Illapu en Movistar Arena: Celebrando 50 años con el compromiso intacto
25 de septiembre 2021.

Por Manuela Beltrán.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

Si tratamos de imaginar el origen del grupo Illapu, podría ser algo así: Corría el año 1971 cuando, en la ciudad de Antofagasta, un rayo incandescente de conciencia explotó en el desierto y alojó su fuerza e inspiración en la familia Márquez. Nació Illapu, que en lengua Quechua quiere decir Rayo, el proyecto musical que ha cautivado a varias generaciones en diversos territorios del mundo entero. Su historia es la misma que la del pueblo chileno, lado a lado han mantenido compromiso político y social, nacido desde aquel florecer cultural durante el gobierno popular de Salvador Allende. Así mismo les tocó ser noqueados por el golpe de estado, padecer el oscurecimiento de la dictadura y la orfandad del exilio. Luego vino el retorno, giras y conciertos de todo tipo y gama, un estallido social, una pandemia y ahora cumplen 50 años de existencia. Conformado en la actualidad por Carlos Elgueta, Alfredo Ulloa, Sidney Fernandes, José Luis Contreras y los legendarios hermanos Márquez, Roberto, José Miguel y Cristian, la agrupación celebra este año 50 años desde su origen. La fiesta de cumpleaños, que recordó en el escenario a sus pasados integrantes (Como olvidar a Eric Maluenda y sus característicos tonos altos en las segundas voces), durará un año entero, y comenzó anoche el 25 de septiembre en la primera de las dos fechas en el Movistar Arena.

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En una oscuridad que lentamente se llenó de una atmósfera de luces, comenzó el sonido profundo y épico de las zampoñas en la canción instrumental “Atacameños”, generando una inmediata transportación en dirección norte. Los vientos andinos trajeron consigo una historia e identidad particulares que remiten siempre al territorio mágico del desierto de Atacama y sus habitantes milenarios. La famosa Mano Del Desierto, obra escultórica del artista Mario Irarrazabal y sello emblemático de la región de Antofagasta, escenificaba el escenario en las proyecciones de fondo. El público emocionado celebró con vitoreos la vuelta a los grandes escenarios de la cariñosa agrupación de música andina y de raíz. Ante aquel viaje atacameño, la primera parada fue el homenaje que todo el mundo estaba esperando. Solo con su guitarra comenzó Roberto Márquez a entonar “El Cautivo de Til Til”, del difunto Patricio Manns quien a las 9 de la mañana emprendió vuelo, esta “Ave enorme”, como se refirió su colega. El primer saludo al público se mezcló con la despedida y con una disculpa de antemano: “Podría haber sido un concierto más largo, pero las restricciones no lo permitieron”. Al pronunciarse la palabra “restricciones” el público abucheó en reprobación de las medidas de control social que por cierto han soslayado el movimiento social con la excusa de una pandemia, pero también se mezclaban con la ilusión de ver a Illapu en vivo en una celebración que antaño habría durado muchas horas más.

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Aquel compromiso político constante del grupo se vio reflejado a lo largo del concierto y sobre todo en la siguiente canción del repertorio “La Vida Volverá”, una de sus composiciones más recientes que hace referencia a octubre de 2019, y en la que pudo verse la proyección de imágenes coloreadas de las manifestaciones, perro matapacos, Gustavo Gatica, las cuales son parte del videoclip oficial de la canción. El vocalista también saludó en nombre del grupo a todas y todos los caídos de la revuelta, también a Fabiola Campillay que se encontraba dentro del público. “¡No estamos todxs, faltan los presxs!”, respondió la audiencia luego de los aplausos.

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El rigor de la técnica de Illapu se hizo notar sin disimulo y con mucha humildad, mencionando que están habituados a trabajar todos los días al menos 3 horas. Gracias a esa disciplina es que podemos disfrutar de un concierto de excelente calidad y sonido y además de las invitadas virtuosas que contribuyeron a lo largo del concierto. El cuarteto de cuerdas, compuesto en su integralidad por mujeres, también expertas, fueron invitadas al escenario a tocar “Lejos del Amor”, el clásico éxito de las gaviotas. José Miguel Márquez introduce las siguientes canciones que homenajean a Violeta Parra y Victor Jara, sus precedentes musicales a quienes rinden tributo adaptando “Paloma Ausente” y “Los Estudiantes”. “Con sus rebeliones nos acompañan” se refiere el grupo a las y los jóvenes que encendieron la mecha de estallido social, gracias a su espíritu pudieron movilizar a la población para generar cambios en el país. Mientras los músicos sonaban virtuosos sus instrumentos, entre ellos el cuatro y el tiple, corrían imágenes de las manifestaciones liceanas en el metro de Santiago, la gente se levantó de sus asientos.

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El concierto siguió explorando en aquellos conflictos políticos, dando espacio para grabaciones de testimonios Mapuche, reivindicando su lucha, trayendo al presente a Matías Catrileo y Camilo Catrillanca, así como a todas las personas que habitan ese territorio en conflicto. A la canción “Nuestro Mensaje” siguió el vitoreo por la liberación de los presos mapuches por luchar. Siguió con el repertorio, una adaptación de la canción “La Partida” de Víctor Jara. Una dupla épica de enormes zampoñas que llegaban a los tobillos, dialogaron en aquella pieza instrumental tan emocionante, también interactuaron tres quenas además del característico charango. Al final de la canción la voz misma de Victor Jara, sonó fuerte en una grabación de archivo: “Yo soy un trabajador de la música que está ubicado con conciencia para el pueblo trabajador”.

