Emperor en Teatro Caupolicán: Incendiando el templo musical de San Diego
Banda invitada: Vilú
18 de mayo 2022.

Por Paulo Domic.
Fotografías por Javier Martínez.

Por más de dos años reprogramado y aplazado por la pandemia, finalmente anoche pudimos ver a Emperor en Chile, saldando esa impaga deuda que hace más 30 años tenían no solo con nuestro país, sino con toda Sudamérica. Los noruegos, reconocidos como unos de los pioneros del black metal sinfónico en los albores de la década de los noventa, han sido influencia directa de muchas bandas. Son leyendas del género al que representan y eso quedó absolutamente demostrado en la presentación que entregaron en un absolutamente colmado Teatro Caupolicán.

La senda de Emperor se abrió en 1991, cuando Ihsahn (voz y guitarra), Samoth (en ese entonces batería) y Mortiis (bajo), formaron una de las bandas más oscuras y malignas conocidas hasta aquel momento en este mundo. Su demo, Wrath of the Tyrant, dio la primera muestra de lo que traían consigo y tal fue la atención generada, que les valió su primer contrato con un sello discográfico. Luego algunos cambios en la formación, que incluyeron el paso de Samoth a la guitarra y la partida de Mortiis, sacaron su primer larga duración, In the Nightside Eclipse de 1994, un trabajo reconocido dentro de los más trascendentes de la historia del metal. Encontraron una nueva formación con la entrada del bajista Alver y el baterista Trym Torson. Con ellos dieron vida al inmortal Anthems to the Welkin at Dusk de 1997, uno de los discos más definitorios del black metal de todos los tiempos.

La presentación de anoche fue en el contexto de una gira por este lado del continente que partió en México la semana pasada, que continuó en Colombia el pasado domingo y que terminará en Brasil el 20 de mayo. Un paso corto por Latinoamérica, pero extremadamente esperado. En las tierras aztecas ya habían estado antes, pero pasaron 23 años desde la última vez. Por ello, la expectación por verlos ha sido altísima, igual que la demanda por sus boletos. Muchas generaciones de amantes del metal soñaron por décadas que llegara este momento.

Las invitadas de honor para abrir esta cita con la historia, fueron las nacionales de Vilú. Formadas a fines del 2014, las santiaguinas son cultoras del Death Thrash Metal y editaron su primer disco llamado Üden Vilú el año pasado, obteniendo una excelente recepción por parte del público y la crítica. En diciembre del 2021 pudimos verlas en vivo en el evento Sacrificio de Cuervos, en el marco del lanzamiento del álbum Sacrificio de la banda chilena Criminal. Tal como en esa oportunidad, basaron su presentación de anoche en su disco debut, donde destacaron “Black Fire” y “Divide y Gobernarás”. Fue también muy impresionante la introducción con trutruca a cargo de un mapuche ataviado con su vestimenta típica, que fue apertura para “Con Fuego”, una canción tremendamente intensa y desgarradora que fue muy bienvenida por el numeroso público que ya estaba ubicado en él Teatro. No desaprovecharon para nada la gran oportunidad que tuvieron de abrir un show tan importante, dejando una excelente impresión frente a quienes disfrutaron de la poderosa e impecable puesta en escena del cuarteto.. Su actual formación es Aline Snow en voz, Gricelius en guitarra, Karina Ugarte en bajo y Tralkan, el único varón del grupo, en batería.

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A las 21:00 horas se dio inicio a la más oscura de las ceremonias que hay visto el Caupolicán. Con “In The Worldless Chamber”, canción del último disco en estudio que han editado el 2001, Prometheus: The Discipline of Fire & Demise, el infierno se desató y sus llamas comenzaron a transformar en brasas incandescentes los cimientos del recinto de calle San Diego. “It ‘s amazing to be here after all these years”, saludo Ihsahn visiblemente emocionado de ver a tanta gente congregada en esta tierra sureña tan lejana a su hogar en el extremo norte del mundo. Luego descargaron la pesada “Thus Spake the Nightspirit”, la primera de seis canciones del clásico disco Anthems to the Welkin at Dusk que fue el protagonista mayoritario de la intensa velada. La emoción se apoderó de todos los fanáticos que ya estaban en éxtasis disfrutando de esta cita que muchos sólo creyeron posible en sueños.

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Emperor trae con ellos música fuerte y potente, impecablemente ejecutada. Destaca especialmente la figura de Ihsahn, dueño de una voz que pasa del gutural vampiresco a la de un barítono profundo. Además, su destreza en la guitarra y especial carisma, lo hacen el centro de atención en un quinteto que tiene más bien un perfil bajo en escena. Sin pantallas ni imágenes, el de anoche fue un show que vino a alimentar el hambre por su arte que por tantos años estuvo ausente. Un black metal tocado con cuidado y excelencia, sin recurrir a imaginerías satánicas ni vestimentas de cuero y púas, sin descuidar para nada la experiencia musical. De hecho, en apariencia, estaban más cercanos a una banda de metal progresivo. Y no por ello su propuesta dejaba de ser oscura, potente y desenfrenada.

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Cuando llegó “I Am the Black Wizards”, del primer disco de Emperor, un remolino de miles de cabelleras giraron al compás del demencial ritmo de la batería de Trym Torson. Una escena que rememoraba esas veladas de metal extremo tan clásicas en el Santiago de los noventa. Luego con “Inno a Satana” del mismo álbum, las puertas de la oscuridad más profunda del averno se abrieron, para poner fin al ritual maligno de los escandinavos. Pero ya saben, estos son siempre falsos finales que luego se transforman en bis, y regresaron para seguir acribillando Al son de “Cosmic Keys to My Creations & Times” la ceremonia culminó y Emperor dejó muy claro el por qué son tan legendarios. Una clase de cómo hacer música extrema, sin perder musicalidad ni cuidado en detalles.

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Realmente fuimos privilegiados de ser parte de una cita con la historia del metal universal. Un estilo que si bien parece no sumar muchos más seguidores, aún cuenta con fieles legiones que, aunque ya peinen canas y no tengan la misma energía en los mosh, siguen ahí, disfrutando como adolescentes esa música que marcó momentos de sus vida y que tiene un valor sentimental y emocional gigante. “Los esperé 20 años”, gritó alguien cerca nuestro y entendimos lo que estábamos viviendo. Una misa oscura en la cual incendiaron nuevamente un templo de un santo, de San Diego, pero esta vez sólo a través del calor de sus guitarras y cánticos guturales. Un espectáculo que seguramente sería difícil de comprender para quien no sabe lo que es el metal en su más tenebrosa y oculta raíz, pero que fue un momento de gozo en un paraíso infernal para quienes lo abrazaron alguna vez como ferviente pasión.

Setlist Vilú:
Victims of Life
Vilu
Black Fire
Con Fuego
Divide y Gobernarás

Setlist Emperor:
In the Wordless Chamber
Thus Spake the Nightspirit
Ensorcelled by Khaos
The Loss and Curse of Reverence
The Acclamation of Bonds
With Strength I Burn
Curse You All Men!
Towards the Pantheon
The Majesty of the Nightsky
I Am the Black Wizards
Inno a Satana

Encore:
Alsvartr (The Oath)
Ye Entrancemperium
Cosmic Keys to My Creations & Tim

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