Por Francisco Aguilar A.

Compositor, productor musical y multi instrumentista, Pablo Acuña ha colaborado desde el año 2010, tanto en el estudio de grabación como en vivo, con diferentes proyectos de la escena independiente chilena, en instancias nacionales e internacionales. El año 2020, bajo el nombre de pau lanza a través de Beast Discos los singles «La Mitad del Año», «Francia 390» y «Collage», frutos de la generación del nuevo pop chileno.

Con líneas de bajo irresistibles, y crónicas sobre lo cotidiano, es la apuesta de pau para un potente debut como cantautor. Ahora nos presenta su primer Lp, titulado Latencia.

Pudimos conversar con el músico, todo el detalle en la siguiente entrevista:

Pau, gracias por tu tiempo. Para comenzar cuéntanos, ¿Cómo has estado durante esta pandemia?

Muchas gracias a ustedes por la entrevista, siempre es bello cuando alguien se interesa por saber sobre uno. He estado en general bien. He tenido la suerte de tener mis necesidades básicas cubiertas, y de gozar de buena salud. Claro está que, como todos me imagino, no la he sacado gratis, y no han sido tiempos fáciles.

¿En qué momento de tu vida y qué fue lo que te motivó a dedicarte a la música?

Mi amor por la música comenzó cuando descubrí música nueva por mi mismo, trajinando entre los cassettes y discos que habían en mi casa, algunos de mis padres, otros de mis hermanas mayores. Me pasaba tardes escuchándolos, haciendo como que tocaba con una raqueta de tenis.

Luego a los veintitantos, cuando estudiaba en la universidad, empecé a escribir canciones. Tuve la suerte de tener pares alrededor mío que ya se dedicaban a la música, o tenían expectativas de hacerlo. Yo detestaba la universidad, me cargaba estudiar, y la música siempre me conmovió de manera genuina. Un día viajando en metro a la casa de un amigo (íbamos a estudiar Derecho Procesal para un examen) me dije “Ya, démosle”.

¿Cómo definirías tu proyecto musical?

Es proyecto solista, en el cual me presento como cantautor bajo el seudónimo “Pau”. Actualmente estoy en el proceso de formar una banda para poder montar un espectáculo en vivo y también poder grabar música nueva. En cuanto a la definición estilística, creo que el género “pop” funciona como un cajón de sastre en el que caben, más o menos, todas las canciones que hago.

¿Cuáles son tus principales referentes a la hora de componer?

Generalmente, no voy tan lejos a buscar referentes. Siento que mis letras hablan código chileno, y la obra de uno es también hija de lo que uno ha escuchado. En ese mismo sentido, creo que mis canciones nacen del pop chileno de la última década. También tengo una fascinación por la música Soul, el R&B, y en general lo de Motown Records. Le he estado tratando de dar una vuelta local a todo ello escuchando la nueva ola chilena.

A la hora de crear una canción, ¿cuáles son los temas que te mueven?

La “técnica” que más uso para componer es improvisar palabras en melodías. A veces en castellano, a veces en inglés, a veces en “guachuguachu”. Me gusta escribir historias en palabras que me salgan cómodas. Muchas veces, he escrito canciones y luego no me convencen, por sentir que usé palabras con las que no suelo hablar.

Me gusta escribir sobre la modernidad, y en varias de mis letras me conecto con emociones de vivencias propias, entonces al final me resulta algo semi biográfico, semi ficticio. Actualmente estoy trabajando en escribir ficción más pura. ¿Me resultará? No sé.

Hablemos del disco que acabas de lanzar titulado “Latencia”, ¿qué buscas entregar con este lanzamiento?

Algo así como levantarse con el pie correcto. Me demoré harto en hacerlo, y le puse harto amor, pero me gustaría pronto sacar música nueva para desmitificarlo. Incluso me hace cuestionarme sobre si sacar más discos, tal vez la respuesta está en los singles, los EP’s, videos, qué se yo. Mi visión romántica de la industria, me obligó a debutar con un LP, y a “Latencia” yo lo quiero mucho, esperemos que envejezca bien.

