Banda invitada: Nosindependencia
27 de agosto 2024.

Por Carlos Barahona.
Fotografías por Javier Martínez.

La noche del pasado 27 de septiembre, el Teatro Coliseo se llenó de nostalgia y emoción con la celebración de los 20 años de Las palabras y los ríos, el emblemático álbum de Eterna Inocencia (EI). Este disco, considerado uno de los pilares del punk rock argentino, ha dejado una huella imborrable en la escena musical y ha forjado un profundo lazo con el público chileno, marcando una época dorada para la banda y sus seguidores, quiénes con cada presentación de la agrupación en vivo a lo largo de nuestra larga y angosta faja de tierra, renuevan su compromiso y devoción con los trasandinos.

Desde hace dos décadas Las palabras y los ríos no solo representa un hito en la discografía de Eterna Inocencia, sino que también refleja el espíritu de una generación que buscaba autenticidad y conexión en la música. Las letras profundas y reflexivas, marcadas por un posicionamiento político claro de resistencia ante amenazas latentes que continúan al día de hoy – la irrupción de una derecha extremadamente liberal en la hermana nación argentina, con un presidente que aplica lo que para nosotros es ya pan de cada día: monetarización y aumento del costo de la vida, perdiendo un proyecto comunitario y de crecimiento grupal -combinando también melodías potentes, herederas de un sonido punk que se globalizó desde fines de los años ochenta en adelante; es una fórmula que una vez más resonó en el público, convirtiendo cada tema en un himno de resistencia y esperanza. Este álbum ha sido un puente entre Argentina y Chile, creando un sentido de pertenencia y unidad en la comunidad punk, que se siente cada vez que EI pisa un escenario en el país.

La velada comenzó con la presentación de la banda local Nosindependencia, quienes encendieron el ambiente con sus mejores hits. Los muchachos de San Bernardo, con su propuesta que está pronta a cumplir nada más ni nada menos que treinta años, mostraron que son un legado viviente de esta vertiente de punk melódico, que haya su refugio en la periferia, el skate y el sentido de comunidad. Su energía contagiosa y la emoción palpable en sus interpretaciones mantuvieron al público animado. Expresando un mensaje de gratitud y reconocimiento a una movida que aun resiste, tuvo uno de sus puntos más altos en el tributo a Omar Acosta, el fallecido ex líder de BBS Paranoicos, lo que fue un momento conmovedor que unió a todos los asistentes en un homenaje a la historia del punk rock chileno.

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Luego, cuando Eterna Inocencia subió al escenario, el público estalló en vítores. Sabíamos lo que vendría: escuchar un disco fundamental de principio a fin. Desde los primeros acordes de «Viejas esperanzas», la conexión fue inmediata. Esta canción habla sobre el anhelo de un futuro mejor y la lucha por las propias convicciones. Su letra refleja la búsqueda de un propósito en medio de la adversidad, resonando profundamente con la audiencia que, al unísono, comenzó a cantar.

A continuación, «A Elsa y Juan» trajo una historia conmovedora que narra la experiencia de amor y desamor, con un mensaje de esperanza en los momentos difíciles. La banda hizo que el público recordara sus propias historias, creando un vínculo emocional que se intensificó en «Trizas de vos», donde la letra se centra en la pérdida y la fragilidad de las relaciones. Este tema capturó el sentimiento de nostalgia y tristeza, llevando a muchos a reflexionar sobre sus propias vivencias.

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«Encuentro mi descanso aquí» siguió con una atmósfera más introspectiva, explorando la búsqueda de un refugio emocional. La melodía suave y las letras poéticas hicieron que el público se sumergiera en sus pensamientos, creando un momento de profunda conexión. En «Nuestras fronteras», EI abordó el tema de la diversidad y la inclusión, evocando un mensaje de unidad en tiempos de división. La energía se intensificó con «Vivan mis caminos», que celebra la libertad y el camino personal, animando al público a levantarse y disfrutar de la vida.

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Guille Mármol, docente de profesión, siempre juega un rol crucial en la comunicación con la audiencia. Nos rememora a aquellos viejos pasquines anarquistas que viajaban contando historias, reforzando lazos políticos, humanos, amorosos y sobre todo, de resistencia. En ese sentido, «Saludo a los maquis» se convirtió en un himno de resistencia, homenajeando a aquellos que luchan por la justicia. La interpretación de esta canción fue particularmente poderosa, resonando con todos los presentes. En «Sin quererlo», la banda reflexionó sobre las decisiones y el destino, generando un ambiente de introspección en el que el público pudo sentirse identificado.

