Por Francisca Neira.
Este viernes 25 de octubre se presentarán en el Teatro Coliseo, por segunda vez en el año, los argentinos de Los Caligaris. En un show que promete no dejar a nadie indiferente y que sitúa a la audiencia en un rol protagónico, la banda comandada por los hermanos Pampiglioni recorrerá los éxitos de toda su carrera y consagrará su relación con el público nacional.
Para hablar de lo que se viene el viernes, del espíritu del grupo y de la música en sí misma, conversamos a Martín y Diego, vocalista y baterista respectivamente.
Bienvenidos nuevamente a nuestro país. Después de la pandemia han visitado en reiteradas ocasiones Chile, incluso este 2024 ya vinieron una vez y, si no me equivoco, volverán antes de fin de año…
Diego: sí, quedamos debiendo dinero la última vez (risas)… La verdad es que Chile es de los primeros países que tuvimos la suerte de visitar y, bueno, desde un tiempo a esta parte estamos viniendo bastante seguido lo cual está bueno porque tenemos muchos amigos, cada vez más, y cada vez tenemos más planes, nos invitan a más lugares y se agradece que siempre nos reciban muy bien. Para nosotros es muy importante Chile ya que nuestros antepasados maternos eran chilenos y emigraron desde acá a Córdoba, donde empezó toda nuestra tradición circense con el Tony tachuela y el circo de los hermanos Muñoz, así que nada, siempre escuchando historias, desde chicos, de nuestros abuelitos en Chile y, bueno, hoy palpándolas en primera persona.
A partir de esta historia común, ¿cómo podrían describir su relación con el público chileno?
Martín: todo el que viene a ver un show de Los Caligaris viene con ganas de divertirse, yo creo que es primordial esa premisa, tener ganas de pasarla bien. Ahora viene un show diferente, “Los Premios Caligari”, pero siempre que subimos al escenario el objetivo es pasarla bien y que se lleven un buen recuerdo y que si alguna vez ven una entrevista nuestra digan “che, qué bien la pasé en el teatro Coliseo con estos muchachos”, así es que creo que tenemos una muy buena relación con el público chileno.
Hablando del show que presentarán el viernes, “El Barrio de Gala”, cuéntenme en qué se inspiraron para hacerlo, qué mensaje quieren transmitir y qué pretenden representar esta vez.
Diego: “Premios Caligaris, El Barrio de Gala” (lo dice con un gesto como invitando a imaginar el nombre en un cartel). De alguna manera queríamos devolverle el cariño a toda la gente que nos viene “haciendo el aguante” desde hace mucho tiempo y nos preguntamos cómo materializar ese agradecimiento, entonces se nos ocurrió la loca idea de hacer un premio, como una especie de Oscar con una nariz de payaso, que es la estatuilla del payaso de Los Caligaris. Se nos ocurrió ponerle “El Barrio de Gala” porque de alguna manera es llevar el barrio a lo más alto, a la gala, a una ceremonia; pero, lejos de ser una ceremonia protocolar y de etiqueta, es algo que tiene que ver con el mundo de Los Caligaris que está atravesado por el circo, por distintos géneros musicales como la cumbia, el cuarteto, el rock, el ska, el reggae, la salsa, ñoquis, ravioles, hagamos un asado y tomemos un fernet, la fiesta (risas)… Es un show donde hacemos un repaso por toda la discografía de la banda, con canciones para mirar, como siempre decimos, y con la particularidad de que algunas canciones serán premiadas no por nosotros sino por el público (que tendrá una alfombra roja). Además, tendremos el premio que le da origen a todo este espectáculo, el premio al público, donde entregaremos una estatuilla a un o una de los presentes que subirá al escenario, como si fuera un Grammy. Es un juego que busca el compartir y que ya hemos presentado en México, Colombia, en el Luna Park en Buenos Aires y ahora acá.
Mencionaron recién su relación con el circo ¿cómo logran mantenerla viva y presentar un formato distinto al circo tradicional o a otros circos como el du Soleil?