Antes de lanzar el disco, dentro de los sencillos que liberaste, se encuentra “Depresión Estacional” en el cual colabora Dulce y Agraz, cuéntame de este y cómo nace ese featuring

Con la Dani somos amigos hace años, la admiro y la quiero mucho. Mientras escribía el disco, se me ocurrió invitarla a cantar conmigo la canción “XAT”. Después de unos días, me contestó diciendo que la canción no le decía mucho, pues la letra era muy “hermética”. Pasaron unas semanas, y de un día para otro, bien chato por el invierno en Londres, escribí “Depresión Estacional”, y le mandé el coro de la canción por whatsapp a la Dani, y me respondió que esa sí que sí. Luego la producción fue un desafío, todo a distancia, incluso el videoclip, que fue dirigido por Cristián Pino Anguita desde Chile, y realizado por Gonzalo Karmy y por mí en Londres.

Previo al single anterior, presentaste “Collage”, háblanos un poco sobre esta canción.

“Collage” la escribí y produje cuando el disco ya estaba listo. Por eso no quedó incluida en Latencia. Partió todo como un desafío de cuarentena: “Hacer y publicar una canción con lo que haya a mano”. Lo bonito de eso, es que no se diluyó la escencia de la canción en el proceso productivo que, en la práctica, entre composición, producción, grabación, mezcla y master, suele dilatarse. Bueno y lo lindo también que fue hacer un videoclip en casa, con mi pareja y una amiga. Nos divertimos.

Supimos que estuviste viviendo en Londres, ¿cómo es la realidad musical allá en comparación con la chilena?

Ya volví a Chile :). Pero sin duda fue una experiencia de mucho aprendizaje para mi carrera como músico. De lo poco que pude ver trabajando con proyectos de allá (la pandemia truncó varios proyectos y posibilidades) he visto que existe un afán de colaboración tremendo. Los artistas apuntan a ser firmados por un sello desde el primer lanzamiento, existen muchos colectivos y diferentes escenas. Lo que sí, es que comparar con nuestra realidad local, es como en muchas otras actividades, injusto. La cantidad de recursos y el tamaño de la industria a nivel económico es brutal. Es como sembrar en terreno más fértil.

Claro está que existe la barrera del idioma, pues si bien existe un mercado latino en el Reino Unido, es minoritario.

¿Cómo viviste el plesbicito?

Esperanzado y con alegría. Siento que vivimos un momento histórico, digno de los textos escolares del futuro. Habiendo estudiado algo de Derecho, creo entender las trampas que tiene la Constitución del 80 y, sinceramente, con el escenario político de los 30 años previos a octubre de 2019, jamás pensé que la constitución podría cambiarse. Es importante hacer notar que el cambio de constitución no va a resolver de la noche a la mañana los problemas más inmediatos que tiene Chile, pero es abrir las puertas al verdadero cambio a través de los procesos democráticos. Basta ver la cantidad de reformas legales que se han aprobado en el congreso, pero han sido declaradas inconstitucionales.

En Chile el año pasado vivimos un estallido social, el cual aún se mantiene activo, ¿cómo ves el rol del músico en estos procesos sociales?

Oh, al principio fue cuático. Estando lejos, y en la comodidad del primer mundo, escribiendo música, mientras Santiago se quemaba, me sentía un poco inútil y ajeno. De hecho, durante las primeras semanas, viendo las noticias por el celular, ni ganas me daban de hacer música. Me preguntaba ¿Cuál es el sentido?. Luego comencé un proceso de resignificación sobre la figura de quienes trabajamos en cultura, porque sería una caricatura muy burda que de la noche a la mañana todos nos pusiéramos a escribir “canción de protesta”. Hay muchas batallas que librar, y toda manifestación de la cultura es necesaria para reescribir la nueva idea que tenemos de ser chilenos.

¿Cuáles son tus planes en lo que queda de este año y el próximo?

Espero con muchas ganas poder montar un show en vivo y tocar con una banda las canciones que he ido publicando. Me encuentro actualmente también escribiendo música nueva, la que espero poder grabar pronto. Me gustaría también colaborar con más gente.