El bendito día en que Helloween dio la bienvenida de regreso a dos de sus más clásicos miembros, sin despedir a quienes los remplazaron, se transformaron en un combo de metal de marca mayor. Fueron capaces de dejar atrás diferencias y sobrellevar cualquier golpe al ego, para formar un septeto que, producto de esta reunión, tiene disponible el catálogo completo de sus casi cuatro décadas de historia. Algo que, en estos cinco años desde que sucedió, los ha puesto en primera línea de los espectáculos de heavy metal del mundo, sólo detrás de Iron Maiden y Judas Priest.

El año 2021, el heptágono lanzó finalmente el disco que consolidaba este concilio de titanes del metal alemán. Bajo el título de Helloween, el volumen doble de casi dos horas de duración cumplió un sueño que sólo vivía en las más locas fantasías de sus fanáticos. Un material que, producto de la pandemia, recién este año ha comenzado a ser parte de los repertorios en vivo de la nueva gira llamada United Forces World Tour, que los traerá de vuelta el 4 de octubre al Movistar Arena. Oportunidad en la que contarán con los legendarios suecos de HammerFall como invitados especiales.

Desde Alemania nos contactamos con Sascha Gerstner, el más nuevo de los tres guitarristas de la banda que, de nuevo, ya no tiene mucho. Este año cumple dos décadas como miembro del grupo y su aporte es muy relevante, tanto en la ejecución, como en la composición de canciones. Les compartimos aquí las respuestas que dio a las preguntas de Parlante.cl.

El tiempo vuela y ya son 20 años desde que te integraste a Helloween. ¿Cómo viviste ese momento en que te hiciste parte de la banda?

Fue un momento muy loco que me tomó casi 20 años procesar totalmente. Cuando recibí el llamado de Charlie Bauerfeind (productor de Helloween) diciéndome que Michael Weikath estaba interesado en hablar conmigo, yo ya estaba fuera de la escena del metal. No me lo esperaba para nada. Todo pasó de forma natural, no fue el caso de que la banda que te gusta está buscando guitarrista y tu les mandas demos para que te conozcan. Yo no tenía idea de que necesitaban uno nuevo, así que me enteré a través de ese llamado. Charlie me dijo “bueno, yo se que ya no estás en el metal, pero hay una banda grande que está buscando guitarrista que pueda también escribir canciones y estaba pensando que podrías ser la persona indicada. Además, tiene que ser alguien que se lleve bien con Michael Weikath y como los conozco a ambos, creo que se van a caer bien”. Me dijo que Weikath me llamaría en unos días.

Ese día yo estaba apurado, porque iba a salir con una chica que me gustaba mucho y Michael me llamó media hora después de que corté con Charlie. Así que le dije “escúchame, dime lo que necesitas porque tengo prisa”. Años después, él me dijo que quedó impresionado de la forma en que lo apuré. Me dijo: “sabes, había en el mundo un montón de super guitarristas enviándome demos, deseando estar en Helloween, y te llamo y me dices que estás apurado y que no tienes tiempo”. Fue gracioso, la verdad. Y así partió todo y despegó muy bien. Nos caímos muy bien y luego al conocer al resto de la banda me di cuenta del gran talento que ahí había. Todos son excepcionales. Y bueno, mi vida cambió totalmente.

Ya son siete los discos que has grabado en estudio con Helloween. ¿Puedes elegir tus tres discos favoritos?

Claro que sí, y cada uno por distintas razones. Primero, escojo el Rabbit Don’t Come Easy como un álbum clásico, que no fue bien recibido en su momento. La banda pasaba un momento inestable y Masterplan salió con discos muy buenos por esa misma época. Nosotros estábamos reconectándonos con las raíces, queríamos ir más hacia lo tradicional. Pero fue un disco muy importante para mi por ser el primero que hice con ellos.

El segundo sería Keeper of the seven Keys: The Legacy, porque fue el primero que hicimos y giramos con la formación que ha durado por un largo tiempo, con Dani Löble en la batería.

Y el tercero, creo que el último, el homónimo Helloween. Ha marcado la carrera de todos nosotros con el regreso de Michael Kiske y Kai Hansen.

¿Y cuál de los 7 discos fue el más difícil de sacar adelante?

Cada disco tiene su afán, pero te diría que Keeper of the seven Keys: The Legacy fue muy difícil de hacer porque había mucha presión sobre nosotros. Realmente queríamos volver a los sonidos de los inicios, incluso grabando como lo hacía la banda en los ochenta. Juntándonos en una sala de ensayo, no haciendo las canciones en casa. Algo que fue desafiante para nosotros en esos momentos.