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«Mártires de Trelew», con su fuerte mensaje político, se convirtió en un momento culminante, recordando la historia y el sacrificio de aquellos que lucharon por sus ideales. Las emociones se elevaron con «Desposeídos», donde EI se sumergió en la realidad de aquellos que viven en la marginalidad, transmitiendo un mensaje de empatía y solidaridad. La intensa «La muerte pobre» evocó la fragilidad de la vida, mientras que «Tan lejos» trató sobre la añoranza y la distancia emocional. Finalmente, «Vientos del amanecer» cerró este primer set en un formato acústico, que nos permitió corear el desamor, las pérdidas y el dolor, pero siempre con una sensación de renovación y esperanza, dejando a la audiencia vibrante y lista para más.

Lo que podríamos denominar el setlist 2, o la segunda parte de la presentación, continuó con un aire de celebración. «A los que se han apagado» fue un tributo a los que han perdido su voz, resonando en los corazones de muchos. «La risa de los necios» y «Abrazo» continuaron la energía, abordando temas de resiliencia y comunidad. Los stage diving y los sing along ocurrían por doquier. Con «Cuando pasan las madrugadas», EI exploró la intimidad y la conexión en momentos de soledad, mientras que «Tus heraldos» habló sobre el poder de las voces que nos guían. La emotiva «Le pertenezco a sus ojos» hizo que el público sintiera la profundidad del amor y la conexión humana. Que canción más bella que nunca pasa de moda.

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«Lo sabía» trajo consigo un aire de certeza y reconocimiento de las propias emociones, seguido por «Weichafe Catrileo», que celebró la identidad y la resistencia de los pueblos originarios, canción que siempre emociona al recordar a nuestro caído Matías, asesinado por las fuerzas policiales en el Wallmapu, hecho que nunca debemos olvidar, jamás. «Ciegos son los que no quieren ver» se convirtió en un llamado a la conciencia, y «Cartago» revivió el sentimiento de lucha y resistencia, provocando la locura en la audiencia.

Con «Mi puño es la herramienta», EI dejó claro que la música es una forma de lucha, mientras que «Las distancias son nada, a veces» evocó la cercanía que se siente a pesar de la distancia física. La emotiva «La radio comunitaria» reforzó la importancia de la comunicación y la comunidad, para luego dar paso a esa viaje versión de Eterna que siempre nos gusta: canciones versadas en inglés, skate punk y una batería redoblamente que suena como un carajo: «Días tristes» trajo un momento de reflexión sobre la tristeza compartida. «My Family» se convirtió en un himno a la unidad familiar, pero siempre reflexionando sobre las dictaduras latinoamericanas y el posicionamiento que muchas veces se tiene en los núcleos basales de la sociedad.

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“Inocencia,» «Puente de piedra» y «Cassiopeia» cerraron la noche con un aire de esperanza y celebración, dejando a la audiencia con una profunda sensación de conexión y pertenencia. La atmósfera se tornó mágica, fusionando el presente con un pasado lleno de recuerdos compartidos. La banda, visiblemente emocionada, compartió anécdotas y agradecimientos, reforzando ese vínculo especial que han cultivado con sus seguidores chilenos a lo largo de los años.

El concierto de Eterna Inocencia no solo fue una celebración del álbum Las palabras y los ríos, sino también un testimonio del impacto que la banda ha tenido en la vida de sus fans. La velada fue un recordatorio de que la música tiene el poder de unir, emocionar y transformar. Al cerrar la noche, los ecos de sus canciones siguieron resonando en el corazón de quienes tuvieron la suerte de estar allí, confirmando una vez más que Eterna Inocencia es, sin duda, una de las grandes voces del punk rock en español. Gracias por tanto muchachos.

Setlist Eterna Inocencia:
Disco Las Palabras y Los Ríos:
Viejas esperanzas
A Elsa y Juan
Trizas de vos
Encuentro mi descanso aquí
Nuestras fronteras
Vivan mis caminos
Saludo a los maquis
Sin Quererlo
Mártires de Trelew
Desposeídos
La muerte pobre
Tan lejos
Vientos del amanecer
A los que se han apagado
La risa de los necios
Abrazo
Cuando pasan las madrugadas
Tus heraldos
Le pertenezco a sus ojos
Lo sabía
Weichafe Catrileo
Ciegos son los que no quieren ver
Cartago
Mi puño es la herramienta
Las distancias son nada, a veces
La radio comunitaria
Días tristes
My Family
Inocencia
Puente de piedra
Cassiopeia

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