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Siguiendo en aquel viaje musical, pasando por historias del pasado y del presente, fue que Carlos Elgueta introdujo el tema “Cascabel”. Gracias a su ingreso al grupo en el año 1986, estando exiliado en México, fue que invitó a los Illapu al estado de Veracruz donde pudieron explorar de los ricos ritmos del Son Jarocho. Es interesante como la historia se puede interconectar, porque así como ellos fueron unos expatriados acogidos en tantos lugares, pidieron respeto y apoyo a los migrantes que el día anterior fueron víctimas del odio xenófobo y racista en la ciudad de Iquique. Destacada adaptación e interpretación de José Miguel Márquez con un virtuoso solo de quena. Illapu siguió compartiendo su experiencia de exiliados con la canción que compusieron para su regreso un día 17 de septiembre, “Primer Sueño de Amor”, un tema con ritmos de origen peruano, de la localidad de Huancayo donde se usa mucho el saxofón. Todos los antofagastinos y nortinos en general se levantaron de sus sillas ante aquel homenaje a dos charangos para la querida pampa de 1000 colores.

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Ya instalados en el desierto de Atacama, el concierto también recordó a la madre de los hermanos Márquez, Aida del Carmen Herrera Carrasco. Con letras de la poeta nortina Nelly Lemus, “Mama Aida” cuenta con mucha emoción historias de salitreras y sobre los diez hijos que tuvo. Ángela Sanchez y Patricia Reyes, integrantes del cuarteto de cuerdas fueron también protagonistas de esta interpretación, se sumaron al escenario con una hermosa arpa, para rendir homenaje a la matriarca fundadora de Illapu. Siguió “Tu Propia Primavera”, y comenzó un carnaval como los del desierto, “Queremos traer la fiesta del norte. Una Morenada como en la Tirana, Oruro. La hicimos cuando no pudimos volver”. Entraron los instrumentos de bronce, silbato y hasta una matraca. Del mismo corte fueron “Copla de Morenada” y “Un Poco De Mi Vida”. En igualdad de intensidad pero en un ambiente más reflexivo Illapu interpretó su homenaje a Rodrigo Rojas Denegri con la canción “Para Seguir Viviendo”, en las graderías, luces de celular llenaron la oscuridad retomando códigos modernos de concierto, que no fueron perdidos por la pandemia.

Luego para retomar la fiesta, entró Santaferia como banda invitada. El escenario se llenó, como un verdadero cumpleaños. “Llegó la cumbia casera” le dice Roberto Marquez para recibir a sus colegas. Por su parte Alonso “Pollo” Gonzalez muy amigablemente le imita su típico “Esoo” al empezar la canción “Si Te Marchas”. También en “Morena Esperanza”, Santaferia encendió el Movistar Arena en esta colaboración que hizo todo aún más bailable, integrando bronces que se movieron de atrás hacia adelante arriba del escenario.

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Antes de tocar “Baila Caporal” Roberto Márquez se refirió a los cambios que han ido viviendo: “Esta canción la hicimos en la época en que los jóvenes “no estaban ni ahí”, no como ahora donde hay juventud consciente”. Las temáticas políticas estuvieron presentes en todo el concierto, tanto arriba del escenario como entre el público. Críticas y consignas contra el presidente, contra las restricciones, contra la brutalidad de la policía. Se recordó también muchas veces a los presos políticos, incluso en medio de una pausa una mujer entre el público, intentó alzar su voz con un megáfono. A pesar de que era inentendible, Roberto Márquez usó su tribuna para nombrar a quién se estaba recordando, Ricardo García, repitió en voz alta. Y ante aquella intervención replicó empático “Los presos son rehenes de este gobierno que en realidad parece una dictadura civil, y recuerda tanto a los años negros”.

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Ya comenzando a despedirse y para introducir la canción compuesta por Victor Heredia “Sobreviviendo”, Roberto Márquez manifestó “Queremos vivir en un país más justo con dignidad, ese país que soñamos y buscamos cuando salió todo un pueblo a luchar a la calle. Ahí está todavía la primera línea. Somos el pueblo quienes tenemos que ser capaces de cambiar. Estamos casi sobreviviendo frente a este poder político, frente al que tiene las armas también, los pacos”. En todo momento se vieron alzadas banderas mapuche, de la región de Magallanes, pañuelos rojos, pancartas de territorios “Puente Alto presente”.

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Al final del concierto, antes de terminar, quisieron destacar a los territorios, “obviamente queremos saludar a La Victoria, a La Bandera, a Pudahuel, a todos los barrios populares de nuestro país, también esos lugares que hoy son zonas de Sacrificio”. “Vuelvo Para Vivir” y “Candombe para José” fueron los últimos momentos álgidos del concierto con los cuales se terminó bailando aquel recorrido sintetizado de 50 años de carrera que han acompañado al pueblo chileno en todos sus altibajos políticos y sociales. Con un compromiso cultural y artístico cercano, familiar y del mejor de los niveles Illapu celebra sin pensar aún en despedirse. No todos los grupos musicales pueden jactarse de llegar a celebrar tan significativa fecha con una fuerte cohesión interna, con amor desde su público y con aquel compromiso intacto de permanecer cerca de la gente.

Setlist:
Atacameños
El Cautivo de Til Til
La Vida Volverá
Lejos del Amor (Con Cuarteto de Cuerdas)
Paloma Ausente
Los Estudiantes
Nuestro Mensaje
La Partida
El Cascabel
El Primer Sueño de Amor
Mama Aida (Con dos violines y arpa)
Tu Propia Primavera
Copla De Morenada (con Bronces)
Un Poco De Mi Vida (con Bronces)
Para Seguir Viviendo a Rodrigo Rojas Denegri
Si Te Marchas (Con Santaferia)
Morena Esperanza (Con Santaferia)
Baila Caporal
Sobreviviendo
Vuelvo Para Vivir (con Cuarteto de Cuerdas)
Candombe para José

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