Martín: bueno, en el escenario la banda transpira circo, pero también la organización de Los Caligaris es muy horizontal, como en el circo, donde es tan importante el que hace un salto mortal como el que pone el taco en la cama elástica para que no se mueva y no se golpee; entonces tenemos esa visión en la que nadie es más importante que otro, ni el vocalista, ni el baterista, ni los asistentes. Yo siempre digo que es bueno mirar el espectáculo desde atrás porque es un espectáculo completamente diferente donde están todos concentrados y no puede fallar nada. Eso tiene mucho que ver con nuestras raíces circenses. A veces se usa la palabra circo o payaso con una connotación negativa, como algo despectivo, pero nosotros venimos a reivindicar eso: el circo es un espectáculo muy organizado y no hay nada más noble que hace reír al público.
Pensando en lo que dices acerca de la horizontalidad en la organización de la banda y en el ejemplo o discurso que se desprende de aquello, ¿creen que la música, en general, y la de Los Caligaris, en particular, cumple con algún rol social, pensando en el contexto de una Latinoamérica convulsionada?
Diego: nosotros siempre tratamos de abrazar nuestras propias banderas, dar nuestra propia lucha. Al estar tan emparentados con el circo y la figura del payaso tratamos de llevar la revolución desde la alegría, pero no como algo efímero, sino que, como decimos en alguna canción, “nos tomamos la alegría en serio”. Para nosotros la revolución de la alegría es muy importante, más en estos tiempos en los que pareciera que nada es fácil ni tan divertido, entonces cuando estamos arriba del escenario (y abajo también) tratamos de llevar una cuota de buena vibra, buena onda y que la gente que viene a nuestros conciertos pueda, aunque sea por un ratito, olvidarse de los problemas, de las deudas. Por suerte, siempre nos vamos con la satisfacción de haber llevado la misión, de cumplirla y también de empaparnos de esa buena energía e irnos con el corazón lleno de amor. Esa es la esperanza que siempre tratamos de llevar adelante.
Cuando ustedes partieron con la banda eran unos niños…
Diego: lo seguimos siendo (risas)…
¿Cómo se crece siendo un Caligari?
Martín: sí, la verdad es que uno va cambiando, no se piensa lo mismo a los 15 que a los 40 y tanto. Uno empieza a componer pensando en la primera novia y ahora tenemos canciones dedicadas a nuestros hijos. Ha pasado mucha agua bajo el puente, se tienen momentos lindos y momentos feos. Al principio hacíamos canciones divertidas, con melodías divertidas, siempre arriba y ahora mezclamos un poco una letra un poco para abajo, pero con una melodía alegre o al revés. Hemos cambiado mucho, pero somos los mismos compositores, intérpretes e instrumentistas, entonces mantenemos un estilo y por más que hemos evolucionado mantenemos nuestras raíces, lo que se nota en todos los discos.
Más temprano hablábamos acerca de la pandemia ¿cómo influyó ese tiempo en el trabajo de Los Caligaris, en su relación con el público, en la forma de componer o trabajar, en la organización interna del grupo?
Diego: fue un momento difícil, igual que para todo el mundo. Nos tuvimos que recluir y quedarnos en casa, lo que resultó raro porque veníamos de una época de mucha gira, muchos viajes y de pronto nos encontramos atrapados entre cuatro paredes que creo que fue lo feo: no poder frecuentar a quien uno quería, abrazarse, compartir un mate. Pero tratamos de reinventarnos a través de shows por streaming, buscando otras formas de relacionarnos con el público. Creo que a partir de ahí las redes sociales tomaron una fuerza importante para estar en contacto directo con el público. Por suerte eso quedó atrás, pareciera que eso pasó hace mucho tiempo y como que se frenó el mundo, pero pasaron muchas cosas, recuerdo que nosotros en plena pandemia hicimos un programa de radio todos los miércoles desde nuestra sala un pseudo programa de televisión los viernes, pero no podíamos tocar en vivo porque los artistas fuimos los primeros en tener que parar y los últimos en volver. Fue un momento duro que tuvimos que pasar, al igual que muchos otros en esta carrera porque la música parece simple, pero tiene muchos escollos, muchas espinas.
