El legendario guitarrista sueco quien fuera parte de Europe en su mejor momento, entre 1986 y 1992, está de regreso con un nuevo proyecto de metal melódico, rodeado de talentosos compañeros musicales. Además de Kee, el cuarteto se completa con las voces de Tommy Heart (Fair Warning), el bajo de Ken Sandin (Alien), y la batería de Darby Todd (Devin Townsend, Gary Moore, The Darkness), quienes dan vida a una nueva banda que, bajo el alero del sello Atomic Fire, buscarán ganarse un lugar destacado dentro de la escena melódica actual.

El nombre de la banda, Out Of This World, hace un guiño directo al primer álbum que Marcello grabara con Europe bajo el mismo título. Un trabajo que, si bien no logró llegar tan alto como su antecesor, The Final Countdown, igualmente alcanzó el puesto 19 del Billboard y trepó mucho más alto en Escandinavia, Alemania, Japón y Holanda, gracias al éxito de la canción “Supertitious” que se transformó en un nuevo clásico dentro del repertorio de los suecos.

Chile no es una tierra extraña para Kee Marcello, ya que estuvo en el Festival de Viña del Mar en 1990, cuando Europe realizó dos legendarias presentaciones que marcaron profundamente a la generación que las presenció en vivo y desde sus casas por la TV. Y conoció también una cara menos glamorosa del certamen, al volver en 2002 representando a Suecia en la competencia internacional, en la que debió sortear varios inconvenientes que no le permitieron tener una cómoda experiencia en esa oportunidad.

En forma exclusiva, Parlante.cl tuvo el privilegio de poder conversar con este destacado guitarrista sueco y conocer los nuevos desafíos que emprende junto a su nueva agrupación, las varias anécdotas que tiene con Chile y otros temas para los que generosamente respondió cada una de nuestras preguntas con mucha amabilidad y buena disposición. A continuación, les invitamos a leer lo que nos tiene que contar este prócer de las seis cuerdas escandinavas.

El álbum debut de Out Of This World fue lanzado recientemente. ¿Qué sientes en torno a este nuevo proyecto y el resultado de este disco?

Para mi más que un proyecto, es una banda. Había trabajado con Tommy Heart (voz), Ken Sandin (bajo) y Darby Todd (batería) antes en distintos proyectos, pero esta vez les llamé y les dije “hey chicos, tengo tres canciones, ¿les gustaría grabarlas?” y al juntarnos en el estudio y divertirnos tanto, decidimos que sería una gran idea formar una banda. Así nació Out Of This World.

Claro, casi todos ellos fueron parte del Kee of Hearts, con quienes lanzaste un disco en 2017.

Sí, pero eso fue distinto. Frontiers Records me pidió que tocara guitarra en ese que sería un disco solista de Tommy Heart y de repente le dieron un nuevo nombre al proyecto. Yo no escribí las canciones. Nunca pensé en que ese proyecto fuera más que eso. Para sentirme a gusto, debo componer las canciones, producirlas. Hacer los riffs y luego ponerle teclados. Ese no fue el caso aquí.

¿Y cómo te sientes con el resultado del disco de Out Of This World?

Siento que es de lo mejor que he hecho en mi carrera. No le veo puntos débiles en ninguna de esas diez canciones que grabamos. Creo que es metal melódico de primera categoría. Siento que hicimos un tremendo trabajo.

¿Estás trabajando con algunos otros proyectos en este momento?

No, por ahora estoy ocupado con Out Of This World. Igualmente, ya estoy pensando en mi próximo disco solista y en el siguiente de Out Of This World, y si bien no descarto nada, solo tengo 24 horas cada día y por ahora las tengo bastante ocupadas.

¿Qué recuerdos tiene de esa legendaria visita que hicieron con Europe al Festival de Viña del Mar en 1990?

Tengo muchos recuerdos. Ni siquiera se por donde empezar. Recuerdo que era genial poder volver caminando de la Quinta Vergara al Hotel O’Higgins, sin ningún inconveniente. Todo el mundo era muy amable con nosotros. También se me viene a la mente la cantidad de comida deliciosa que tienen allá. Quedé impresionado. Y obviamente, la audiencia. Fueron dos noches espectaculares, lleno total, la gente cantando. Una verdadera fiesta.

Es curioso que en esa oportunidad sólo tocaron aquí en Chile en Sudamérica, y no visitaron otros países importantes en el circuito, como Brasil o Argentina. ¿Por qué fue así?

Es muy extraño, no tengo idea por qué. Pero la realidad fue que entre 1987 y 1990 era una locura lo demandados que estábamos y teníamos que escoger donde tocar. Llegamos a ser número 1 en 26 países. Nunca tuvimos oportunidad de ir a Australia tampoco, lo cual es una lástima. Y también fue raro porque tocamos varias veces por el sudeste de Asia. Pero ya ves, estábamos demasiado ocupados tocando y grabando y nos quedamos sin visitar a muchos lugares importantes.

Luego volviste al Festival de Viña hace 20 años, el 2002, representando a Suecia en la competencia con la canción “Hey Romeo”. ¿Cómo recuerdas esa experiencia?

Fue muy estresante, porque me agarré un resfriado volando hacia allá y perdí mi voz. No podía cantar en los ensayos. Recién el día de mi presentación pude sacar una nota más o menos correcta al cantar. Puedes notar en la grabación que algo no anda bien con mi voz. Y el otro recuerdo triste que tengo, es que alguien del personal técnico en el escenario, en lugar de apagar mi amplificador Marshall, puso todos los potenciómetros en cero y ya sabes lo que eso significa: quise tocar y no sonó nada. Fue lo más estúpido que vi en toda mi vida.

