Banda invitada: The Holydrug Couple
19 de noviembre 2024.

Por Carlos Barahona.
Fotografías por Javier Martínez.

Etéreo se refiere a algo que es extremadamente ligero, delicado o sutil, hasta el punto de parecer irreal o intangible. El término proviene del griego aither, que significa «aire puro» o «cielo superior», y se asocia con cualidades que evocan la sensación de algo elevado, sublime o espiritual. En contextos artísticos o literarios, lo etéreo a menudo describe sensaciones, paisajes, sonidos o emociones que parecen estar fuera de la realidad cotidiana, como si pertenecieran a un plano más elevado o abstracto. Por ejemplo, un paisaje bañado por una luz difusa puede considerarse etéreo por su belleza intangible y casi sobrenatural.

En música, lo etéreo suele asociarse con atmósferas sonoras envolventes, voces suaves o arreglos que generan una sensación de flotar, como ocurre en géneros como el dream pop o el ambient. En esta última dimensión, Crumb es una banda que, desde su aparición en la escena alternativa, ha venido redefiniendo los límites del indie contemporáneo, ofreciéndonos una mezcla sofisticada de sensibilidad artística y accesibilidad emocional. Su enfoque experimental y su estética etérea los convierten en una propuesta esencial para quienes buscan música que provoque tanto el pensamiento como la emoción.

Formados el año 2016 en Boston, la banda está integrada por Lila Ramani (vocalista y guitarrista), Jesse Brotter (bajista), Brian Aronow (teclados y sintetizadores) y Jonathan Gilad (batería). Desde su inicio, han cautivado a los amantes de los sonidos experimentales con una propuesta que combina letras melancólicas y surrealistas con una producción musical minimalista pero detallada. Con una visita previa a nuestro país en el marco del Festival Fauna Otoño, dejaron una muy buena impresión, incrementando su base de seguidores en nuestro país. Su tercer larga duración AMAMA (2024), un trabajo que consta pistas que exploran temas introspectivos y emocionales, reflejando las experiencias de la banda durante sus años de gira y la búsqueda de conexiones genuinas en medio del constante movimiento, es el principal leitmotiv para reencontrarse con el público nacional, en la primaveral jornada del 19 de noviembre en la mítica Blondie Discoteque.

El público, expectante, comenzó la velada con la cálida bienvenida de The Holydrug Couple, uno de los nombres más relevantes de la escena psicodélica chilena. Este dúo, compuesto por Ives Sepúlveda y Manuel Parra, ofreció una cautivadora combinación de melodías oníricas y texturas electrónicas, transportando a los asistentes a través de paisajes sonoros que fusionan la psicodelia clásica con matices contemporáneos. Sus canciones prepararon el ambiente con una atmósfera introspectiva, ideal para el acto principal.

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Pasadas las 21 horas, el cuarteto estadounidense se tomó el escenario, y desde el primer acorde de «AMAMA», el público quedó atrapado en una experiencia sensorial única. Este tema, que abre su más reciente disco, marcó el inicio de un recorrido que combinó lo experimental con lo profundamente emocional. Canciones como «Cracking» y «(Alone in) Brussels» fueron una muestra clara del dominio del grupo para equilibrar letras introspectivas con texturas musicales que oscilan entre lo orgánico y lo digital.

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Uno de los puntos álgidos del concierto llegó con «The Bug», una pieza que explotó en un crescendo instrumental donde los sintetizadores de Brian Aronow y la guitarra de Lila Ramani se entrelazaron de forma hipnótica. «Balloon» y «Nightly News» aportaron un contraste delicado, con ritmos pausados que invitaron al público a una introspección compartida. A medida que el concierto avanzaba, el conjunto mostró la riqueza de su catálogo con canciones como «From Outside A Window Sill», que destacó por su atmósfera etérea y un bajo pulsante que parecía latir como un corazón. «BNR» fue otra joya, con una línea vocal que navegaba entre lo suave y lo melancólico, mientras que «Genie» deslumbró con su complejidad rítmica y un uso magistral de los efectos sonoros.

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El tramo final del set principal ofreció momentos electrizantes con «Ice Melt» y «Ghostride», que encendieron a la audiencia con su vibra psicodélica más dinámica. «Dust Bunny» aportó un respiro cálido y melódico antes de «Retreat!», una pieza más contemplativa que permitió al público sumergirse en el mundo íntimo de Crumb. Para cerrar, «Trophy» fue el broche de oro que encapsuló el espíritu experimental y emocional de la banda. Cuando el público pedía más, el cuarteto regresó con un encore inolvidable. «Part III» y «Locket» se convirtieron en una catarsis colectiva. Especialmente «Locket», una de las piezas más emblemáticas del grupo, desató una ola de emociones que dejó a los asistentes en un estado de gratitud y melancolía.

El concierto de Crumb en Blondie fue mucho más que un espectáculo; fue un viaje a través de sonidos y emociones que parecían escapar de lo tangible. La noche se transformó en un encuentro con lo etéreo, un espacio donde la música se convirtió en el vehículo perfecto para explorar las profundidades de los vericuetos de lo etéreo y sus efectos en las almas de quienes vibran con la experiencia de un concierto en vivo. Lo de anoche, fue una experiencia inolvidable que consolidó a a la banda como uno de los actos más fascinantes de la escena contemporánea, una banda que ya se ha consolidado en el mundo y también en nuestro país.

Setlist:
AMAMA
Cracking
(Alone in) Brussels
The Bug
Balloon
Nightly News
From Outside A Window Sill
BNR
Genie
Ice Melt
Ghostride
Dust Bunny
Retreat!
Side by Side
Crushxd
Nina
XXX
Trophy
Encore:
Part III
Locket

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