Divididos en Teatro Caupolicán: Volver al origen y ser un todo
27 de mayo 2022.

Por Francisca Neira.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

Después del encierro global provocado por la pandemia, la palabra “reencuentro” comenzó a sonar reiterativamente en todas partes: desde los discursos de los propios artistas que volvían a los escenarios hasta las conversaciones entre amigos que volvieron a compartir una cerveza o un almuerzo pasando, sin dudas y hasta el hartazgo, por la abrumadora avalancha de mensajes en dicha línea que se publicaron en RRSS y en otros medios más tradicionales. Pero hay ocasiones en las que esos lugares comunes no bastan para dar cuenta de la realidad en la que estamos inmersos y nos vemos obligados a buscar otras palabras y otras ideas que reflejen de manera real lo que sentimos y percibimos.

Anoche, en el Teatro Caupolicán, precedido por las impecables presentaciones de Laia y Aticoy, volvió a sonar en vivo, en directo y con toda la potencia característica de su música, el trío argentino Divididos. Sí, la famosa “Aplanadora del rock” como les llaman con razones de sobra, vino a “reencontrarse” con su público chileno después de casi ocho años de ausencia por estos lares y una visita fallida entre medio. Los fans reaccionaron como era esperable: repletaron cada rincón del Caupolicán permitido por el aforo, corearon cada una de las canciones con las que Mollo desgarraba el micrófono y saltaron todo los que las rodillas de un público mayormente adulto pudo soportar.

null
null

Los clásicos más rockeros del trío trasandino como “Alma de Budín”, “Salir a Asustar” y “El 38” pusieron de cabeza a los presentes tanto como “Cabalgata Deportiva”, una de sus producciones más recientes y con la decidieron abrir el show, una opción que se podría pensar osada pero que no sorprendió a una fanaticada que, evidentemente, siguió el trabajo de los músicos durante el encierro y les coreó tanto lo antiguo como lo más nuevo.

null
null
null

Austeros en cuanto a palabras Divididos ha mantenido un discurso potente a través del tiempo que acompaña a su música en una forma sutil y certera, por ejemplo, homenajeando a sus influencias y raíces haciendo covers de sus temas como en el caso de “Tengo”, “El Arriero” (precedida de un extenso e impresionante solo de batería a cargo de Catriel Ciavarella) y “Sucio y Desprolijo” de la leyendas argentinas Sandro, Atahualpa Yupanqui y Pappo’s Blues, respectivamente; así como de “Cielito Lindo” la canción tradicional mexicana que todo latinoamericano conoce y ha coreado alguna vez. Y siguieron, porque no solo con las reversiones rindieron tributo a sus inspiradores sino también con referencias dentro de sus propias producciones como citar a “Hey Jude” de The Beatles en “Rasputín”.

null
null
null

Un capítulo aparte, en todo caso, se configura con la historia de Sumo en Divididos. Ricardo Mollo y Diego Arnedo, guitarra y bajo de la aplanadora, fueron miembros fundadores junto a Luca Prodán de la mítica banda ochentera y, lo que para algunos podría considerarse un peso y una atadura al pasado, el parcito de guitarras lo asume como un regalo recibido y lo ofrenda a un público ávido de recuerdos tanto como abierto a la novedad que de ese pasado surge. La referencia a “La rubia tarada”, original de Sumo, en “¿Qué tal?” despertó el hambre por escuchar a la banda madre y, cariñosos, Mollo, Arnedo y Ciavarella lo saciaron al final del concierto con la entrega de “Cruz Chan” y “El ojo ciego”. Locura total.

null
null
null

Así, difícil elegir un momento único en el que centrar el recuerdo. Personalmente me quedo con la emoción profunda que me produjo la chacarera “Huelga de amores” y Arnedo tocando la guitarra, y con ese momento entre “Salir a comprar” y “Sucio y Desprolijo” en el que desde el escenario le lanzaron una zapatilla a Mollo para que hiciera lo suyo ocupándola como uñeta o punta. Ese momento fue, quizá, el más parafernálico de la noche, dejando en evidencia que en este show no habría miedo a la simpleza sino que se desbordaría seguridad y confianza en lo que estas tres personas saben hacer mejor: música. Simplemente música, rock, del simple y potente. Escuchar nuevamente a Divididos estuvo muy lejos de ser un “reencuentro”, fue un volver al origen, fue plantarse dos horas a escuchar y disfrutar a concho 25 canciones casi de corrido, sin los aspavientos innecesarios de la pirotecnia, las cantidades incontables de personas sobre el escenario ni las peroratas interminables que a veces nos hacen pensar que más que a un concierto fuimos a una sesión de Stand up. Lo de Divididos, esta mitad que quedó de Sumo que hoy por hoy no es un mitad sino que es un todo, fue algo mejor, sencillo, crudo, honesto, real. Justo lo que necesitamos en un mundo cada vez más cercano a la ciencia ficción.

Setlist:
Cabalgata Deportiva
Casi Estatua
Tanto Anteojo
Alma de Budín
Tengo
Salir a Asustar
Azulejo/Camarón Bombay
Sábado
¿Qué ves?
¿Qué tal?/La Rubia Tarada
Rasputín
Espaghetti del Rock
Par Mil
Huelga de Amores
El Arriero
Salir a Comprar
Sucio y Desprolijo
Amapola del 66
Paisano de Hurlingham
Paraguay
Cielito Lindo
El 38
Ala Delta
Cruz Chan
El Ojo Ciego

>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA PINCHANDO EN ESTE TEXTO <<<