Pensando en las distintas formas de conexión con otros ¿qué importancia creen que tienen los festivales (en los que ustedes participan frecuentemente) en el mundo de la música, más allá del plano comercial?
Diego: los festivales son una de las cosas más lindas. Cuando vas, no solo como músico sino como espectador también, tienes la posibilidad de conocer a otros artistas, otros grupos, de encontrarse con gente, convivir, compartir… En nuestro caso, es una de las cosas que más disfrutamos porque ahí es donde hacemos muchos amigos, en el backstage. Recuerdo que en un festival acá en Chile conocí en la parte de atrás a un barbero y lo subí al escenario para que me cortara el pelo mientras estábamos cantando (risas), creo que eso fomenta un montón la cultura, que es lo que es el pueblo, una manera de crecer. Por suerte hemos tenido la posibilidad de participar en varios festivales en Chile y en otras partes del mundo y cada vez tienen más producción y ahí las bandas agarran otra fuerza, por ejemplo, a través del ft.
Martín: eso iba a decir, hace 27 años, cuando empezamos, había festivales de rock, pop, folklore y ahora hay una mezcla. Todo esto de las plataformas digitales ayuda. Piensa que si uno agarra una playlist del Spotify de una persona, seguro no escucha solamente rock sino que es una mezcla y los festivales funcionan un poco así. Está buenísimo. Nosotros siempre fuimos una banda de fusión y ahora podemos tocar en festivales donde nos encontramos con artistas de trap o de freestyle y esa mezcla a nosotros, particularmente, nos encanta.
Diego: es como cuando agarras la playlist de alguien, de alguna manera puedes descifrar sus gustos y es casi una descripción psicológica.
Bueno, ustedes han hecho varias colaboraciones y me imagino que tienen otras en carpeta.
Diego: tenemos algunas, hemos grabado 8 canciones hace poquito y en la mayoría vamos a tener colaboraciones, hemos hecho otras, hace poco salió un tema con La Combo Tortuga acá, que son grandes amigos desde hace tiempo, hemos tocado con ellos acá en Chile, en Córdoba, tocarán con nosotros el 26 de octubre en Mendoza… Hemos grabado también con Santa Feria, tenemos mucha relación con muchos artistas de acá y un sueño que tenemos es grabar con 31 minutos.
Una última pregunta, hay muchas bandas y músicos que los siguen y los consideran una inspiración ¿qué mensaje les podrían entregar?
Martín: nosotros empezamos esto como un hobby, un divertimento, como un sueño, así es que yo diría que, primero que nada, sueñen porque los sueños se cumplen. Yo siempre digo que el camino musical es complicado, pero cuando tú tienes el objetivo claro es un caminar y acercarse un poquito cada día y en algún momento lo alcanzas. La canción “Que Corran” que dice “que corran los demás, nosotros vamos caminando, para llegar no hay que correr hay que seguir andando”, nos pinta de arriba a abajo a nosotros, Los Caligaris, que somos una banda de 27 años y que podemos ser muy reconocidos en determinados lugares, pero seguimos yendo a otros lugares para abrir otros mercados, así es que somos una banda que si sigue en este camino musical que tiene espinas, como decía recién, es porque lo hemos sabido sortear sin detenernos.
Diego: otra canción que se me viene a la cabeza es la de Fito que dice “lo importante no es llegar, lo importante es el camino”. Creo que hay que buscar disfrutar de lo que uno hace, sea música o sea lo que sea. Eso es lo más importante porque, en definitiva, si tú disfrutas con lo que haces puedes no llegar a tu meta, pero por lo menos habrás disfrutado el camino.