3 de septiembre 2023.

Por Francisca Neira.
Fotografías por Matías Schwartz.

Había visto antes a Francisca Valenzuela, siempre en escenarios grandes, multitudinarios, tipo Lollapalooza, pero anoche la pude ver (y disfrutar) en un Teatro Oriente pequeño, cómodo y con excelente sonido. Vivir un show así cambia, en buena medida, la percepción no solo de la música en sí misma sino de todos los factores que cobran vida en el escenario: la ropa, los gestos y miradas, las texturas del fondo, las intenciones más escondidas de una artista que entrega un producto que no sólo se escucha.

Quizá este formato es uno en el que ella se vuelve más protagonista que nunca. Siempre en el centro, bien iluminada y haciendo uso de todo el espacio y varios de los instrumentos, cobra vida la contadora de historias (como se autodenomina) y nos toma de la mano para llevarnos por un viaje «Adentro» que, en casi dos horas, recorre su camino musical y, cómo no, su historia personal. Ella misma lo dice, con todo tipo de palabras, varias veces durante la noche, cuando nos cuenta, casi al oído, cómo nacieron sus letras o qué siente cuando las canta o en qué pensaba cuando las tituló o cómo armó el set para este encuentro íntimo con sus fans.

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Así, en su show Valenzuela canta al amor, defiende la rabia, se ríe de lo que quiere, coquetea con el público y discursea libremente acerca de temas tan actuales como el feminismo y los movimientos sociales. Lo hace, claro, con una voz «Dulce» pero con una actitud empoderada que da cuenta de “La Fortaleza” con la que toma las decisiones de una carrera que la tiene en un espacio de reconocimiento absoluto tanto dentro como fuera de Chile.

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Elegante, sutil, sentada en el piano mueve las manos tocando “Ya no se trata de ti”, pero también a ratos rockea al ritmo de “Peces” o “Muérdete la lengua”. Sea cual sea la canción que haga sonar, el público la adora, la vitorea, le hace coros y la acompaña en su diálogo que genera cercanía e, incluso, cariño. Eso que la música mueve siempre, cariño que se nota cuando al entrar al teatro un grupo de seguidoras te entrega globos para que la puesta en escena sea metalizada, como ella quiere; cariño que se siente fuerte cuando al cantarle al desamor alguien le dice, suavecito “yo te quiero, Fran” y ella sonríe.

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No obstante, a pesar de su protagonismo indiscutido, la cantante y compositora se da el tiempo y el espacio de presentar no solo a sus músicos (que incluyen un trío de bronces que impregna de grandeza varios de los temas que suenan en el concierto) sino también a todo el equipo técnico que posibilitó la realización de un show realmente difícil de montar en términos de no ver forzada la calidez que buscaba mostrar. La verdad, un lujo.

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Sólo tres fechas le quedan a este tour, quizá la primera parte de la presentación de su más reciente trabajo, y ya tiene “Ardiendo” a los seguidores de gran parte de Chile. Y después de eso nos queda esperar para ver los nuevos pasos de la cantante. ¿Llevará este espectáculo a un público masivo? ¿O habremos sido testigos de una experiencia única, pensada para tocarnos un poquito el corazón? Sin duda ver a los músicos locales en grandes escenarios resulta emocionante, sin embargo, este formato íntimo nos deja verlos, quizá, tal y como son.

Setlist:
¿Dónde se Llora Cuando se Llora?
Adentro
Nada Para Ti
Ardiendo
Tómame
Quiero Verte Más
Continente
Jugando con Fuego
Muleta
Peces
Juan
Dulce
Extraño
Déjalo Ir
Lo Nuestro Nadie Puede Borrarlo
Ya no se trata de ti
Flotando
La Fortaleza
Muérdete la Lengua
No Te Alcanzo
Afortunada
Prenderemos Fuego al Cielo

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