Pero más allá de eso, me acuerdo también de lo hermoso que quedó el reciento, que lo encontré totalmente reconstruido en esa segunda oportunidad. Cambió mucho y para bien.

El 2018 en tu Instagram apareció una foto tuya junto a Pablo Herrera, cantautor chileno. Comentaste que estaban grabando algo. ¿Salió algo de ahí finalmente?

Pablo es genial, lo adoro. No lanzamos nada y aún no lo hacemos porque la idea era hacerlo antes de que yo fuera a tocar a Chile otra vez. De otra forma no le encontraba sentido. Así que claro, algún día eso tendrá que ocurrir y espero que lo lancemos como pensamos. Así que cuando vaya para allá nuevamente, haremos algo juntos, tenlo por seguro.

¿Esa foto dónde la tomaron?

Aquí en Gotemburgo, él vino para Suecia y aquí nos encontramos.

En Suecia, el equivalente al USA for Africa, el Hear N’ Aid o el Band Aid británico, fue el Swedish Metal Aid de 1985. Iniciativa que vendió unas 50 mil copias que fueron en beneficio del hambre en Etiopía. Joey Tempest escribió la canción y tu la arreglaste y produjiste. ¿Cómo fue ser parte de esa iniciativa?

Fue genial. En ese año me contactó un periodista y me preguntó por qué no se hace algo como el Band Aid pero con bandas suecas. Y me pareció una excelente idea, porque en esos años había muchísimas bandas de hard rock en Suecia. Donde miraras había una banda. Había salas de ensayo por todos lados. Era un gran movimiento. Y cuando comenzamos a correr la voz, cientos de bandas nos contactaron interesadas en participar. Así que nos juntamos en el estudio y lo grabamos, como pueden ver en el video. Y creo que esa fue la primea vez que el hard rock estaba en la televisión abierta de este país. Porque la verdad es que a la gente le asustaban esas bandas en esa época. Recuerdo haber visto de esas entrevistas que se hacen los periodistas a los transeúntes en la calle preguntando “qué piensa del hard rock” y respondían “¡es terrible, debería estar prohibido!” y cosas como esa. Pero con esta canción conseguimos ser transmitidos en las cadenas más grandes, todo el mundo nos vio y se dieron cuenta de que realmente podíamos tocar y cantar bien. Así que fue como una revelación para muchos suecos, que pensaban que esta música era acerca de quemar cosas y comer infantes en el escenario.

Hace unos años atrás y por varias décadas, Suecia fue una plaza muy importante para el rock y el metal. Muchas bandas y grandes músicos nacieron en tu país. ¿Cómo se ve ahora la escena del rock y el metal en Suecia?

La verdad, no lo se. No hay hoy en día un movimiento claro como el que había antes. In Flames y Ghost suenan bastante, pero realmente hay muchos subgéneros y bandas distintas. Eclipse y Treat por el lado melódico… existen bandas, pero es muy diferente a la movida que había en los ochenta con el Hard Rock y en los noventa con el Death Metal y el Power Metal.

Hace un tiempo escribiste tu autobiografía titulada “The Rock Star God Forgot”. ¿Qué te motivó a escribir un libro sobre ti?

Primero que todo, pensé que ya era hora de hacerlo luego de haber sobrevivido a los ochenta y noventa en Los Ángeles, California. ¡Eso es bastante heroico en sí mismo! (risas) Entonces, alguien me recomendó que recolectara todas esas historias y las pusiera en un libro. Es algo muy personal. Y he intentado muchas veces de traducirlo del sueco, peno no he encontrado al traductor indicado. Mi inglés es muy bueno y podría hacerlo yo, pero no me da el tiempo con todas las otras cosas que hago.

¿Qué temas o tópicos te inspiran al escribir música?

Un tema que suelo tocar es el fin del mundo. Porque es algo muy excitante y definitivo. Y parece que estamos acercándonos a él. No es un tópico muy alegre sobre el cual escribir, pero tiene ese ingrediente de conflicto que hace interesantes a las canciones. Por ejemplo, en el disco de Out Of This World está la canción “Twilight” (Crepúsculo), que habla del último crepúsculo sobre la tierra. Sobre el último destello de luz antes de dormir en la noche eterna. De cómo sería ver ese último atardecer antes del final de todo. También está la canción “In a Million Years” (En un Millón de Años), que trata sobre dónde estaremos en ese tiempo. ¿Seguiremos los humanos habitando la Tierra? Nadie lo sabe. Probablemente no. Es una pregunta interesante.

También me inspiro en las relaciones humanas. En general, cuando hago música, habitualmente viene con una idea lírica, pero debo descubrirla. Y cuando voy escuchando la música, se ve revelando. Es casi mágico.

Con Europe grabaste los discos Out Of This World y Prisoners in Paradise. ¿Cuál de los dos es tu favorito?

Se me hace algo difícil comparar a ambos, pero te diría que Out Of This World. Fue el primero en el que tuve que ocupar ese enorme rol como guitarrista. Me puso en el mapa, me llevó a Nueva York, a las grandes compañías discográficas, a los rascacielos de Manhattan. A trabajar con grandes ejecutivos de la industria musical, con managers legendarios. Fueron tantas cosas que llegaron juntas en esos tiempos. Esa fue la mejor era para mí.

¿Y volverías a Europe si te lo pidieran?

No, no lo haría. Creo que ya tuve suficiente de eso. En la vida todo tiene su tiempo y su lugar y ahora estoy en uno totalmente distinto. Ambos estamos en cosas muy distintas, así que la respuesta sería un “no”. Ellos se fueron en otra dirección musical que yo no hubiera escogido, así que no veo cómo podríamos reunirnos así. No funcionaría.