Y bueno, el último disco, Helloween, también fue muy duro de sacar adelante. Porque nos tomamos más tiempo que nunca. Hicimos un trabajo de preproducción enorme en Hamburgo, una vez más con ese acercamiento a improvisar todos juntos y dibujar ideas. Cuando tienes a 5 personas y un productor, es algo más fácil de manejar todo. Pero imagínate con 7 músicos y un productor. Siete opiniones distintas. Y al menos cinco de esos siete, son compositores realmente buenos. En la mayoría de las bandas son uno o dos los que escriben. Aquí no, son muchos machos alfa dominando la escena de vez en cuando, por lo que se necesita mucha confianza y respeto mutuo. Adicionalmente, la presión que había encima era grande, porque sabíamos que los ojos de todo el mundo estarían sobre nosotros. Fue un desafío enorme, pero fuimos exitosos finalmente.

¿Se te hace difícil la convivencia con otros dos guitarristas?

No, en lo absoluto. En lo que a sonido respecta, puede ser difícil. Pero lo bueno es que cada uno de nosotros tiene su tono propio y curiosamente encajan muy bien. Tienes a Waikath que es el tipo vintage, que le gusta el estilo del rock clásico. Luego tienes a Kai con su sonido con muchos medios, duro y frontal. Y yo, ahí en un punto intermedio entre los dos. Y todo eso se acopla muy bien.

Cuando se trata de egos, podemos tener pequeñas discusiones. Pero somos adultos y podemos resolver las diferencias en forma civilizada. Y es que también todo sucede muy naturalmente. En las canciones antiguas, yo se que la gente quiere ver que el solo de guitarras gemelas lo haga Kai y Michael. ¿Por qué tendría que ponerme al frente y tocar algo que nunca estuvo ahí? No me hace sentido y por eso se me hace muy fácil dar el paso atrás. Hay canciones nuevas donde tengo mis partes y espacios, así que todo se da de forma bastante natural.

¿Cómo te sientes con este regreso a los escenarios después de la pandemia?

Es emocionante, tanto para nosotros como para los fanáticos. Cuando retomamos este año en el Reino Unido, pudimos ver que la gente no estaba como usualmente está en los conciertos aquí en Europa. El público estaba enloquecido, parecido a lo que pasa allá en Sudamérica. Los vi con más energía que nunca. Al menos algo bueno hizo la pandemia. La gente está hambrienta de música y de presentaciones en vivo. Espero que la gente agradezca estas instancias, porque no está fácil hoy en día. Tenemos aún pandemia, guerras, inflación y todas estas dificultades que afectan mucho salir de gira.

Las giras no son solo ganar dinero, cuestan mucha plata también. Así que ojalá que en 10 años más la gente se mantenga así, valorando que las bandas vayan a tocar a sus países. Que no se olviden de lo que fue esta pandemia y todo lo que significó en sus peores momentos.

¿Qué te parece la unión con HammerFall en esta gira?

Me parece genial y tiene para mí un significado especial, ya que el 2001 nosotros con mi banda Freedom Call estuvimos abriendo para ellos. Es como cerrar un círculo. Aparte, creo que es una pareja perfecta, ellos tienen grandes canciones, son legendarios y el paquete de ambas bandas juntas le encantará al público. Es una gran combinación.

¿Y cómo vives el regresar a Latinoamérica?

Cuando veo las fechas de las giras y que se acerca el momento de volver a Latinoamérica, ya comienzo a ponerme nervioso. Me encanta ir para allá. De hecho, mis primeros shows con Helloween fueron allá, así que me trae muy buenos recuerdos. Tengo una fuerte conexión con ustedes, me encanta que sean tan abiertos de corazón y de mente. Eso sintoniza muy bien con mi espíritu.

¿Y qué sucederá luego de esta gira? ¿Tienen planes de entrar pronto a grabar un nuevo disco?

Espero que no. Luego de esta pausa de tocar en vivo, yo deseo mantenerme tocando por un buen tiempo. Nunca he sido muy fanático de grabar disco de estudio, yo soy del tipo de persona que ama estar sobre los escenarios. El trabajo en estudio puede ser muy difícil a veces, consume mucha energía. El retorno llega cuando sales a tocar en vivo esas canciones. Es grandioso grabar, hacer nueva música, crear arte y todo eso. Pero nada supera a los eventos en vivo.