Por Carlos Barahona.

Después de décadas de constante reinvención y letras que oscilan entre la ironía, la melancolía y la crítica social, El Cuarteto de Nos vuelve a Chile para presentar su más reciente trabajo discográfico, Puertas, en un concierto que promete ser uno de los hitos musicales del año. La cita es el próximo sábado 7 de junio en el Movistar Arena, donde el grupo uruguayo desplegará lo mejor de su nuevo repertorio junto a los clásicos que los han convertido en referentes del rock alternativo en español.

Esta presentación forma parte del “Tour Puertas”, una gira internacional que no solo celebra el lanzamiento de su vigésimo álbum, sino también el estrecho vínculo que la banda ha forjado con el público chileno. Será una noche especial: por primera vez se presentarán en solitario en uno de los recintos más grandes del país, con una producción audiovisual diseñada para un espectáculo de alta intensidad emocional y sonora. Además, el concierto contará con la banda chilena Estoy Bien como telonera, quienes aportarán su sensibilidad emo/pop punk como antesala ideal para lo que será un viaje profundo y provocador.

Formada en Montevideo en 1978 por los hermanos Roberto y Ricardo Musso, la banda comenzó su recorrido con un enfoque de rock experimental, lleno de sátira y absurdismo. En sus primeros años se mantuvieron como un fenómeno de culto en Uruguay, con un estilo inclasificable que fusionaba el humor, el absurdo y una propuesta teatral inusual en la escena musical de la época. El cambio de siglo trajo consigo un giro radical en su sonido y narrativa. Con la salida de Ricardo y la entrada del baterista Álvaro Pintos, el guitarrista Santiago Marrero y el bajista Gustavo Antuña, la banda consolidó su formación actual y comenzó a explorar letras más introspectivas, con un tono más oscuro pero siempre impregnado de un humor ácido y agudo. Discos como Raro (2006), Bipolar (2009) y Porfiado (2012) marcaron un antes y un después, abriéndoles las puertas de Latinoamérica y consolidando una base de seguidores fieles y apasionados.

Con canciones como «Ya No Sé Qué Hacer Conmigo» —que se convirtió en un himno de la contradicción moderna— o «El Hijo de Hernández», donde se explora el peso del mandato familiar, El Cuarteto de Nos logró trascender generaciones y fronteras. Su discografía posterior, como Habla tu Espejo (2014), Apocalipsis Zombi (2017) y Lámina Once (2022), consolidó una propuesta cada vez más madura, dispuesta a incomodar y a reflexionar desde la marginalidad de la lógica común.

El show en el Movistar Arena no será un simple repaso de éxitos, sino una experiencia escénica diseñada para abrir «puertas» simbólicas en cada espectador. El repertorio incluirá los ocho temas del nuevo disco, pero también una cuidada selección de clásicos que han marcado la historia reciente de la banda. Habrá juegos de luces, visuales en alta definición y momentos íntimos de conexión con el público. El nuevo álbum representa una exploración introspectiva y crítica sobre las barreras que nos construimos —y que muchas veces heredamos— para enfrentar la vida. En canciones como «Esplín», «Cara de Nada» o «El Perro de Alcibíades», se entrelazan sonidos del funk, el rock alternativo y hasta el garage, con letras que abordan temas como la tristeza, el cansancio mental y el cinismo colectivo.

Quienes han asistido a sus presentaciones anteriores en Chile —ya sea en teatros, festivales o versiones reducidas— saben que un show de los orientales es una descarga catártica de energía y pensamiento. Cada canción es una historia que interpela al oyente con humor negro, ternura y profundidad existencial. En un momento histórico donde las emociones y la incertidumbre están a flor de piel, esta cita con la banda se siente como una necesidad más que como un simple evento de entretenimiento.

Los uruguayos han sabido ocupar un espacio único: el de una banda que no busca agradar, sino decir. Que no se aferra a modas, pero que siempre suena actual. Que no necesita escándalos para incomodar, sino palabras precisas envueltas en melodías contagiosas. En este nuevo paso por Chile, vuelven con todo lo que los hace únicos: inteligencia lírica, crudeza emocional y un magnetismo escénico que solo los años de oficio pueden otorgar. La invitación está hecha: sábado 7 de junio en el Movistar Arena, para vivir una noche donde las puertas no se cierran, sino que se abren hacia adentro.

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