Desde su debut en 2012 con el álbum multi platino Night Visions, Imagine Dragons – la banda de alt-rock – logró reconocimiento y admiración mundial. En su tercer álbum de estudio Evolve, la banda ganadora del Grammy, cambia de perspectiva y trae a escena un álbum mucho más emocional. “El año pasado fue el año más sano de mi vida y creo que eso se refleja en mi música” dice Dan Reynolds, cantante de la banda. Y agrega: “Definitivamente hay momentos de tristeza en este disco, pero también momentos de real celebración”.

Imagine Dragons está formada también por Wayne Sermon (guitarra), Ben McKee (bajo) y Daniel Platzman (batería).

A través de “Believer”, primer corte del último disco, Imagine Dragons logra transmitir toda la dinámica emocional que contiene Evolve. Con registros vocales fuertes y ritmos inspirados en el hip-hop, el single es un testamento de la Fortaleza que se obtiene a través de la adversidad. “Durante los últimos ocho años transitamos algunos momentos adversos. Paradójicamente esos momentos fueron los que más nos ayudaron a evolucionar. El dolor es un pasaje al crecimiento. Las adversidades nos ayudan a crecer, si sabemos sacarles provecho.”, sostiene Sermon.

Para dar vida a “Believer”, Imagine Dragons trabajó junto al dúo sueco Mattman & Robin. “Para cada una de las canciones de este disco, seleccionamos con mucho cuidado la menor cantidad de instrumentos necesarios para retratar aquellas emociones que buscamos capturar”, sostiene Reynolds. Además del dúo sueco, también trabajaron en la producción de este disco con otros productores como Joel Little. “En esta oportunidad, buscamos trabajar con productores que tuviesen una filosofía ‘Más es Menos’ y ellos nos ayudaron a construir ese gran sonido Imagine Dragons pero con una paleta mucho más sencilla” dice Sermon.

Más allá del enfoque minimalista de Evolve, Imagine Dragons logra alcanzar con este disco una riqueza y complejidad que, en gran parte, se debe al tiempo dedicado a esa búsqueda dentro del alma.