pasaron muchas cosas que desencadenaron en que hiciera muchas cosas que no eran para la pista de baile, eran para ser escuchadas tranquilamente, eran más baladas, entonces el disco está compuesto por canciones que son para ser bailadas y otras para ser contempladas, que son muy tristes. Esas canciones las hice cuando tuve mis peores penas de amor entonces de verdad son muy tristes. El disco lo produjo Alejandro Paz, lo busqué porque me gusta mucho lo que hace y cuando empezamos a trabajar le dije “quiero que estas canciones tengan el poder de hacer bailar” entonces todo el trabajo de producción fue en virtud de eso.

¿Alguna anécdota que nos puedas contar de lo que fue la carrera de Dënver?

Hay varias anécdotas. Una bien reciente fue cuando fuimos a China. A mí me llamó mucho la atención que nosotros éramos vistos como bichos raros, porque tenemos los ojos grandes en comparación a ellos y muchas razones. Entonces a la gente le llamaba la atención nuestra apariencia, nos pedían hasta fotos, porque uno era extraño. Sobre la música, una vez tocamos en un bar medio punky/rockero y era muy gracioso, porque yo sé que esta gente no conocía nuestra música porque en China no tienen Spotify, Youtube, Google, Whatsapp, Facebook, nada, entonces no tenían cómo conocernos y estaban vacilando igual. Estábamos tocando “En el fondo del barro” y el Milton le puso el micrófono a un chino que estaba entonadísimo y empezó a cantar “Chalalowualalalo”, entonces me causó mucha gracia lo que ellos sienten respecto de nuestro lenguaje, que es similar a lo que uno siente del de ellos. Fue muy graciosa esa situación.

¿Qué sentimientos te despierta el concepto del “adiós” en el marco de esta despedida?

En este preciso momento no siento nada muy intenso, pero yo sé que ese día, al día siguiente y meses posteriores voy a sentir mucha nostalgia y tristeza igual, voy a extrañar ver a los chiquillos de la banda, los shows, las giras. Todo va a cambiar. Es como un gran cambio, como cuando uno sale del colegio o de la Universidad, es como un cambio así. Nunca en mi vida había tenido un cambio así, como el que se viene, entonces igual estoy expectante de este nuevo desafío de hacer un camino sola y estoy muy emocionada por eso. Obviamente voy a llorar el último día del show de Dënver, así que la gente que se prepare para verme llorar en público.

Antes del adiós tienen anunciado el lanzamiento de dos últimos singles como banda ¿Qué nos puedes contar sobre eso?

Sí, en principio queríamos sacar unas canciones antes de esto, pero no hemos tenido el tiempo suficiente para hacerlo porque nuestros proyectos solistas los vamos a sacar no muy después del show de Blondie, entonces eso ha quitado tiempo para desarrollar lo otro. Antes de Blondie no va a salir, va a ser después y no quiero prometer nada, en verdad no sé cuándo va a salir.

Sobre el show de Blondie que mencionas ¿Qué tienen preparados para ese show? Háblanos un poco de la antesala del evento.

En primer lugar se van a cumplir los 10 años de Totoral, nuestro primer disco, entonces va a haber una parte dedicada a eso. También vamos a tocar canciones de todos nuestros otros discos, las que sabemos que le gustan más a la gente y a nosotros. Tenemos hartas sorpresas, el show está preparado como nuestros lanzamientos en los que nos preocupamos mucho de todos los detalles.

Para finalizar y agradeciéndo tu tiempo, ¿algún mensaje para los fans que los siguieron durante toda su carrera y que los esperarán este 17 y 18 para el adiós definitivo?

Les quiero decir a todos ellos que en verdad agradezco demasiado, de corazón, que hayan seguido nuestro trabajo y me siento muy feliz que nuestra música los haya acompañado, yo sé la importancia que tiene la música, que es algo que te acompaña, que puedes recordar para siempre, que se aloja en tu memoria. Para mí es un honor ser parte de eso, de su banda sonora y la mayoría de los fans de Dënver es gente muy tierna, muy linda, lo sé porque siempre comparto con ellos, porque compartimos por nuestras redes. Se agradece esa forma en que son con nosotros. La música de Dënver va a seguir existiendo, ojalá que la escuchen por muchos años más y escuchen nuestros nuevos proyectos.

Dënver se presentará este 17 y 18 de agosto en Club Blondie en lo que será su despedida de los escenarios. Las entradas para el viernes 17 (sábado 18 agotado) están disponibles en www.blondietickets.cl y sin cargo en Sonar, Paseo Las Palmas 017, Metro Los Leones y Disquería Indie Records, Eurocentro, Local 0118.

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