Creamfields Chile 2022, día 2: Dando cara
Espacio Riesco, 6 de Noviembre 2022.

Por Jaime Farfán.
Fotografías por Street Machine.

Cerca del final, luego de un par de jornadas de catarsis y baile, te invade una sensación de tranquilidad. Estás cansado, los músculos resentidos y con hambre. Diez horas antes, cuando empezó el segundo día del festival Creamfields Chile, estaba todo tranquilo y la mano del DJ y productor nacional Matias Forteza, demostró sus aprendizajes de más de cinco años de carrera en la vida nocturna santiaguina. Con una selección sofisticada de House Music. Relajados bajo un cielo parcialmente nublado, que marcó la tónica del resto de la tarde, el público bailó a sus anchas un set con guiños a grandes nombres de la electrónica internacional, como Ninetoes, Ben Sterling y Kieran Herben. Fue el remix de este último junto a Nelly Furtado, el repetitivo y atrapante “Only Human”, el que nos arrastró hacia el Cream Stage.

Con un poco menos público que el sábado, resultó agradable disfrutar de las actividades paralelas a la música, y almorzamos temprano con facilidad. Después de un recorrido rápido por varios stands, donde podías cortarte el pelo, comprar serigrafía, bolsos o lentes, o participar en distintos concursos, nos vamos al Reebok Stage. Combatiendo el calor se encuentra dando cara otra DJ nacional, la potente ICZ, quien sacude el concreto que la rodea armada con beats robustos, rápidos y dinámicos. Solo algunos se atreven a bailar con el sol pegando directo sobre el cilindro del Espacio Riesco, pero quienes lo hacen obtienen su recompensa.

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Siguiendo con la fuerza femenina nos vamos a sumergir al Alternative Stage, donde Gisela Lidhorst alista la presentación de su proyecto solista, OHMYGi. La productora vuelve a sus tierras después de una larga experiencia en Estados Unidos, al cual fue a estudiar previo a la pandemia. Desde esa época de cambios proviene “Dancer in Pink”, el nuevo álbum que viene a debutar sobre el escenario, bajo coloridas proyecciones, rítmicos pulsos de luces led y una fiel squad de aguerridas bailarinas. Sonidos nuevos, con aires funk, hip-hop en medio de un océano de house and bass, proyectan una interesante carrera para esta empoderada DJ.

Después de que OHMYGi lanzara al público algunas de las muñecas que hacían guardia en su mesa de mezcla, vistiendo camisetas chilenas de fútbol suben al stage la dupla Inndrive, quienes desde Brasil demuestran nuevamente la motivación y amor que tienen por la música electrónica. Una presentación única, de esa que te obliga a saltar y sacudir el cuerpo, y te absorbe en un mix de influencias desde el Nu Disco al Deep House, con los singles “Shake It”, “Move Yourself” o el reciente remix de “Hollaback Girl”.

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Los himnos protocolares aparecieron a todo volumen desde los parlantes del Main Stage, en una tremenda fiesta gracias al prestigioso Alok, quien no da tregua lanzando hit tras hit para el goce de los bailarines presentes. Una superestrella de la música electrónica, con remix a importantes artistas como Dua Lipa, Rolling Stones y John Legend, el brasileño transforma la explanada en una disco a cielo abierto, mientras la guitarra de “By the way” se mezcla con los sintetizadores de “Satisfaction”, o la gozadera urbana de “Pepa” de Farruko. Con la euforia desatada a nuestro alrededor nos despedimos del escenario principal por este año, decididos a observar que pasará hacia el final de la noche en el Cream Stage.

El asunto este año es Charlotte de White. La DJ belga, quien ha repletado y reventado cuanta fiesta se ha organizado bajo su nombre en distintos recintos chilenos, resonaba como uno de los platos fuertes al anunciarse el line up. Dominando la escena techno desde finales de la década pasada, varios seguidores lamentaban su ausencia en el Main Stage en esta versión de Creamfields, a favor de propuestas más clásicas (Fatboy Slim) o no estrictamente electrónicas (Bizarrap). Mientras que el estadounidense Green Velvet precalentaba el ambiente, iba quedando claro que el espacio estaría un tanto justo.

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A la vez que DJ Snake abría el cielo con hermosos láseres simulando auroras boreales para cerrar con broche de oro el escenario principal, Charlotte de White hipnotiza con prolongados ritmos, beats sutiles y vocales distorsionadas y etéreas. Un final redondo para lo que fue la primera versión de Creamfields en Chile en dos días. Una experiencia que requiere fortaleza y energía, pero que te permite disfrutar de manera distendida del amplio abanico de posibilidades que este festival te entrega. Estas cansado, acalorado y con hambre, pero todo valió la pena.